Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra
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Oleada de amenazas de muerte en Barrancabermeja ¿Por qué?
Agencia Prensa Rural / Lunes 4 de marzo de 2013
 

Desde hace ya un par de semanas se viene observando en Barrancabermeja un aumento muy significativo de las amenazas que reciben, de manera continua y con total impunidad, los miembros de las organizaciones sociales, sindicales y de derechos humanos.

En esta ocasión, como en algunas otras, el objetivo han sido las mujeres, doblemente victimizadas por su condición de género y ahora también doblemente insultadas por los enemigos de la paz por el solo hecho de defender los derechos humanos de la población víctima en el Magdalena Medio.

Las coincidencias raramente son esenciales en los sucesos que se desarrollan en medio del conflicto armado, menos aún en Colombia. Tampoco en este caso son casualidades algunas de las situaciones que se destapan.
Se destapa en primer lugar que con la salida del coronel Silva al frente de la policía del Magdalena Medio, como con la salida de tantos otros coroneles, capitanes, sargentos o patrulleros, no se acaba la grave situación de desprotección que sufren las organizaciones sociales, como también la desprotección de drogodependientes, prostitutas, personas sin hogar, mototaxistas, jóvenes y mujeres de los barrios populares o la comunidad LGTBI.

No son pocos los asesinatos, la denominada “limpieza social”, las persecuciones, los seguimientos, hostigamientos y continuas amenazas.
Se destapa también la cruda realidad del proyecto trasversal del paramilitarismo. En los medios de comunicación burgueses se apresuraban a minimizar las amenazas contra las personas que volvían a sus legítimas tierras arrebatadas a sangre y fuego por el paramilitarismo, diciendo que el llamado “ejército anti restitución”, como se autodenominan en los panfletos que todavía hoy distribuyen, no es más que un grupúsculo aislado y que solo opera en las inmediaciones de la cuenca del Atrato. Pues bien, las amenazas de Barrancabermeja contra las organizaciones sociales vienen firmadas precisamente por esa organización criminal.

Nuevamente queda claro que Barrancabermeja no es cualquier lugar en Colombia y que es allá donde los paramilitares actúan más fuertemente por la importancia histórica de la lucha social y la potencia y la resistencia barrameja. Dan duro donde el opositor social es más duro.

Se pone también de manifiesto la importancia de las negociaciones de paz en La Habana, Cuba. En las próximas semanas culminarán las conversaciones sobre tierras y probablemente se empiecen a poner encima de la mesa cuestiones que van a tener una relación más directa con el accionar bélico en sí. A pesar de que el gobierno no quiere, o no puede, parar la guerra ahora por la presión de militares y militaristas le va tocar dar pasos decididos en ese sentido o la cuerda se puede tensar tanto que la no resista la presión.
Antes o después las conversaciones van a tener que abordar la depuración de la fuerza pública y la desmovilización de los grupos paramilitares herederos de las AUC y las ACCU y que, como sus antecesoras, tienen una marcada vinculación con ejército y policía. Se va tener que hablar sobre qué hacer con esos miembros que cooperan con las mal llamadas BACRIM.

Ese momento está cercano, quizás esas bandas criminales quieran entrar a otra falsa desmovilización, como la del 2006, en una posición de fuerza para poder ganar prebendas, privilegios y amnistías y continuar con su accionar, como hasta ahora, detrás de una nueva cortina de humo.

La insurgencia, probablemente, en ese campo va a ser menos flexible de lo que ha venido demostrando en el punto de tierras, ganándole la partida continuamente a una mesa gubernamental sin cintura a expensas de los grandes capitales. Va a exigir plenas garantías políticas y ahí sí se verá que peso tiene la mafia en la negociación. Esa será otra de las manifestaciones que dejarán claro por dónde es que camina la mesa de conversaciones de paz.