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28 y 29 de noviembre en Barrancabermeja: VI Festival
Tambora: tradición y resistencia
Agencia Prensa Rural / Jueves 27 de noviembre de 2014
 

El Río Grande de la Magdalena ha sido testigo inobjetable de lo acaecido con nuestro pueblo. En el trasegar de sus aguas se mueven ecos de una tragedia que por siglos estremece los cimientos de las estructuras sociales con gritos mudos. Y como todo tiene su musicalidad, y como esa musicalidad se ha movido por el espacio, se mezclaron relatos de caderas rítmicas con causalidades de resistencia.

La tragedia no puede ser peor. Más de quinientos años de economía extractiva, con una clase dirigente de todos los niveles, carentes de imaginación para integrar a la vasta población en un proyecto de país, y los tambores, que son la placenta viva moviéndose con sus diversas variaciones por el territorio, comenzaron su ritual de guerra, una guerra supremamente dolorosa pero sin derrotas definitivas.

El golpe del tambor es un lenguaje milenario, que se nutre de semillas y vestuarios típicos y danzarines; forma estética de resistir a modelos económicos capaces de crear grandes aparatos de tierra arrasada, con armas e industria. El negro, el indígena y el mestizaje campesino, o la densidad del pescador, que tiende a ser de ojos oscuros, convierten en pregones y percusión la cotidianidad, las incidencias de la vida, y eso hace a la cultura riana indestructible: con su sombrero vueltiao, cotizas o tres puntá, andan y andan; y parecen un proceso cognitivo que lleva a las cantadoras y cantadores a recorrer esos senderos bajo la luna, el sol y la fauna que aún persiste pese al trauma ambiental, a transformar la existencia en música que huele y sabe a tronco seco.

Cuando las expresiones artísticas tradicionales son capaces de convivir con modelos económicos excluyentes y salvajes, son testimonio de resistencia.

El VI Festival de Tambora Cultural Comunal Constituyente por la Paz del Magdalena Medio es el testimonio de un pueblo anfibio, que se mueve por el territorio, y que se anidó en la comuna cinco del municipio más influyente del Magdalena Medio por su capacidad económica en materia de hidrocarburos, Barrancabermeja, que mueve la incipiente industria de un país cooptado por el capital transnacional y sus multinacionales de turno.

Es en este escenario, en donde la droga y la juventud continúan sacrificando sus capacidades intelectuales y la violencia se multiplica y muta en otras formas de violencia, que la expresión cultural y artística le habla a la región e invita a pensarse otro modelo de sociedad; porque las formas precarias de vida, corrupción o violación de los derechos fundamentales no se los inventó la gente alegre que celebra los signos de su existencia a través del arte tradicional, fue la clase dominante, y por tal motivo, pretende construir mandatos populares en donde el derecho a la obsesión creativa de las artes sean un modelo de educación alternativa capaz de formar ciudadanos integrales y transformadores de la realidad; y los comunales sean los veedores reales de esas decisiones políticas que influyen en el desarrollo y las condiciones materiales de vida.

Por estas humildes y necesarias causas estamos invitando a la ciudadanía a que se vincule a este VI Festival de Tambora, que iniciará este 28 de noviembre desde las 9:00 am con el ejercicio constituyente con sus respectivas mesas de trabajo para el sector comunal y cultural, en el salón de junta de acción comunal del barrio La Esperanza, en donde se construirán mandatos insumos para esa gran Constitución popular capaz de transformar los órdenes sociales; y posteriormente, sábado 29, Festival de Tambora con grupos provenientes de las comunidades del río grande de la Magdalena y representantes del semillero local del puerto petrolero en la cancha de fútbol del barrio Primero de Mayo.

La transformación de las dinámicas sociales, desde escenarios artísticos en donde podamos mirarnos en los acumulados culturales, son momentos de saltos cualitativos indispensables para empoderar a las bases sociales de la autonomía sobre la elección del destino propio.