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Colombia: 50 años de guerra (II parte)
La Violencia y la resistencia campesina
Luego de “El Bogotazo”, se inició la época conocida como “La Violencia”, durante la cual se formaron guerrillas liberales y comunistas en varias regiones del país
Camilo Rueda Navarro / Viernes 23 de mayo de 2014
 
Las guerrillas del Llano entregaron las armas en los acuerdos de paz de 1954. Guadalupe Salcedo, su principal dirigente, fue asesinado por sicarios en Bogotá.

“Ninguna mano del pueblo se levantará contra mí y la oligarquía no me mata, porque sabe que si lo hace el país se vuelca y las aguas demorarán cincuenta años en regresar a su nivel normal”, dijo Jorge Eliécer Gaitán desestimando las advertencias de sus allegados que temían por su vida.

El caudillo popular cae asesinado en 1948 y se produce el levantamiento popular conocido como “El Bogotazo”. Las masas se vuelcan a destruir e incendiar los edificios del gobierno y los símbolos del conservatismo. Aunque buena parte de la policía se subleva, la insurrección es aplacada y se mantiene el gobierno conservador.

La tensión popular que venía en ascenso desemboca en lucha armada. La policía “chulavita” la emprende contra las familias liberales y se desata la época conocida como “La Violencia”. Entre 1948 y 1958 hubo unos 300 mil muertos, según estudio de Germán Guzmán titulado “La Violencia en Colombia”.

En varias localidades del país se deponen las autoridades y se crean juntas revolucionarias que, aunque no trascienden, son muestra del gran descontento popular.

Y además surgen guerrillas en varias regiones, como la de Rafael Rangel en Santander y la de Juan de la Cruz Varela en Sumapaz. También en Antioquia, Córdoba, Cundinamarca y Tolima.

Pero en los Llanos Orientales es donde se van a organizar las guerrillas más grandes, bajo el liderazgo de hombres como Guadalupe Salcedo, Eduardo Franco y José Alvear Restrepo, entre otros, que organizan todo un ejército que da fuertes golpes a la tropa oficial.

Ante la persecución de “pájaros” y chulavitas”, el Partido Comunista lanza la consigna de organizar “autodefensas de masas” en sus zonas de influencia.

En el Tolima, el movimiento agrario organizado en Ligas Campesinas abandona la legalidad y crea comandos armados de autodefensa, principalmente en torno al municipio de Chaparral. Allí se crea la “Columna de marcha Luis Carlos Prestes”, conformada por unas 200 familias que parte hacia la cordillera central.

La columna se instala en El Davis, una finca que se convirtió en un asentamiento donde llegaron a vivir cientos de familias. Allí se establecen reglamentos de convivencia y se crean organizaciones de niños, jóvenes y mujeres.

En El Davis, la producción se centralizaba y se llevaba a un depósito desde donde se distribuía por familias. Se daban raciones al personal militar y los excedentes se comercializaban para comprar jabón, calzado, ropa y medicamentos. La circulación de dinero era casi nula.

El Davis constituyó una experiencia de “zona liberada”, gracias a la orientación que le dieron líderes como Martín Camargo y Pedro Vásquez Rendón.

Ruptura con los liberales

A medida que se va desarrollando el destacamento de El Davis, los comunistas van implantando formas organizativas que hacen surgir contradicciones con los liberales.

Mientras los liberales querían ampliar sus fincas con las de los conservadores, los comunistas querían poblar la región con todos los perseguidos, sin distinguir partido.

Por otra parte, los liberales consideraban que las armas eran de propiedad individual, promoviendo la “captura” de armamento de manera desordenada, al contrario de los comunistas, quienes consideraban que las armas eran propiedad del movimiento.

Y hacia 1952, la dirigencia del Partido Liberal orienta a sus copartidarios a la ruptura. Uno de los refugiados liberales, Pedro Antonio Marín, no estuvo de acuerdo con la división, y junto con Jacobo Prías Alape (Charro Negro), y Ciro Trujillo, decide separase de los liberales y vincularse al movimiento de El Davis. Marín toma como nombre de combate el de Manuel Marulanda, sindicalista antioqueño asesinado por el gobierno.

El rompimiento entre liberales (o “limpios”) y comunistas (o “comunes”) se agudiza hasta llegar a enfrentamientos directos.

El golpe de Rojas

En agosto de 1952 se realiza en Viotá (Cundinamarca) la Primera Conferencia Nacional Guerrillera o “Conferencia de Boyacá”, donde se busca la unificación del movimiento guerrillero bajo la conducción de Guadalupe Salcedo.

Pero en 1953 el general Gustavo Rojas Pinilla da un golpe de Estado y ofrece una amnistía a las guerrillas, a la que se acoge Guadalupe Salcedo y la mayoría de grupos armados del país.

El movimiento agrario del sur del Tolima y de Cundinamarca cesa su actividad militar pero no entrega las armas. Los núcleos de autodefensa organizan comisiones y buscan refugio en regiones más apartadas, dando inicio al proceso que algunos académicos han denominado la “colonización armada”.

La primera comisión, encabezada por Jacobo Prías Alape y Manuel Marulanda, impulsó el polo de colonización armada del sur del Tolima, en zonas como Marquetalia, Riochiquito y Tierradentro. Otra comisión, al mando de Isauro Yosa (“Líster”) y de José Castañeda (“Richard”), se instaló en Villarrica, Tolima.

La dictadura de Rojas ilegaliza al Partido Comunista y lanza un despliegue militar contra las regiones de resistencia campesina.

La guerra de Villarrica

Villarrica, municipio del oriente del Tolima, se convierte en polo de colonización campesina y allí llegan líderes agrarios como Isauro Yosa, quienes reciben el apoyo de la población y organizan sindicatos y comités.

Este movimiento llega a ser considerado una amenaza para la dictadura, por lo cual, en abril de 1955, se lanza un gran operativo militar contra la región.

Rojas declara “zona de operaciones militares” a Villarrica, Carmen de Apicalá, Icononzo, Cunday, Pandi y todo el Sumapaz. Se lanzan ametrallamientos y bombardeos, y el primero de mayo ingresa la infantería.

Como respuesta resurge el movimiento de resistencia, que pretendió inicialmente conservar sus posiciones y detener el avance del ejército.

En junio el gobierno realizó una nueva acción con nueve batallones y esto obliga a los campesinos a evacuar la región y refugiarse en las regiones de El Pato, Guayabero y el Ariari (límites de Meta y Caquetá) en una segunda ola de “colonización armada”.

Por su parte, el gobierno censura a los medios de comunicación para ocultar lo que realmente estaba sucediendo en Villarrica.

El Frente Nacional

El Paro Nacional del 10 de mayo de 1957 da al traste con la dictadura y una Junta Militar toma el mando. Se inician diálogos de paz con el movimiento armado.

Las guerrillas comunistas definen convertirse en grupos de autodefensa y conservar el armamento. Se disuelve la estructura militar y se reparten los bienes y la tierra. En Marquetalia, una finca del sur del Tolima, se organiza una colonia con las características de El Davis.

Mientras tanto, liberales y conservadores crean el Frente Nacional en el cual se empiezan a alternar la presidencia y a repartirse milimétricamente la burocracia.

El 11 de enero de 1960 cae asesinado Jacobo Prías Alape, “Charro Negro”. El asesinato es cometido por el exguerrillero liberal “Mariachi”, quien con el apoyo del gobierno había organizado un grupo para perseguir a los comunistas.

Se desata entonces una nueva ola de violencia y emerge el “bandolerismo”, con el cual las Fuerzas Militares se valen para perseguir al movimiento armado comunista.

La guerra también llega al Congreso, donde el conservador Álvaro Gómez Hurtado lanza acusaciones contra lo que llamó las “Repúblicas Independientes”, zonas que escapaban al control del gobierno central. Tras los señalamientos de Gómez, las autoridades deciden atacar.