Uribe Vélez no es autoritario... ¡No señor!

Estoy de acuerdo con Álvaro Uribe Vélez cuando dice que no es autoritario, pues ese calificativo está lejos de la realidad. Es mucho más que eso, es un tirano arbitrario con el ejercicio autoritario del poder en detrimento de la vida digna, la integralidad, la libertad o la seguridad de las personas o la naturaleza, a través de lo que él osa llamar democracia; democracia genocida, sí, establecída sin autodeterminación, sin vida y sin dignidad.

Democracia sin pueblo, sin los más pobres a los que se mata con balas o con hambre; sin tierra para los campesinos, donde el pueblo no decide. Democracia de muchos millones para lavar la buena imagen internacional que oculta el genocidio y la barbarie producidas por sus fuerzas armadas (militares y paramilitares) contra las mayorías excluidas.

Es el disfraz de una élite para sustentar la dictadura militar con un gobierno establecido que representa el rostro de la guerra contra los "primitivos" campesinos,que viven ancestralmente en regiones de mucha riqueza y biodiversidad.

Es la manipulación de las mentiras del poder para desplazar los pobres de las zonas de interés multinacional y megaproyectos de inversión, es el rostro de la muerte, con aviones Kafir y helicópteros artillados que bombardean sin compasión las selvas soberanas; y un congreso corrompido al servicio de los grandes capitales del mercado libre, a través de la actual situación de terror e impunidad.

Su gobierno, señor Uribe, es la perversión del ideal democrático, por medio del cual se permitió la legitimación popular de las medidas que cercenaron las bases mínimas de nuestra democracia, bajo el supuesto de garantizar la "seguridad".

Su democratadura puso en marcha una justicia de excepción que condenó a Colombia a una profunda regresión del exiguo Estado de derecho, en nombre de una "guerra justa contra el terrorismo", mimetizando todas las medidas represivas de los EE. UU. Es decir: aplicando el pangermanismo de la Escuela de las Américas.

Su democratadura, señor Uribe, es entonces el fascismo desaforado que elimina la presunción de inocencia, arresta y asesina por sospecha, ataca por prevención, aisla a los prisioneros, vigila la correspondencia, los teléfonos y el internet, juzga en secreto con tribunales sin rostro, sentencia sin apelación, mantiene en secreto procesos sumarios, encarcela sin asistencia jurídica, suspende el habeas corpus, niega visas a periodistas "poco claros", bloquea cuentas bancarias, castiga los comportamientos humanos considerados como "intenciones hostiles" y opera militarmente en secreto, con organismos paramilitares que no ensucien su gobierno a fin de eliminar físicamente al adversario político, es decir con espíritu de venganza, no de justicia, y finalmente financia un cuerpo amplio de base mercenaria, a fin de crear un clima de sospecha generalizada y represión contra cualquiera que ose discrepar de su "política oficial".

Usted, señor Uribe, y su concierto para delinquir establecido en el Gobierno se constituyen ahora como clase política rancia y tradicional, incapaz de reconstruir las bases del Estado nacional para hacer metamorfosis hacia las aves de rapiña y conformarse con alimentarse de los despojos de los paisanos desplazados, cebándose en el lodo y la sangre de los empobrecidos de la tierra, sobre los que se construye y engorda el imperio del dinero.

Usted, señor Uribe, no necesita las gafas, pues su ceguera es institucional y sus decisiones deliberadas claramente de la política que conduce a desconocer o ignorar las aberraciones de la fuerza pública y paramilitar contra la seguridad y la vida de una persona o población a fin de no llegar a la verdad y de no identificar a los culpables.

Es mucho más que fracaso en percatarse del crimen, implica su cohautoría y su responsabilidad, lo cual en el concierto internacional no es otra cosa que fascismo: su patrioterismo desenfrenado y la guerra rapaz son la reacción rabiosa y el ataque más feroz del gran capital contra las gentes del pueblo trabajador, su mano en el pecho con la que se presenta no es más que el disfraz de campeón de la nación maltratada, que apela a los sentimientos nacionales ultrajados como hizo el fascismo alemán a fin de declarar la mal llamada guerra de baja intensidad, terror estatal que "disuade" a la oposición sistemáticamente con genocidios, asesinatos selectivos, desapariciones forzadas, allanamientos y torturas, bombardeos, violaciones carnales, destrucción de bienes de subsistencia, detenciones arbitrarias, prevaricatos y finalmente omisiones para que todo lo anterior quede sin castigo.

Cuando las ONG y los defensores de derechos humanos denuncian que los grupos de poder se permiten actos de ferocidad, terror y sangre como a diario existe en nuestra patria, atropellando la identidad de un pueblo en el ejercicio de su soberanía, lo que están denunciando es el establecimiento de la barbarie. Barbarie, pura y simple barbarie, es la idea misma de la llamada guerra preventiva y la justificación de la mentira.

Usted como comandante en jefe es el responsable porque su rabiosa reacción a las publicaciones de las ONG es una prueba más de que usted considera enemigo a todo el pueblo y dispara por tanto contra los civiles o bombardea casas hasta jactarse.

Su barbarie de gobierno ametralla en Medellín a barrios enteros para matar a un activista, y también son bárbaros sus depósitos de "infrahumanos" hacinados, cárceles donde el tiempo transcurre sin esperanza ninguna, donde las condiciones son deprimentes, la degradación es cruel y continuada pues se ha dispuesto para los pobres antisociales, jaulas donde se pudren sin proceso los rehenes con una infraestructura dantesca y asesina.

Su barbarie es cotidiana y se basa en el racismo, o sea en la idea de que "los otros", los ignorantes campesinos, son inferiores y que para aplastarlos todo vale. Sin que los medios de información ni siquiera la condenen, se presenta como "normal" y envenenan la cultura y los valores de la misma sociedad "civilizada" que se barbariza día a día, en un descenso al infierno que no parece tener fin. Eso es lo que hacen gobiernos como el de Ariel Sharon o el de George W. Bush, que no se cansan de autoproclamarse defensores de la civilización y de la democracia mientras promueven la barbarie y la crueldad,

Usted nos trajo la doctrina del odio que degrada y se ensaña con el que está más que humillado. Recuerde sus "Convivir". Allí usted hizo que el paramilitar asesino y mercenario perdiera su vergüenza personal, la astucia y la prudencia de no mostrar descaradamente su carnicería. Por todo ello la verdad ya sale a flote: los colombianos comprendemos que su gobierno es un montaje magistral de la guerra sucia.

No nos sorprende entonces su furiosa reacción. Seguramente también está premeditada con un operativo de "acusaciones" procesadas en "labor de inteligencia" y frases de cajón, justificando cualquier arbitrariedad sobre quienes griten sus derechos... coincidencialmente al averiguar sus nombres resultarán señalados como auxiliadores de la insurgencia.

Su para-Estado esquizofrénico que toma la ley por sus propias manos y que ha sido suplantado por la corporaciones y terratenientes, a cambio del Congreso, para hacer uso de sus recursos, capitales y mecanismos que afianzan sus intereses de élite, no son más que una esquizofrenia poderosa que consolida el paramilitarismo en cambio de las Fuerzas Armadas nacionales, de la moneda extranjera en cambio de la nacional, de la importación en cambio de la producción interna, y claro, por la "Casa Blanca" a cambio del Capitolio Nacional...

Usted y los otros egoístas han establecido el terrorismo de Estado con todo este conjunto de operaciones encubiertas de los grupos paramilitares, aliados entre fuerza pública y escuadrones de la muerte... con el fin de desvertebrar las organizaciones sociales, sindicales, sociales, populares y de izquierda, sin importar que para ello se violen los derechos humanos, civiles y políticos, pues han procedido bajo el amparo de la más escandalosa impunidad, silencio y complicidad tolerante.

Por eso estoy de acuerdo que el calificativo de "autoritario" no le da ni a los tobillos, usted es un tirano que se esfuerza en urdir simulacros de elecciones libres, queriendo dotarse de una apariencia de la legitimidad que usted mismo ha injuriado.

Los tiranos van siempre acompañados de los oligarcas y terratenientes para así poder sin escrupulos regir con la más estricta barbarie sus países sometidos, pero no nos equivoquemos: ellos suelen manifestar una admiración enternecedora por los refinamientos europeos. Pero usted como tirano superó todas las expectativas, pues en su democratadura el tirano sí gusta de cenar con los sicarios que vienen a la mesa aún con las manos sucias después de una tortura...

Como defensor de los derechos humanos y miembro de una ONG, pero especialmente como colombiano de raca mandaca siento asco, y no es una cursilería, es la náusea que surge cuando empezamos a perder el miedo ante la explotación y la injusticia que nos conduce a la miseria.

Este asco se va volviendo permanente frente a los que abdican de la dignidad para congraciarse con la vileza, pues quien contempla a un verdugo humillando a su víctima y no hace nada, está siendo complice y quien mira a otro lado mientras se asesina a un ser humano está participando en el crimen. No crea que con desterrarnos estaremos ausentes. Los colombianos en el exterior somos testimonio de la vida política del país.

Aunque sus dirigentes se cubran los ojos, es imposible que no nos vean, pues siempre apareceremos para recordarle que allí estamos, que no nos hemos ido. Aunque se tapen los oídos para no oír, no pueden acallar el murmullo que crece, que se multiplica en la denuncia de su barbarie y que se hace grito reclamando justicia.

Aquí estamos también los del desplazamiento forzado, los del éxodo masivo de las poblaciones que huyen de los diversos infiernos de su teatro de operaciones, para salvaguardar la vida amenazada por el hostigamiento y la barbarie de los genocidios.

Éxodo de los sobrevivientes de familias victimizadas, que alcanzaron a ver o a escuchar los gritos de sus parientes torturados, éxodo de las viudas y las huérfanas, que vieron quemar sus casas a altas horas de la noche, mientras asesinaban a sus esposos, padres y hermanos con la más cruel de las sevicias.

Aquí estamos denunciando la total ausencia de la institucionalidad colombiana, ausencia de voluntad política cuando el Estado mismo actúa concientemente en forma fraudulenta, como estafador y traidor a la patria, al crear estructuras paramilitares. Que victimiza a líderes y opositores políticos, enseñando en los manuales militares a odiarlos y motivándoles a exterminarlos.

Quizás en el fondo, el secreto del poder de usted como tirano sea no hacer nada, absolutamente nada: así dará la impresión de regir el orden natural y bárbaro de las cosas, su despiadada lentitud del mundo, que vuelve tan triviales y fugaces las vidas humanas.

Usted no tiene un problema ideológico: la eficacia de su sistema se sustenta en el sacrificio de los marginados, acusados de ser culpables de su miseria. Seguramente los millones de ambulantes le exasperan el espacio público, de los cuales sabe que existen por sus excrementos en los andenes capitalinos. Ellos son los que limpian parabrisas en las esquinas de los semáforos aspirando a una moneda para un tinto callejero. "Quien sabe si antes de morirsen o matarsen querrán del hambre vengarsen".

¡Basta ya, señor tirano Uribe Vélez, basta ya! Es el clamor profundo del pueblo que se ha manifestado en la rebelión social, en la resistencia, expresada en miles de manifestaciones en todo el territorio, que con firmeza reclaman "¡basta!". Son nuestros humildes pueblos que hoy día alzan su "no" indignado, porque no pueden aceptar sin suicidarse la destrucción de las conquistas sociales y de los valores mismos de la civilización.

"¡Basta ya!", es la voz del pueblo que hoy vive en la marginalidad y lucha por la vida, amenazada por las políticas y el saqueo sin piedad, que con total impunidad realizan los centros de poder de la dominación. "¡Basta ya!", es el reclamo que hacen a la dignidad de la persona y del pueblo por trabajo, salud y educación. Por políticas verdaderamente sociales, frente a un Estado que ha renunciado a sus obligaciones fundamentales de servir al pueblo, para pasarse a traicionar a la patria arrodillándose ante los grandes intereses económicos del "mercado libre".

Señor tirano Uribe Vélez... Esos campesinos primitivos contra los que usted envía las tropas paramilitares, no son más que los hombres y mujeres tradicionales de nuestros campos ahora culpabilizados como los enemigos del nuevo modelo económico de desarrollo que ha incrementado la importación de alimentos, desmantelado las instituciones estatales de apoyo a los agricultores, destruído la soberanía alimentaria nacional e impuesto semillas genéticamente modificadas…

Esos"campesinos primitivos" son los que hoy día están arruinados a causa de las políticas agrícolas que estimularon la concentración de la tierra en latifundios improductivos mediante la violencia y el asesinato y el desplazamiento. Y esos campesinos son el centro de nuestra constancia como ONG.

Pues si no hay justicia en Colombia, y no la habrá en su Establecimiento, la publicación de las ONG se constituye por tanto en constancia histórica como expresión de la profunda censura moral ante la continuidad de la estrategia de muerte agenciada por su gobierno y que no guarda los mínimos reatos de distinción de lo criminal, de lo irregular y de lo distorsionado y erosionado del "Estado de derecho", pues si el derecho no defiende al débil, antes bien lo condena, lo encarcela, lo estigmatiza, lo penaliza, lo desligitima, lo falsea, es cuando el derecho se convierte en pista de carreras del ejercicio del poder y da libertades al despotismo, el terrorismo y la tiranía, para finalmente dar impunidad encubridora a todas las irresponsabilidades estatales y sus decisiones de muerte...

Por eso habrá otras muchas publicaciones que ya están calientes. Ellas son la constancia que se establece como un hecho histórico para conocimiento de la consciencia de la humanidad.

Usted, tirano Uribe, quisiera que no tuviéramos ojos en la nuca, que no escribamos la memoria, pero lo estamos haciendo, consignando y publicando, en un primer momento, las vejaciones graduales a las que somos sometidos, el exterminio sistemático de nuestra ciudadanía, y el riesgo cada vez más cercano de la muerte, y todas y cada una de las expresiones de la infamia y la barbarie que no paran; en un segundo momento, los daños irreparables que se han causado a las comunidades en resistencia, los cuales pudieron ser evitados, y los crímenes de lesa humanidad que aún siguen en la impunidad; y en un tercer momento, mostraremos ante la humanidad, los proyectos de vida y memorias que animaron a las comunidades y sus líderes en medio de su democratadura.

Las ONG, los refugiados en el interior y en el exterior estamos denunciando, rompiendo el miedo de pronunciar las palabras para desentrañar lo vivido, abriendo la muralla del silencio de los medios de comunicación colombianos. Estamos sacando a la luz el rostro de la víctima, socializando lo que ha causado el terror y rastreando sus sueños que acompañaban y propuestas alternativas para la transformación de nuestra realidad y para combatir la injusticia.

Claro, era de esperarse que esta concientización de la palabra sea tachada por usted como peligrosa, "promarxista", e intente reprimirla con la mayor violencia legal, a nombre de su democracia...

Las publicaciones que denuncian su sanguinaria tiranía son entonces acciones solidarias que abren los brazos, abrazan, encuentran, lloran, miran, confían e invitan a resistir. Estas publicaciones también se enfrentan al terrorismo de su Estado y se atreven a confrontarlo armadas de verdad, de memoria y vida.

Sus pataletas de tirano dejan ver a todas luces lo que todo el mundo sospechaba, que también hay ONG encubridoras, especialmente aquellas que reciben sus sueldos del "Plan USA para Colombia" y que por tanto se amangualan y perdonan los desmanes del "gobierno establecido".

Ellas son el fariseísmo del aparato judicial de proyección corrupta, pervertida, tolerante, y cruel aliada del terrorismo de Estado, por medio del cual se establecen fueros especiales de juzgamiento, ausencia de tipificación en las legislaciones internas de los crimenes de lesa humanidad, exclusión de elementos como la obediencia debida, y la validez "moral" de sus horrendos crímenes al constitucionalizar leyes penales que hacen de un tribunal al "juez y parte", ya que parten de procesos de amigos–enemigos del sistema, procesos archivados judicialmente por el Estado a través del silencio y la complicidad tolerante de la "verdad procesal" que busca evadir la responsabilidad oficial, al exigir "pruebas objetivas" a unas víctimas que nunca dicen nada, porque están muertos, o que no pueden decir nada porque sus victimarios operan en la oscura clandestinidad y el camuflaje intimidatorio.

Su rabia patética proviene de reconocer que cada día más colombianos rompemos el nudo de la indiferencia: los que antes cerraban las puertas de la casa, hoy abren las ventanas del corazón, dañándole su terrorífico proyecto de instalarnos el infierno para siempre.

No se preocupe, que no toda la responsabilidad caerá sobre usted. No, señor tirano, la constancia historica y los tribunales internacionales de opinión lo están dejando claro, el momento aquel que separa al Estado de derecho del Estado genocida, fue cuando en la patria aparecieron los primeros "sin nombre".

Sí, fue desde allí, cuando el Estado no quizo juzgar sino asesinar, eliminar, desaparecer, quitar de en medio al ser humano como "cosa", apropiándose al mismo tiempo de los nombres de sus víctimas, para impedirles el reconocimiento social de sus proyectos históricos, pero usted en ese entonces no estaba establecido en la silla de gobierno, pues estaba muy ocupado con las cooperativas de seguridad ciudadana, bajo el supuesto de establecer su acomodada justicia rastrera de serpiente... aquella que sólo muerde a los descalzos.

Amenaza usted, señor tirano, a más de 80 ONG... y le pone el tiro al blanco en el pecho a los defensores de los derechos humanos, para éxtasis orgásmico de sus depravados asesinos...

Con sus palabras intentan silenciar la voz del "otro", así como lo hizo con el pobre, el marginado, el explotado que comenzaba a expresarse a medida que como pueblo tomaba conciencia de su dignidad personal y exigía respeto a sus derechos por considerar sus discursos sociales, de tinte subversivo y antisistema... por ello.

Su silenciar es también sinónimo de violencia, al aniquilar los líderes, creando una ola de terror y escarmiento para que ninguna otra voz se atreva a levantarse... Pero se equivoca otra vez, señor tirano Uribe Vélez, el proceso de las ONG es un proceso histórico de concientización popular, que posibilitó la organización y la movilización de los excluídos; prototipo de llave que abrió a los oprimidos la puerta de la política, pues nos arrancó de la percepción de la vida como mero fenómeno biológico para considerar la vida como proceso biográfico.

Este proceso pedagógico y militante de los oprimidos nos permite pasar de la esfera de la ingenuidad a la esfera de la crítica, de la pasividad a la acción, del dolor a la esperanza, de la resignación a la capacidad de avanzar a la utopía.

Nuestro proceso es también de posición como el abandono de la mal llamada "neutralidad activa", pues estamos frente a una confrontación de caracter político, social y armado, generado por la dramática injusticia, desigualdad y violencia institucionalizada de un sistema elitista corrupto y excluyente, así que se hizo necesario un gran movimiento social unificado, muy amplio y plural desde la posición de los pobres, los explotados y los aplastados para emprender acciones que transformen nuestra resignación y conduzcan a proponer salidas políticas a la crisis, ya que la paz sólo se logrará en la medida que se resuelvan las causas que nos tienen en guerra.

No nos callaremos, denunciaremos, publicaremos, grabaremos, filmaremos, y pintaremos "para expresar nuestro amor, que nos hace compartir el sufrimiento del grito desgarrador de los niños y las niñas que asisten al asesinato de sus padres, de las madres enlutadas con su llanto anónimo y profundo que le preguntan a Dios porqué se asesinó a sus hijos, de las viudas que de repente se ven privadas de sus compañeros y condenadas al ostracismo de sus tierras y a la soledad".

Los defensores de los derechos humanos ya estamos previniéndonos, pues la prevención es la estrategia de las víctimas que permite estar alerta, tomar precauciones anticipadas para sobrevivir en la guerra sucia ante el riesgo del accionar irracional de sus tropas genocidas.

Pensaremos, crearemos, desarrollaremos estrategias de seguridad, redes de comunicación, construiremos mecanismos alternativos de resistencia para evitar el daño de su barbarie y la agresión de su tiranía, y advertiremos las consecuencias de su represión en la construcción de redes de solidaridad en vista a una nueva Colombia.

Usted, señor tirano, aun con toda la plata de sus amos, perdió la guerra, pues las masas "miserables" sumidas al sistema social pleno de injusticia ya no se resignan, ya no aceptan el suicidio cotidiano, su democratadura se mantenía en tanto existían pobres que lo soportaban, pero los pobres ahora se resisten, ya tampoco lo respetan, y se niegan a aceptar tanta pobreza aplastante, la que estructuró sistemáticamente la injusticia y la violencia...

Su tiranía se derrumba. Y los invasores lo dejan en ridículo. Ya la máscara democrática que la encubre no le queda, y sólo se le observa haciendo horribles muecas. Ahora la autoridad se encuentra, y soy testigo, en la voz de los sin voz, pues se escucha alta en las naciones del planeta. Esa misma voz que usted incluyó en los escenarios de la guerra, surgió del silencio que palpita lo "no negociable" con la memoria de sus muertos que expresan ya "lo que no tiene precio"

Gustavo Muñoz Matiz
c.c. 7'532.734 de Armenia
Artista colombiano en el destierro

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