Brasil
Los campesinos "sin tierra" ya ocuparon 74 estancias

Con la ofensiva denominada "Abril Rojo", el movimiento busca presionar al gobierno de Lula para que lleve a cabo su prometida reforma agraria

Los campesinos del Movimiento de Sin Tierra (MST) han ocupado ya 74 estancias en todo Brasil, incluida una en la ciudad natal del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, en lo que va del mes, en una ofensiva bautizada "Abril Vermelho" ("Abril Rojo", en portugués)" que apunta a presionar al gobierno para que acelere su prometida reforma agraria.

"Si Lula está tan comprometido con la reforma agraria, que lo demuestre", dijo Jaime Amorim, dirigente del MST en el estado de Pernambuco, en el nordeste. Sus palabras tienen un sabor especial porque Amorim coordinó la invasión a una estancia en Garanhuns, la ciudad del árido interior de Pernambuco donde nació Lula.

Hasta este mes, los líderes de los Sin Tierra habían dado una tregua a Lula, su aliado histórico, quien en la campaña electoral del 2002 les prometió una "reforma agraria completa y pacífica". Pero esa reforma no llegó y el MST comenzó a impacientarse.

A fines de marzo, el líder del MST, João Pedro Stédile, lanzó la ofensiva "Abril Rojo" y prometió "volver un infierno" la vida de los propietarios rurales. El rojo alude al color de la bandera del MST y a la ideología de sus dirigentes, formados en la izquierda católica.

El MST nació en 1984 para impulsar la reforma agraria en el marco de la histórica concentración de la tierra en Brasil, pero en los últimos años sus líderes no sólo apuntan contra los latifundios improductivos sino también contra las grandes propiedades rurales que producen en forma ineficaz. "Para nosotros, latifundio es latifundio", comentó Amorim.

Este giro radical hace más difícil el diálogo con los ruralistas y complica los planes del gobierno, que este año prometió asentar a 60 mil de las 220 mil familias campesinas que están acampadas a la vera de los caminos. La ofensiva de los Sin Tierra desembocará el 1 de mayo en una marcha sobre las principales capitales del país.

Hasta ahora, el gobierno está dejando hacer a los Sin Tierras, mientras sus dos ministros del ramo sacan a relucir sus diferencias: el ministro de Agricultura, Roberto Rodrigues, rechazó las invasiones, y el de Desarrollo Agrario, Miguel Rossetto, las apoyó.

Algunos oficialistas critican la falta de reacción del gobierno. "El MST está faltándole el respeto al gobierno de Lula. El presidente brasileño ya dijo que haría la reforma de manera pacífica, pero ellos están invadiendo propiedades. Nuestro gobierno ha sido muy tímido y debería exigir que el MST cumpla su parte", dijo el gobernador de Acre, Jorge Viana, del Partido de los Trabajadores.

La ley prohíbe las invasiones y prevé las expropiaciones de estancias siempre que antes sean declaradas improductivas por los organismos técnicos del gobierno.

Por su lado, los terratenientes han pedido la detención de Stédile por incitar al desorden público y reclamaron al gobierno "una acción más efectiva para contenerlas", según expresó el titular de la Unión Democrática Ruralista, Luiz Antonio Nabhan García.

"Hay pánico en el campo, que responde por un tercio del Producto Bruto Interno y ha convertido a Brasil en una potencia agrícola", sostuvo Nabhan García.

 
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