Aumenta la ocupación de haciendas en Brasil

El Movimiento Sin Tierra ha incrementado sus acciones desde que Luiz Inazio Lula da Silva asumió la presidencia

RIO DE JANEIRO

Las ocupaciones de haciendas improductivas en Brasil, promovidas por el Movimiento Sin Tierra (MST), se han multiplicado desde la llegada a la presidencia de Lula. Desde el Gobierno se critica esta «radicalización», al tiempo que indica que no tolerará una «ruptura de la legalidad», mientras que los campesinos anuncian que incrementarán sus acciones con la intención de acelerar la reforma agraria.

En el ingenio azucarero Prado, en Tracunhaem, un municipio del interior del deprimido estado de Pernambuco, cerca de 200 familias del MST se preparan para defender las tierras que ocuparon hace dos años por considerarlas improductivas y aptas para la reforma agraria, después de que el Tribunal de Justicia de Pernambuco, tras un largo proceso, autorizara el pasado lunes la expulsión de los campesinos.

En Sao Bernardo do Campo, barriada de Sao Paulo, feudo histórico del Lula sindicalista, más de 7.000 miembros del Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST) ­sección urbana del MST­ han instalado un gigantesco campamento que se prolonga ya durante doce días en los terrenos de la multinacional Volkswagen.

En definitiva, se trata de dos muestras del incremento espectacular de ocupaciones de haciendas por parte del MST. Así, la toma de tierra ha aumentado en lo que va de año un 62% respecto al mismo periodo de 2002, al tiempo que el discurso del MST también se ha endurecido.

En este sentido, el líder del movimiento Joao Pedro Stedile, afirmaba que la llegada de Lula a la presidencia constituye un «cambio histórico», pero advertía que «nosotros no podemos desentendernos y dejar que otros hagan la reforma por nosotros».

Frente a las presiones, el Gobierno muestra su firmeza, y el ministro de Justicia, Marcio Thomaz Bastos, afirmaba que «el gobierno dirige un Estado de derecho democrático y no toleraremos la ruptura de la legalidad».

Stedile señalaba la pasada semana que «la lucha campesina concierne hoy a 23 millones de personas. En el otro lado hay 27.000 grandes propietarios. Ahí está el conflicto».

Conflicto en el que ha tomado partido la Comisión Pastoral de la Tierra, de la Iglesia católica brasileña, que el martes defendió la posición del dirigente del MST. «Nada justifica que un pequeño grupo, que constituye la élite brasileña, continúe controlando todo dentro del país, generando la exclusión, la pobreza y la miseria de la mayoría de la población», señaló la iglesia católica brasileña en su comunicado.

El Gobierno, entretanto, reconocía las dificultades que tenía para cumplir la promesa realizada en la campaña electoral, cuando prometió que al término del primer año de mandato habría instalado a 60.000 familias. Luiz Dulci, secretario general de la presidencia, admitía que habían puesto los medios para la instalación de 10.000 familias.

El presidente del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), Jose Genoíno, afirmaban que «con la elección de Lula, era más o menos previsible que las presiones sociales y reivindicaciones de grupos organizados aumentasen. Pero ellos necesitan entender que el Gobierno no lo puede todo».

En Tracunhaem, Ramos Figueiredo, del MST, manifestaba que «nuestra decisión es resistir», y denunciaba la presencia en la región de pistoleros contratados por hacendados.

 
Lo agrario Últimas Noticias Derechos humanos Conflicto Plan Colombia Movimientos sociales Desarrollo regional Medio ambiente Opinión Internacional Contáctenos ¿Qué es Prensa Rural?