El sindicato que agrupa a los guardias vinculados al Inpec realizó el jueves una movilización por las calles de Bogotá, que terminó frente al Ministerio de Justicia para reclamar el cumplimiento del acta de acuerdos firmada el 28 de mayo pasado.

Mientras tanto, las cárceles siguen acogiendo el plan reglamento y cada día se suman nuevos establecimientos penitenciarios. Los guardias también adelantan una jornada llamada el Día de la Dignidad Penitenciaria, donde ningún interno sale a remisión judicial, únicamente a citas médicas; le cual se cumplió el pasado jueves.

El plan reglamento es una estrategia del Sindicato de Empleados de la Unidad Penitenciaria (Seup) para evitar que continúe el hacinamiento en los centros de reclusión que ya están abarrotados; lo cual, obviamente es un riesgo laboral y para la vida misma de los guardias. Ya ha habido amotinamientos por este problema con consecuencias trágicas. Consiste en la no recepción de reclusos en las cárceles ni su traslado a las audiencias.

Antes de salir del Ministerio, Alfonso Gómez Méndez, agilizó los trámites que no movió en meses atrás. Tras el cambio el Ministro entrante pidió un documento que el Seup está elaborando con el nuevo director del Inpec para viabilizar el cumplimiento de parte de lo acordado. Al tiempo, se adelanta un estudio técnico para encontrar soluciones de fondo a la problemática.

“Aquí el problema es estructural y de recursos económicos pero, según manifestaba el Ministro de Hacienda, no hay plata para meterle a las cárceles. Así que todo va a estar difícil. Esperamos que la voluntad política se dé y que el gobierno cumpla con el acta que se plasmó, para mejorar tanto la situación de los internos en su estadía en las cárceles como la situación laboral de los funcionarios”, señaló Nelson Barrera, presidente del Seup.

El plan reglamento lleva ya más de 20 días y no tiene fecha de finalización. El Seup sigue abierto al diálogo y sus bases se mantienen en alerta máxima, sumándose a las movilizaciones. Los guardias se han visto obligados a tapar sus caras con una manta blanca durante las movilizaciones porque han recibido amenazas, algunas desde los mismos internos y otras de un origen aún no certero. Prefieren no ser identificados ni por los reos, ni por sus jefes y menos por el Estado.

Los días de Dignidad Penitenciaria continuarán. Las URI, que reciben las cargas de las cárceles, están a reventar con internos hasta en los parques. Como anota Barrera, “parece que el gobierno sigue indolente con sus infractores penales”.