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Descontento social
Protestas en firme
Oídos sordos del Gobierno Nacional a las demandas campesinas. La inconformidad social se generaliza
Hernán Camacho / Jueves 29 de agosto de 2013
 

Sin escrúpulos, el presidente de la República Juan Manuel Santos aseguró: “El tal paro no existe”. Esa frase exasperó el agitado ambiente social que se fue gestando desde el pasado lunes 19 de agosto, día cero del paro nacional agrario y popular, con antecedentes de descontento en otros renglones de la economía que por separado exigían al Gobierno una política agraria a favor del campesinado y la producción nacional.

Lo dicho por el mandatario el pasado domingo se daba mientras a esa misma hora se reportaban al menos 200 movilizaciones entre marchas, concentraciones, ocupaciones y bloqueos campesinos en 16 departamentos del país con la participación de al menos 300 mil manifestantes. La estrategia de esconder el paro no le funciona al Gobierno.

El pliego

Seis son los puntos que el campesinado colombiano exige para levantar las protestas que cumplen una semana y que ya empiezan a generar reacciones en los centros urbanos, en especial Bogotá:

La implementación de medidas y acciones frente a la crisis de la producción agropecuaria, el acceso a la propiedad de la tierra, el reconocimiento a la territorialidad campesina, la participación efectiva de las comunidades y los mineros pequeños y tradicionales en la formulación y desarrollo de la política minera, adoptar medidas y que se cumplan las garantías reales para el ejercicio de los derechos políticos de la población rural, y la inversión social en la población rural y urbana en educación, salud, vivienda, servicios públicos y vías. Son las materias básicas por las cuales debe empezar a gestarse un diálogo directo con los campesinos.

Las peticiones son históricas y versan sobre una política agraria, deuda histórica, del Estado frente al campesino. La adopción de medidas macroeconómicas en beneficio del gran capital, la firma de tratados de libre comercio y la implementación de nuevos modelos de explotación territorial excluyendo al campesinado adobaron la agitación social de estos días.

El avestruz

El llamado a la cordura en la protesta, la descalificación del interlocutor agrupado en la Mesa Agraria Nacional de Acuerdo e Interlocución (MIA), la supuesta división del movimiento agrario, el menosprecio por las demandas y la supuesta infiltración de la insurgencia en las peticiones fueron las respuestas del Gobierno Nacional para hacer lo de la avestruz.

Los hechos más significativos se viven en departamentos como Boyacá, Huila, Cauca, Nariño, Antioquia, Caquetá, en donde los manifestantes no dan el brazo a torcer hasta no encontrar interlocución y el Gobierno les aplica un trato de guerra. Las detenciones masivas a campesinos en carretera y la judicialización de dirigentes sindicales y agrarios como el ocurrido con Húber Ballesteros, vicepresidente de la central de trabajadores más grande del país, la CUT, desnaturaliza la protesta y muestra la ausencia de garantías al pensamiento discrepante del Gobierno.

Del Catatumbo para el país

El Gobierno aplica su máxima para atender la movilización social. Desde la más reciente protesta del Catatumbo a hoy no se cambia el recetario: “a las buenas o a las malas”. O se arregla sin sobresaltos, sin ruidos que puedan costar descensos en las encuestas acudiendo al chantaje, la división y los paños de agua tibia como cuando era ministro de Comercio Exterior. O “a las malas”, con la aplicación de todas las formas de violencia del Estado mediante el accionar del grupo antidisturbios de la Policía Nacional, Esmad.

Aunque no se le quiera reconocer, el paro sigue sumando esfuerzos de las organizaciones sociales y populares que no están dispuestas a ser, de nuevo, burlados por el Estado. Los voceros de la protesta le pidieron al presidente Juan Manuel Santos que llame a la MIA, que integre a todos los sectores en paro y le dé solución a las peticiones.

Otros sectores

Cumplidos ocho días de paro se han pronunciado en solidaridad transportadores y se fija fecha del paro de los maestros en cabeza de Fecode. La Unión Sindical Obrera (USO) hará un cese de actividades de 24 horas en contra de la política petrolera de Ecopetrol y las movilizaciones estudiantiles de la MANE suenan y retruenan en las calles de Colombia.

A ese respecto, la MIA hace un llamado a todas las organizaciones sociales, populares y políticas que comparten la justeza del pliego de peticiones nacionales a sumarse al paro como lo han hecho el magisterio y el sector salud.