Agencia Prensa Rural
Mapa del sitio
Suscríbete a servicioprensarural

Asesinado Eduardo Alarcón Díaz, defensor de derechos humanos de Campoalegre (Huila)
El compañero venía denunciando amenazas y atentados proferidos presuntamente por miembros de la Policía Nacional
 

Asesinado Eduardo Alarcón Díaz, de 35 años de edad, defensor de derechos humanos del municipio de Campoalegre (Huila). Los hechos ocurrieron en su finca en la vereda Las Vueltas, en Campoalegre, distante 20 minutos del casco urbano de este municipio, el 14 de Agosto de 2014, aproximadamente a las ocho de la mañana.

El compañero venía denunciando amenazas y atentados proferidos presuntamente por miembros de la Policía Nacional de Campoalegre, luego de que logró identificar dos policías que hicieron parte de un grupo de uniformados de la institución quienes hace cinco años llegaran a su casa ubicada en el casco urbano de Campoalegre e intentaran raptarlo sin lograr su cometido, poniendo esto en conocimiento de las autoridades.

El intento de rapto presuntamente se dio como retaliación por las denuncias que había presentado Eduardo en contra de los dos uniformados por un procedimiento ilegal que en contra de él y su hermano realizaron, donde resultaron detenidos ilegalmente, sometidos a golpes luego de ser disminuidos y esposados y encalabozados en la Estación de la Policía de Campoalegre.

Producto de las denuncias, pocos meses después del intento de rapto, Eduardo tuvo conocimiento de que presuntamente estos policías habían ordenado su muerte, pagando una suma de dinero a delincuentes del municipio, y denunció lo sucedido directamente a la Inspección General de la Policía, sufriendo el 9 de agosto del 2009 a tempranas horas de la mañana un atentado donde dos sujetos, que se encontraban escondidos en un matorral, dispararon en su contra cuando Eduardo transitaba en moto con su hermano, mientras cruzaban un brazuelo del río Neiva cuando se dirigían a la finca de su padre, donde hoy fue asesinado.

En dicho atentado resultó muerto José Miller Alarcón Díaz, uno de sus hermanos, y él quedó herido de un impacto de bala en su espalda, cuya ojiva, por la cercanía a su columna, los médicos que lo atendieron no pudieron extraer, estando en la actualidad alojada en su cuerpo.

Eduardo nuevamente denunció con claridad que los perpetradores de este atentado y homicidio de su hermano eran miembros de la Policía Nacional, sin que avanzaran ninguna de las investigaciones iniciadas.

Al poco tiempo, en un nuevo atentado, resulta herido otro de los hermanos de Eduardo, cuando hombres armados llegaron a preguntarlo a su finca, y al no encontrarlo dispararon en contra de la humanidad de su hermano, propinándole una herida en su ingle.

Al no observar avances en las investigaciones y siendo trasladados de Campoalegre los policías que con nombre propio Eduardo había señalado de responsables de los dos atentados, denunció los hechos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, quienes, vía correo electrónico, habían mostrado preocupación por su integridad física y estaban investigando los hechos mencionados.

Eduardo deja una viuda de nombre Angélica Chala y dos hijas de 6 y 11 años menores de edad.