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Denuncian indígenas del Cauca
Las órdenes del general: nos va a matar esta noche
 
Ni general, ni Páez, ni Varón

Han llegado tropas, helicópteros y tanques al sitio de bloqueo en la carretera
Panamericana al mando de un general Páez Varón. A toda costa asegura que esta
noche despejará la vía. Por la vía asesinan. Lo que no han hecho en 516
años por hacer valer los derechos de los pueblos, lo hacen en un día y una
noche por abrir una vía para el despojo. Antes asesinan y mueven tropas por el
derecho sagrado a una vía que hacer lo digno para defender la vida de pueblos
cansados de la miseria, de la exclusión, del genocidio: ¡Asesinos! Son
asesinos.

Asegura el general Orlando Páez Varón con la desfachatez de un mentiroso sin
escrúpulos que la protesta indígena está infiltrada por las FARC. Asesino y mentiroso. Miente para asesinar. Necesita una excusa para ejecutar el
genocidio. Se inventa la de siempre. General Páez, asesino obediente, su
patrón el gobierno Uribe, el gobernador González Mosquera, el patrón de
ellos en las transnacionales, le han ordenado despejar la vía del despojo.
Quitar las moscas, los zancudos, las cucarachas, los nadie de siempre que
siempre se matan y despojan para que se enriquezca el patrón.

Asesinos de ahora y de siempre. Cada indígena muerto por sus balas asesinas es
su culpa. No habrá quien lave su sucia conciencia, ni la de sus hombres, ni la
de sus jefes nacionales y transnacionales. Ya hoy hay más de veinte indígenas
heridos. Dos falleciendo, cuatro a punto de perder los ojos, cuatro más con heridas
de bala en las piernas. ¡Asesinos!

Comparemos para que quede constancia:

Comparemos los hombres escudados de “robocop”, armados hasta los dientes,
con quienes con un bastón se paran delante de ellos a defender con sus cuerpos
la dignidad y el territorio.

Comparemos a un generalote que llega con sus tanques y helicópteros y balas y
mentiras a barrer con un pueblo inventando una alianza con las FARC que no
existe para crear un enemigo que puedan asesinar impunemente. Comparémoslos
con hombres, mujeres y niños que son conscientes de que los van a acusar de
ser guerrilleros y los van a masacrar, pero su conciencia los hace preferir la
muerte digna a la vida en humillación y en silencio.

General; ni Páez, porque esos somos nosotros, los hijos de esta tierra que
usted insulta, los que llevamos la sangre que usted derrama, los que venimos de
la misma madre que usted niega y asesina.

General: ¿Varón? Qué Varón va a ser un hombre que enfrenta la fuerza de
las ideas con la fuerza de las armas. ¿Valiente general? Valientes nosotras y
nosotros que no tenemos más que nuestras vidas y nuestras ideas y cultura para
defendernos y no recurrimos a mentiras ni a acorazados ejércitos y armas para
defender a quienes se roban la vida de los suyos.

Mentiroso; ni Páez, ni Varón, ni general. Usted es un siervo de los que roban
y matan para enriquecerse. El problema no es usted, general, sino quienes lo
mandan y mandan a sus hombres.

Esta es una orden de su Madre, de su Pueblo: Deténganse, no despejen la vía.
Despejen el país de presidentes, gobernadores, gamonales y corporaciones que
nos matan de humillación y de hambre. Es una orden, general: le prohibimos
mentir y matarnos. Dé la vuelta y defienda su país. Expulse a los que ya han
matado 516 años, no se manche de más deshonra.

Es posible que mañana haya más sangre regada en los campos del Cauca. La
Madre Tierra llorará de nuevo y las mentiras serán impuestas. Eso no
cambiará la verdad: los pueblos de esta tierra, sabios y dignos estamos ahora
acá, listos a defender con nuestras vidas la vida de esta tierra, la justicia,
la dignidad y la libertad. General, sea Páez y Varón, obedezca la voz de la
Madre Tierra y de sus hijos. No vale la pena aplastar un pueblo heroico por
unos pesos y un titular.

Hoy, 14 de octubre, general Páez Varón, presidente Uribe, gobernador
González Mosquera, comerciantes, gamonales, terratenientes y gerentes
insaciables, hoy mismo, el Consejo de Estado condenó al Ministerio de
Defensa-Nación al pago de una indemnización por daños morales y alteración
grave de existencia a favor de 82 indígenas, como consecuencia de la masacre
del Naya. Ya ustedes están condenados por la masacre de hoy. Desde hoy los
condenamos por la de esta noche del 14 de octubre de 2008. Asesinos. Matan por
enriquecer a algunos. Matan el ejemplo y la vida, mientras muchos, demasiados,
ven las noticias por televisión y no hacen lo que hay que hacer. Paeces,
nosotras y nosotros. ¿Dónde están los pueblos dignos que detengan a este
asesino?

Usted trabaja para los gringos, para los dueños de este país, para la muerte
y la indignidad.

Pero nosotras y nosotros, humildes y nasa, ¡ya los derrotamos! ¡Ya basta!