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Orlando Fals Borda: un maestro ejemplar
Camilo Rueda Navarro / Viernes 15 de agosto de 2008
 

A mediados del año 2002, en una de las aulas de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional, el profesor Orlando Fals Borda hacía un brindis con sus alumnos. Era la última generación de estudiantes que formaba, en la clase de Paradigmas Abiertos en las Ciencias Sociales. Con su habitual humor, comentaba que ahora se dedicaría de lleno a la política, como miembro del entonces Frente Social y Político. Con unas sencillas pero emotivas palabras, y con lágrimas en los ojos, decía a sus pupilos que esperaba haber sembrado en cada uno de ellos la semilla de la rebeldía.

El profe Fals Borda había obsequiado a sus alumnos un ejemplar de su más reciente libro, “Participación popular, retos del futuro”, que recogía las memorias del congreso sobre Investigación Acción Participativa que tuvo lugar en Cartagena en 1997. A cada uno le escribió una dedicatoria. Su oficina era decorada por el retrato original donde aparece Camilo Torres Restrepo junto a su madre.

Esos semestres en que volvió a ser profesor eran una especie de reconciliación con la Universidad Nacional. Fals Borda se había vinculado con el Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales, luego de tres décadas de haber dejado el alma máter para continuar su labor por fuera de las aulas. Sin dejar de lado la investigación y la labor académica, se había distanciado de la institucionalidad universitaria y su burocracia. También del sectarismo y la paranoia de los sectores políticos universitarios, que lo señalaban de ser “agente del imperialismo”, como lo recordaba con sátira. En aquellos años no le perdonaban haber estudiado en los Estados Unidos.

Ecumenismo y unidad

El maestro Fals Borda, como fundador de la Facultad de Sociología, fue protagonista de una paradójica historia, al darse el encuentro de dos personajes contrapuestos: él, formado en la escuela sociológica estadounidense, estudioso de la sociología rural y de temas agrarios, y de origen protestante. Y Camilo Torres Restrepo, sacerdote católico, formado en la escuela sociológica francesa y especialista en sociología urbana. La aparente contradicción resultó siendo una gran amistad y una fructífera labor que permitió la creación de la primera escuela de sociología en América Latina. Junto a otro gran personaje, el jurista Eduardo Umaña Luna, fallecido recientemente, se constituyeron como grandes maestros que influyeron sobre varias generaciones.

Años después, el propio Umaña Luna recordaba, en sus magistrales, lúcidas y generalmente extensas intervenciones, la particular tríada que conformaba con ellos: un protestante, un católico y un ateo, unidos por una misma causa. Los tres hicieron parte también de los principales impulsores de constituir una perspectiva unitaria en las luchas populares, más allá de los sectarismos, las divisiones y la dispersión.

Con el impulso de Camilo, y la labor de Fals Borda, Umaña Luna y el padre Germán Guzmán, elaboraron la clásica y muy difundida obra La violencia en Colombia (1962, dos tomos), que analizaba las problemáticas sociales de “La Violencia” de la década de 1950. El libro causó polémica al cuestionar instituciones como la Iglesia y las Fuerzas Militares que incitaron a la crudeza con la que se causó uno los principales desplazamientos forzados y uno de los episodios más sangrientos de la historia del país.

Revolucionando las ciencias sociales

En sus primeros trabajos, como “Campesinos de los Andes” (1955) Fals Borda analizó al campesinado y los cambios que se estaban operando en el ámbito rural. Tales temáticas fueron analizadas cuando el problema de la reforma agraria generaba intensas movilizaciones y debates en toda América Latina.

A lo largo de la década de 1960 la labor de Fals Borda por el cambio social se intensificó, publicando varias obras relacionadas con el tema de la subversión, en las que analiza los movimientos sociales y la capacidad del Estado colombiano para asimilar los conflictos y las demandas de cambio.

Así mismo, Fals Borda fue uno de los creadores de la Investigación Acción Participativa (IAP), una perspectiva metodológica para las ciencias sociales con la que, junto a otros autores, buscaba articular el conocimiento de la realidad social a la práctica política, sin perder el rigor científico. Esta óptica, inspirada en el planteamiento marxista de “conocer la realidad para transformarla”, fue aplicada en la elaboración y publicación de su célebre obra “Historia doble de la Costa”, de cuatro volúmenes aparecidos entre 1979 y 1986, en la cual se recupera la historia oral de las comunidades del Caribe colombiano.

Pionero de la comunicación alternativa

En 1974, junto al Nóbel Gabriel García Márquez y el (hoy converso) periodista Enrique Santos Calderón, fundó la revista Alternativa, una de las pioneras de la comunicación alternativa en Colombia y una de las principales publicaciones de la izquierda en la década de 1970.

Alternativa dejó un gran legado, que se encuentra sintetizado en los cuatro principios de la revista: 1) divulgar las luchas populares y sociales de la época, 2) contrarrestar la influencia de los medios comerciales y la gran prensa burguesa, 3) propiciar y difundir, con un lenguaje sencillo, investigaciones sobre problemáticas de la realidad nacional, y 4) propiciar el pluralismo y la unidad de la izquierda. Desde la dirección, pasando por el equipo periodístico hasta el personal de la revista, era militante de organizaciones de izquierda de diversas corrientes.

No obstante, Alternativa no escapó a las divisiones y se fragmentó en dos. Gabo y Santos Calderón tomaron el mando de la revista “oficial”, mientras que Fals Borda y gran parte de los trabajadores conformaron Alternativa del pueblo. El aparente radicalismo de Gabo y Santos quedaron en los setenta. Como lo recordaba con humor el siempre presente Jaime Garzón, cuando Gabo se ganó el Nóbel, se enriquecieron y rectificaron el camino. [1]

Construir región para un nuevo país

La labor de Fals Borda con las comunidades del país dio pie para la formulación de una teoría de la configuración regional, que se tradujo en una propuesta de reorganización territorial del país basada en las diversas características socio-económicas y culturales de Colombia. Esta teoría de la regionalización de Fals Borda ha sido retomada por la Agencia Prensa Rural, en la que se organiza la información nacional según las regiones propuestas por él.

Su propuesta de reordenamiento territorial fue debatida en la Asamblea Nacional Constituyente en 1991, al ser Fals Borda delegatario de la Alianza Democrática M-19 (ADM-19), y está consagrada en los artículos 286, 306 y 307 de la carta política. Allí se estipula que “La ley podrá darles el carácter de entidades territoriales a las regiones y provincias que se constituyan (…)” (art. 286) y “Dos o más departamentos podrán constituirse en regiones administrativas y de planificación, con personería jurídica, autonomía y patrimonio propio.” (art. 306). Lamentablemente aún no se ha legislado en la materia, impidiendo concretar esta posibilidad.

Fals Borda dedicó sus últimos años a trabajar por consolidar un proyecto político unitario de izquierda, y a fundamentar su propuesta de “socialismo raizal”, como la llamó. Primero con la ADM-19, luego desde las coaliciones del Frente Social y Político y Alternativa Democrática, para luego llegar a ser presidente honorario del Polo Democrático Alternativo. Nunca claudicó ni renegó de sus concepciones políticas. Su valiosa obra y su afectuoso recuerdo lo hacen un maestro ejemplar.

[1Para conocer más sobre la experiencia de Alternativa, ver: http://www.prensarural.org/spip/spip.php?article549