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Fosas comunes
Juan Cendales / Jueves 30 de octubre de 2008
 

La España franquista, la de los represaliados, desaparecidos y torturados. La de los cuerpos tirados en las cunetas o en los rios. La de las fosas comunes. La España de los ciento treinta o ciento cuarenta mil fusilados y tres millones de exiliados, es muy similar, demasiado, a la Colombia del paramilitarismo, la motosierra y la Seguridad Democrática. La de los cuatro millones de desplazados, los quince mil desaparecidos y los veinticinco mil ejecutados extrrajudicialmente por razones políticas. La de los torturados, los amenazados y la de los miles de detenidos en ateridas noches de redadas y allanamientos. La Colombia de las diseminadas fosas comunes.

Do hombres, dos caudillos, distantes en el tiempo y en el espacio, pero estrechamente cercanos, horrorosamente parecidos, como dos gotas de sangre.

Semejantes en el desprecio por la vida y la arrogancia militarista. El arrebato guerrerista. Iguales en el cinismo religioso-patriotero donde las alabanzas a la Patria y las poses camanduleras se usan como propaganda y como treta. Uno ellos será condenado post morten porque aunque es cierto que ya la historia lo ha condenado, la justicia de los hombres, la penal, todavía puede juzgarlo como reo eternamente ausente pero aún dolorosamente presente. El otro podrá ser juzgado vivo y de cuerpo presente aunque para evitarlo siga buscando desesperadamente la eterna reelección.

Bueno sería que quienes hablan de la hispanidad, de los valores, tradiciones e historia común que nos hermanan, hablaran tambien del deseo común de la verdad y la justicia frente a los horrores de genocidios y exterminios que en uno de los paises se cometieron hace setenta años y en el otro nos estremecen y aterran en estos tiempos presentes.