Declaración política del primer encuentro de mujeres del Magdalena Medio

por Proceso de Mujeres del Magdalena Medio
Barrancabermeja, 25 de marzo de 2006

Alrededor de mil mujeres del Magdalena Medio, con delegaciones del nordeste antioqueño, valle medio del río Cimitarra, sur de Bolívar, Barrancabermeja, Puerto Wilches, Yondó, nos hemos reunido en el marco de la conmemoración del día internacional de la mujer y expresamos ante la opinión publica lo siguiente:

Nos hemos reunido movidas por la fuerza que nos ha caracterizado siempre, cansadas de los cruentos efectos que deja en nosotras y nuestras familias una política estatal de exterminio contra los desposeídos aplicada desde hace varias décadas y que ahora se ha dado en llamar seguridad democrática.

Las pobladoras y pobladores del Magdalena Medio hemos sido victimas del conflicto interno armado que se desarrolla en el país, que ha tenido expresiones funestas a través de la política de "seguridad democrática" que ha venido avalando el terrorismo de estado. Son las mujeres quienes con mayor intensidad hemos sufrido los avatares de esta violencia indiscriminada. Hoy a través de la ley 975 se pretende imponer un manto de impunidad, para que los crímenes de lesa humanidad tengan perdón y olvido, impunidad para los perpetradores de estos hechos que han destruido el tejido social de nuestra región.

Somos las mujeres quienes con nuestro esfuerzo, sacrificio y sufrimiento, hemos colocado una alta cuota en este conflicto, por eso estamos reconstruyendo ese tejido social. A través de este encuentro queremos exigir al gobierno nacional que no ratifique el tratado de libre comercio, que va a afectar a los sectores productivos del país y en especial al sector agrícola y por ende la firma de este tratado afectará de manera profunda los intereses de la mujer colombiana.

El Plan Colombia ha arrasado nuestros cultivos de alimentos con fumigaciones indiscriminadas, además de atacar los cultivos de coca que nos hemos visto obligados a cultivar ante la falta de una política agraria que garantice por lo menos la seguridad alimentaria. Esta política ha asesinado a campesinos, los ha encarcelado injustificadamente, ha perseguido toda forma de organización social y ha agudizado nuestras ya precarias condiciones de vida con la agudización de políticas neoliberales impuestas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, está repartiendo entre empresas multinacionales nuestros recursos naturales e intenta expulsarnos de nuestro territorio, ha suscrito un tratado de libre comercio que arrodilla aun más a nuestro pueblo ante los Estados Unidos y que afectará de manera más aguda a las mujeres.

También estamos cansadas de la doble opresión que nos afecta, la de una clase dominante que explota nuestro trabajo para producir una riqueza que no disfrutamos y la de una cultura machista que limita nuestra libertad y autonomía, que nos ha dejado relegadas a los trabajos domésticos, que nos trata como objetos y que no sólo nos afecta a nosotras sino a los hombres porque les impone normas de conducta agresivas y les limita su potencial. Estamos cansadas de que esta doble opresión nos impida aportar más decididamente a la transformación social.

Aquí reunidas anunciamos que ese cansancio se ha traducido en la decisión irrevocable de hacernos más protagonistas de la lucha por la conquista de la plenitud de nuestros derechos y por la construcción de una sociedad más igualitaria.

Sabemos que es un gran reto al que nos enfrentamos, sabemos que debemos exigirnos disciplina, autocrítica, solidaridad como pueblo oprimido y como mujeres oprimidas. Pero este desafío no es sólo nuestro, es también un desafío en el que obligatoriamente deben estar vinculados los hombres, nuestros compañeros, nuestros hijos, nuestros padres, nuestros hermanos, porque el acceso a la plenitud de nuestros derechos como mujeres implica necesariamente una transformación honesta de las actitudes opresoras de los hombres, así como salir de la opresión y la injusticia económica, política y social, requiere del compromiso de trabajo hombro a hombro entre hombres y mujeres.

Volveremos a nuestro amado territorio con el morral lleno de sueños y tareas; frente al incumplimiento sistemático de sus obligaciones constitucionales, seguiremos exigiendo al estado que cumpla con ellas.

Llamamos a las mujeres de Barrancabermeja y el Magdalena Medio para que sigamos profundizando en el proceso organizativo, que permita resaltar y defender los derechos de la mujer y de los pobladores, que propenda por la construcción de una nueva sociedad con justicia social al servicio de todos y todas.

Finalmente las invitamos a todas las mujeres del nordeste antioqueño, valle medio del río Cimitarra, sur de Bolívar y de todo el Magdalena Medio, a vincularse, fortalecer y participar activamente en los distintos procesos organizativos que permitan rescatar la verdadera identidad de la mujer y jugar el papel determinante e histórico en el desarrollo de nuestra región.

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