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Declaración política de Marcha Patriótica
Nuestro principal compromiso es con la paz con justicia social y la Asamblea Nacional Constituyente
 

Los delegados al Comité Patriótico Nacional reunidos durante el 12 y 13 de octubre con el propósito de discutir la coyuntura política, económica y social por la que atraviesa país y de examinar y definir las acciones que debemos emprender como movimiento político y social con miras a hacer realidad los lineamientos de nuestra plataforma política, concluimos:

1.- Asistimos a una maduración de la crisis del régimen de dominación de clase. Son evidentes los límites del proyecto político-económico neoliberal; asimismo las fracturas en el bloque dominante en el poder. El inicio de los diálogos de La Habana y la posibilidad de un Acuerdo para la terminación del conflicto, así como una movilización social y popular en ascenso, junto con diversos procesos organizativos populares, han generado nuevas condiciones de posibilidad para un cambio político democrático.

2.- Valoramos la heroica lucha de los campesinos colombianos, organizados en el Mesa de Interlocución y Acuerdo, en el Coordinador Nacional Agrario, en las Dignidades Campesinas, en los procesos de Zonas de Reserva Campesina; manifestamos nuestra profunda solidaridad con el Paro Campesino y Popular realizado recientemente; saludamos los anuncios de movilización indígena; manifestamos nuestra disposición de apoyar la Cumbre Nacional Agraria y Popular y nos declaramos en alerta frente al cumplimiento de los acuerdos suscritos por el Gobierno de Santos con las organizaciones campesinas. Acompañaremos y manifestamos nuestro decidido apoyo a las movilizaciones estudiantiles convocadas por la Mesa Amplia Nacional Estudiantil - MANE para los meses de octubre y noviembre, al X Festival de la Nacional de la Juventud y los Estudiantes y al XVIII Festival Mundial de la Juventud; declaramos nuestro decidido apoyo y participación activa en la toma de Bogotá a llevarse a cabo por las mujeres por la paz el próximo 22 de noviembre; también a otras importantes movilizaciones y populares en curso. De manera especial saludamos el restablecimiento de la personería de la Unión Patriótica y la realización de su V Congreso del 15 al 17 de noviembre, al cual concurriremos y le ofrecemos nuestro respaldo pleno.

3. Convocamos a continuar con toda decisión con el proceso de Constituyentes Regionales y Sectoriales por la paz, experiencia político-pedagógica, que además de buscar recoger y apropiar aspiraciones del poder constituyente, representa un importante esfuerzo para la conformación de un gran movimiento de respaldo a la solución política y la paz con justicia social, vinculado a los esfuerzos de unificación del campo popular. Este proceso debe concluir en el primer semestre del año entrante en una Asamblea Nacional de Constituyentes y una majestuosa movilización social.

4. Reiteramos nuestro profundo compromiso con el proceso de diálogos y negociación entre la guerrilla de las FARC-EP y el Gobierno nacional en La Habana, en un contexto en el que se ciernen múltiples amenazas sobre él y el Gobierno se empeña con sus ambigüedades y decisiones unilaterales en desacreditarlo, poniendo en entredicho su compromiso y voluntad política real; consideramos que un cese bilateral de fuegos contribuiría no sólo a reducir la intensidad del conflicto, sino a aclimatar de mejor manera las posibilidades de la solución política; exhortamos al pronto inicio de los diálogos con el ELN. Rechazamos las pretensiones militaristas y de ultraderecha de romper los diálogos y de continuar por el camino de la guerra y el exterminio. El camino que anhela el pueblo colombiano es el de la paz con justicia social.

5. La prioridad política de Marcha Patriótica se encuentra en la necesidad de producir un cambio político hacia la mayor democratización política, económica y social del país, que permita sentar las bases para superar la crisis en maduración del proyecto político económico neoliberal y de la continuidad de la guerra impuesta por las clases dominantes a lo largo de las últimas décadas. En desarrollo de ese propósito, la lucha por un nuevo contrato social que, manteniendo los aspectos positivos del ordenamiento vigente, supere los evidentes límites históricos de la Constitución de 1991 y, en especial, aquellos que comprometen el orden neoliberal vigente, ocupa un lugar central. El camino a transitar, en consecuencia, es el de la batalla política por una Asamblea Nacional Constituyente y una nueva Constitución, que contribuyan además a refrendar los eventuales Acuerdos de La Habana y cumplan la función de verdadero Tratado de Paz con las fuerzas guerrilleras de las FARC-EP y del ELN, para el buen vivir del pueblo colombiano.

6. Avanzar hacia una ANC supone, primero, consolidar nuestro trabajo organizativo en todos los niveles, pero con atención especial, en el nivel local y regional, departamental y municipal; segundo, contribuir a fortalecer la capacidad de resistencia, movilización y de construcción de poder popular en un contexto de previsible continuidad del ascenso de las luchas sociales fruto de las múltiples conflictividades que generan las políticas sociales y las políticas de represión de la protesta social; tercero, apoyar con máximo compromiso los procesos e iniciativas de unidad del campo popular, especialmente de aquellos que se gestan en la lucha y la movilización popular; contribuir con toda nuestra capacidad al fortalecimiento del proceso de diálogos y de negociación de La Habana y de la solución política al conflicto armado, cuyo primer paso necesario es la firma.

7. Pese a que en un sentido político general, como movimiento político y social no desechamos la importancia de la participación política a través de los mecanismos institucionales como es el caso de los procesos electorales, consideramos que en la Colombia actual las condiciones y garantías para el libre ejercicio de la política se encuentran muy limitadas. Las configuraciones clientelistas, corruptas, criminales y mafiosas del régimen político, las trayectorias de exterminio del opositor político como en el caso de la Unión Patriótica, así como diseños institucionales caracterizados por la ausencia de un Estatuto de la oposición política y social, son algunas de las expresiones de ello. Por ello, nuestro compromiso con la necesidad de producir un cambio político que posibilite superar el régimen de democracia gobernable restringida, el cual incorpora justamente nuestras,pretensiones de garantías reales de participación política y social.

8. No participar como movimiento político y social en la contienda electoral, no implica un marginamiento del debate político nacional. Por el contrario, continuaremos participando de manera activa en él con nuestras posiciones a favor de la solución política al conflicto social y armado, por la necesidad de avanzar hacia una transición política que siente las bases para la paz con justicia social, a favor de una Asamblea Nacional Constituyente, por construir un nuevo bloque contrahegemónico de poder y establecer un nuevo Gobierno, contra las políticas neoliberales y las pretensiones de reprimir y criminalizar aún más la movilización y la protesta popular. En lo esencial, buscamos avanzar hacia la construcción de compromisos programáticos mínimos, que contribuirían a sentar bases sólidas para proyectar el proceso de unidad del pueblo colombiano.

9. No obstante, consideramos del mayor significado que fuerzas políticas o movimientos que hacen parte de Marcha Patriótica, y otras comprometidas con el campo popular, consideren su participación electoral en las condiciones actuales, estimen que ésta constituye una tribuna importante de denuncia y de formulación de propuestas por parte de las clases subalternas, y vean que a través de la acción parlamentaria pueden contribuir al fortalecimiento de la democratización que hoy demanda el país. Nos interesa que esas voces tengan presencia y reconocimiento. Por ello, saludamos de manera especial las aspiraciones de candidatos al Senado con demostradas trayectorias de compromiso y lucha como Carlos Lozano Guillén, Juan Castro Córdoba, entre otros; en el mismo sentido, aspiraciones a la Cámara de reconocidos dirigentes populares en diferentes departamentos del país, así como en circunscripciones especiales de negritudes y de colombianos y colombianas en el exterior. Sabemos que los militantes y simpatizantes de nuestro movimiento que tomen la decisión votar lo harán atendiendo el buen juicio político democrático y revolucionario.

10. Rechazamos la reelección de políticas neoliberales, de paz rápida y sin costo fiscal, de represión y criminalización de la protesta social; las pretensiones de sectores militaristas y de ultraderecha de privilegiar el escenario de la prolongación indefinida de la guerra; las ofertas de falsas tercerías. Llamamos a no escatimar esfuerzos en la construcción de una candidatura presidencial que represente una auténtica alternativa. Nos declaramos a la expectativa de eventuales aspiraciones del campo popular y manifestamos nuestra disposición de contribuir a una alternativa popular. Exigimos la restitución de los derechos políticos de nuestra compañera Piedad Córdoba, vocera de nuestro movimiento político y social.

11. Expresamos nuestro saludo solidario a los prisioneros políticos y de conciencia y, de manera particular, a David Ravelo y a nuestro compañero Huber Ballesteros, miembro de nuestra Junta Patriótica, otro falso positivo judicial en la larga historia de la ignominia, la represión y la criminalización de la movilización y la protesta social y popular. Exigimos su inmediata libertad.

Bogotá, D.C. 13 de octubre de 2013