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Muere preso político ante negligencia del Estado colombiano
Jesús Miguel Velandia León murió en el Hospital Universitario de Santander después de padecer cáncer sin que hubiese recibido la atención médica adecuada, contraviniendo las reglas mínimas de tratamiento de los reclusos de Naciones Unidas y del derecho internacional humanitario.
 

A las 10:30 pm del miércoles 11 de febrero, el preso político Jesús Miguel Velandia León murió en el Hospital Universitario de Santander después de padecer cáncer sin que hubiese recibido la atención médica adecuada, contraviniendo las reglas mínimas de tratamiento de los reclusos de Naciones Unidas y del derecho internacional humanitario.

Jesús Miguel había sido capturado el 30 de noviembre de 2010 en la vereda La Cristalina de Rionegro (Santander), señalado por la inteligencia militar de pertenecer a las FARC-EP, siendo condenado de manera irregular por el delito de rebelión y homicidio ante la pésima asesoría de un abogado de la Defensoría del Pueblo que le aconsejó que aceptara cargos por estos delitos; posteriormente recluido en el centro penitenciario de alta y mediana seguridad de Palogordo, Girón.

Velandia era un humilde campesino de 54 años de edad que no sabía leer ni escribir. Nacido el 25 de enero de 1961. Desde el 4 de abril de 2012 le iniciaron una serie de dolencias que obligaron a su hospitalización determinándose posteriormente que padecía del cáncer denominado “tumor maligno de la ampolla de Vater”.

Durante un tiempo considerable Jesus Miguel permaneció sin atención en el patio tres de Palogordo, obligando al Colectivo de Presos Políticos “José Antonio Galán” a efectuar acciones pacíficas de desobediencia para exigir del Inpec y Caprecom la atención inmediata en salud.

Ante esta situación se fallaron dos tutelas a su favor, la última el 14 de noviembre de 2014 por el juzgado octavo penal del circuito de Bucaramanga, y ante el incumplimiento de Caprecom EPS se interpuso incidente de desacato el 4 de enero de 2015, siendo desestimado el 6 de febrero de 2015, por cuanto Caprecom EPS a última hora suministró algunos medicamentos y procedimientos para evitar la sanción respectiva, esto cuando ya la muerte de Jesús Miguel era inminente en medio de los más fuertes dolores.

Su muerte se produce por negligencia de Estado colombiano que le negó la atención médica oportuna para contrarrestar los efectos del cáncer, ya que permaneció desde abril de 2012 sin recibir el tratamiento adecuado.

Igualmente se observa el perverso papel de los jueces de ejecución de penas de Bucaramanga, que de forma reiterada negaron la domiciliaria bajo el argumento de que el concepto de Medicina Legal concluía que su cáncer era una enfermedad tratable en condiciones de privación de la libertad, desconociendo la grave crisis de salud de las cárceles colombianas.

Sin lugar a dudas, las condiciones en que murió Jesús Miguel constituyen actos de tortura que evidencian la aplicación de un derecho penal de enemigo, que en la práctica es una pena de muerte silenciosa; dejando constancia de que este no es el único caso registrado. Basta con recordar la situación similar ocurrida a los presos políticos del ELN José Albeiro Manjarrés Cupitre, que fallece por desatención de Estado el 12 de enero de 2011, y Vicente Saul Balcárcel el 18 de septiembre de 2012.

En este momento el cuerpo de Jesús Miguel está siendo velado en la sala dos de la funeraria San Pedro ubicada en la calle 45 Nº 27-71 de Bucaramanga. Invitamos a las organizaciones regionales a expresar su rechazo por lo ocurrido y manifestar solidaridad con la humilde familia de Jesús Miguel.

Bucaramanga, 12 de febrero de 2015

Comité de Solidaridad Con los Presos Políticos (FCSPP)
Equipo de asistencia humanitaria y carcelaria DDHH de la CUT de Santander
Equipo Jurídico Pueblos (EJP)
Asociación de familiares del Nororiente colombiano