Dabeiba: Asesinada por paramilitares testiga y familiar de víctimas

por Comisión Intereclesial de Justicia y Paz
Bogotá, 8 de marzo de 2005

"Civiles" armados de la estrategia paramilitar. Siguen tan campantes...
"Porque sus manos están manchadas de sangre y sus dedos de culpa, sus labios hablan falsedad y su lengua habla perfidia. No hay quien clame con justicia ni quien juzgue con lealtad" (Isaías 59, 3-4)

Resumen

Irma Areiza, campesina antioqueña, habitante del poblado Llano Grande, en el municipio de Dabeiba fue asesinada por los "civiles" armados de la estrategia paramilitar el pasado 5 de marzo, luego de haber sido obligada a bajarse de un bus de servicio público en el que iba junto con su hijo de 5 años de edad, al ser acusada como auxiliadora de la guerrilla.

Irma apareció en cercanías de la finca El Pital, base paramilitar, ubicada a pocos minutos del casco urbano de Dabeiba con signos de maltrato. Su hijo fue entregado a la iglesia del municipio. El automóvil en que fue detenida arbitrariamente y desaparecida junto con su hijo fue visto horas después en frente de la estación de Policía de Dabeiba.

Irma, desplazada desde 1996, denunció a instancias nacionales e internacionales el desplazamiento forzoso, los crímenes de sus familiares exigiendo verdad, justicia y reparación, pues, además, fue testiga de excepción de varios crímenes de lesa humanidad y de sus responsables.

Hechos en detalle

- Sábado 5 de marzo a las 6:00 am, la campesina Irma Areiza abordó el bus tipo escalera en dirección al caserío Llano Grande, municipio de Dabeiba, departamento de Antioquia. A la altura del punto de Yerbal Seco, cerca al puente de Urama, el vehículo fue obligado a detenerse por "civiles" armados de la estrategia paramilitar, quienes abordaron a Irma y la interrogaron por las compras que había realizado en el casco urbano, entre ellos varios pares de botas.

De acuerdo con los testigos, pasajeros del vehículo, los armados presionaron a Irma para que afirmara que las botas iban para la guerrilla, la forzaron junto con su hijo de 5 años de edad a que abordara una camioneta de color blanco con vidrios polarizados que se dirigió en dirección al casco urbano de Dabeiba hacia la base paramilitar ubicada en la finca El Pital, a escasos minutos del centro del municipio en la carretera que conduce a Medellín.

- Domingo 6 de marzo hacia las 10:00 am, a un costado de la carretera que conduce a Medellín, cerca a la finca El Pital, fue encontrado el cuerpo de Irma, semidesnuda, y con su ropa interior rasgada, con signos de tortura en su rostro.

El hijo de Irma fue entregado por desconocidos a autoridades eclesiales de Dabeiba. Horas después fue recogido por familiares suyos.

Este mismo día, la camioneta con las mismas características de la que trasportó a Irma y al menor, fue vista al frente de la estación de policía del municipio de Dabeiba.

Irma Areiza formó parte del grupo de desplazados de La Balsita que, después de la actuación de los "civiles" armados de la estrategia paramilitar en noviembre de 1997, buscaron refugio en el municipio de Dabeiba. Irma era familiar de Edilberto Areiza, de 32 años, y de Ricaurte Monroy Areiza, de 16 años, quienes fueron asesinados ese año en el marco del desplazamiento forzado.

Irma fue parte del comité coordinador de los desplazados en Dabeiba. En el año 2001, ella decidió con sus hijos y esposo ubicarse en Llano Grande. Antes de su reubicación habitó en los albergues humanitarios, participó en reuniones con la administración municipal, con el gobierno departamental de Antioquia y con el Gobierno Nacional en busca de una reubicación digna para sus familias, formó parte de grupos de familiares de víctimas exigiendo verdad, justicia y reparación integral. Irma participó en espacios de acciones internacionales en la búsqueda de justicia. Irma sintetizó su dolor y esperanza en la frase: "Nos duele recordar, pero más nos duele olvidar".

Líneas de interpretación

Mientras a los seres humanos se les ataca usando métodos proscritos por la humanidad, se les despoja de cualquier trato humano y se les niega su dignidad por estructuras paramilitares que se encuentran en un falso proceso de desmovilización, los militares y la policía acantonada en el casco urbano de Dabeiba omiten sus responsabilidades institucionales para afrontar, para enfrentar las estructuras ilegales.

Como desde 1996, las mismas estructuras paramilitares actúan con procedimientos similares, con el exceso de sevicia con el que actuaron desde hace nueve años, en ese momento provocando más de 200 asesinados y desaparecidos. Muchos de ellos fueron arrojados a los precipicios que circundan el río Sucio, o ultrajados con una inhumanidad incompresible para cualquier conciencia moral. La excusa de que los civiles colaboran con la insurgencia, la concepción militar de una política de seguridad que rompe la diferencia entre lo civil y lo militar, continúa dejando una estela de dolor, de sangre y de destrucción humana avalada en el espectáculo de la institucionalización paramilitar.

Los cuerpos de mujeres como Irma, indefensas, inermes, tiernas y frágiles; la destrucción de su vida al lado de su hijo menor de 5 años, muestra la indolencia de estructuras criminales. Continúa siendo evidente que las actuaciones de tipo paramilitar cuentan con la complicidad de las autoridades del lugar, por donde circulan con total libertad sus vehículos, sus hombres y sus armas.

La práctica discursiva del engaño a la comunidad internacional, de la ofensa a la dignidad de las víctimas con el proyecto gubernamental de "Justicia y Paz" quedó, otra vez, al desnudo en la violencia proferida contra Irma. Su crimen y el daño irreparable a su hijo quedarán sepultados en el olvido institucional, en el unanimismo mediático de la pacificación, en la ceguera institucional del aparato judicial, en la parafernalia de la política de seguridad democrática. Irma, homenaje a la mujer victima del terror, de la guerra este 8 de marzo.

 
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