Agencia Prensa Rural
Mapa del sitio
Suscríbete a servicioprensarural

El anhelo de paz, eje de la movilización social y de la campaña electoral
"Que se abran cien flores"
Alberto Pinzón Sánchez / Lunes 25 de noviembre de 2013
 

“Que se abran cien flores y compitan cien escuelas del pensamiento para promover el progreso en las artes y de las ciencias y de una cultura socialista floreciente en nuestra tierra”; fue una de las famosas frases pronunciadas por Mao Tse Tung en el verano chino de 1956, y que solo como frase impactante bien traducida, puede ser recordada en la actual Colombia.

No fue posible (como hubiésemos querido) separar en la realidad social colombiana, el proceso de paz de la Habana de la campaña electoral parlamentaria y presidencial que se avecina; por el contrario, cada vez más por efecto de que en nuestro país más que en cualquier otra formación social capitalista, tal y como lo sentenció Marx “la ideología de la clase dominante es la ideología dominante”, estos dos procesos se fusionaron y el anhelo popular de vivir en paz se ha convertido en el centro dinamizador y punto de referencia de la gran movilización social pasada y de campaña electoral futura:

La clase dominante colombiana u Oligarquía Trasnacionalizada, impregnada hasta los tuétanos de neoliberalismo autoritario y sanguinario, finalmente concentró en este punto de la paz las contradicciones habidas en el seno de sus dos fracciones rivales representadas por JM Santos y por Uribe Vélez, a quienes no separa ningún aspecto económico. Así pues que, el denominado “santo-uribismo” actúa a como un solo bloque en lo que a la economía neoliberal se refiere, pero tiene una visión totalmente enfrentada en lo que se refiere a la paz con la insurgencia y a la finalización del histórico conflicto social armado colombiano. Diferenciación esta última a la que no se le ha dado la importancia que tiene, al momento de afinar aún más nuestro análisis concreto de la realidad concreta.

Las clases subalternas, a su vez apabulladas y masacradas durante muchos años por el ritual electoral o “electorerismo de los dominantes” y que a la larga nunca ha resulto ni resuelve nada; tienen arraigada la ficción política creada durante tantos años de subordinación por el aparato ideológico de los dominantes, de que las elecciones celebradas en Colombia (donde en un mismo día se dan todos los delitos y crímenes conocidos y no conocidos contra el sufragio universal) son la “esencia de la democracia” , y, una vez más se disponen a participar en el juego electoral, pero en una situación esta vez diferente, marcada primero por la gran movilización social y popular que se está dando en Colombia y segundo, por las garantías políticas acordadas en el segundo punto de la mesa de la Habana, ya ampliamente conocidas por el Pueblo Trabajador, y esto es nuevo.

En el sector de la denominada “Izquierda colombiana” que aspira a representar electoralmente a ese Pueblo Trabajador hay tres concepciones, no solo de lo que debe ser el remplazo al neoliberalismo dominante, sino con respecto al proceso de paz que se está llevando a cabo en la Habana:

1- El candidato presidencial Navarro y su grupo, no han hecho ninguna propuesta, ni seria ni de broma, para la superación del neoliberalismo dominante que ayudó a implementar durante su gobierno en el departamento de Nariño, y concibe la paz para Colombia como una réplica de su desmovilización hecha hace 23 años cuando su guerrilla nacionalista fue derrotada.

2- Clara López, candidata presidencial del partido Polo Democrático, si bien tiene un excelente programa práctico y teórico anti neoliberal y una excelente consigna sobre la democracia con cultura de paz con justicia social y soberanía(1) , por efectos de las diversas tendencias marxistas, maoístas, enver-hoxistas, trotskistas, anapistas, nacionalistas, socialdemócratas de derecha y de izquierda y hasta liberales anti marxistas que conforman las bases de ese partido, no ha podido pasar de una formulación proteiforme de un apoyo formal al proceso de paz de la Habana y a la formulación que, de ganar la presidencia de la república continuaría el proceso de JM Santos, pero con una insistencia suya y propia (sugerida por el Centro Carter) de recurrir necesariamente a una “Mediación Internacional”

3- Y como si tratara del salto inesperado de una liebre en el camino, este 18 de noviembre un acuerdo que se venía fraguando con paciencia y discreción, entre la resucitada Unión Patriótica, el Partido Comunista colombiano, la Marcha Patriótica y otras organizaciones populares independientes, se ha lanzado la candidatura Unitaria y Popular de una de las victimas más destacadas del conflicto colombiano, Aida Avella.

Sus primeras declaraciones apuntan primero, a la conformación de un necesario Frente Amplio por la Paz con Justicia Social, Democracia y Soberanía; es decir donde el ideal de la paz que nadie rechaza, ni siquiera Uribe Vélez, se materialice en una paz concreta, resultado de una Solución Política del conflicto social y armado colombiano, del cual se está pactando solo su finalización en la mesa de la Habana, y sobre todo, resultado de la movilización de la gente del común poseedora de la llave de la paz y en Marcha hacia su segunda y definitiva independencia. Y segundo, que debe necesariamente implicar la superación “definitiva” del neoliberalismo sanguinario dominante.

Ha habido en los últimos 50 años varios intentos de unión de la llamada izquierda colombiana, todos frustrados porque además del anticomunismo, la represión y el exterminio sanguinaria de los dominantes, allí también ha imperado la ideología dominante del “mucho cacique y poco indio”, que hace desbordar los apetitos personales y las ambiciones electoreras de los seres humanos disfrazadas de “divergencias ideológicas”(2)

Experiencias negativas pactadas para fines puramente electorales, así tengan en la teoría un maravilloso programa político presidencial como la Unión Nacional de Oposición, Firmes, Frente Democrático, Polo Alternativo, Polo Democrático, ect, no se pueden volver a repetir llevándole una nueva frustración a las gentes del común; pues no solo sería no aprender de la experiencia lo que según el filósofo Ingles Francis Bacon es la más grande ineptitud humana, sino que el momento histórico es otro muy distinto.

En este caso, sería mejor darle sentido a la frase poética y hasta democrática de Mao Tse Tung con la que iniciamos esta columna: “Que se abran cien flores y que compitan cien escuelas del pensamiento”.

Notas:

1) http://www.polodemocratico.net/index.php?option=com_content&view=article&id=5294:paz-democracia-soberania-y-justicia-social-ejes-fundamentales-del-programa-alternativo-de-gobierno-de-clara-lopez-&catid=75:noticias&Itemid=66

2) http://www.razonpublica.com/index.php/politica-y-gobierno-temas-27/3702-el-polo-democratico-ambigueedad-y-corrupcion-en-la-izquierda-colombiana.html