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Pedagogía a paneleros para uso correcto del balso, camillo y guácimo
Agencia de noticias UN / Lunes 23 de febrero de 2015
 

Estas tres plantas silvestres que se producen en algunas zonas paneleras de Cundinamarca y que se usan como aglutinantes, corren peligro por su uso desmedido.

Las plantas aglutinantes son componentes fundamentales en la elaboración de la panela ya que se usan para recoger sustancias y elementos no deseables en el jugo de la caña y, de esta manera, mejorar la calidad del producto.

Sin embargo, en los últimos años las poblaciones de esta especie se han disminuido sustancialmente debido al uso indiscriminado y al desconocimiento de las prácticas para su conservación.

Si estas especies se usaran de manera racional, no habría necesidad de recurrir a la utilización de sustancias de síntesis química para reemplazarlas, lo cual permitiría seguir produciendo panela natural.

Por ello, un proyecto del Centro Internacional de Física (CIF), adscrito a la Universidad Nacional de Colombia, realizado en los municipios cundinamarqueses de Puerto Salgar, Guaduas y Caparrapí, buscó una reforestación productiva y revisó el proceso de propagación de todas estas especies a través de semillas, estacas o esquejes con el fin de que los paneleros las sembraran en sus fincas.

Una vez el productor encuentra la planta, extrae la corteza del tallo principal. Este se macera, se humedece en agua y se deja reposar dentro de un balde unas dos horas. De este proceso se produce una sustancia viscosa, que es la que se agrega a los jugos en el momento de la cocción cuando se fabrica la miel. De esta manera, se eliminan todas las impurezas, y se obtiene una panela más limpia.

“Al cortar la corteza al tallo del árbol, queda desprotegido, vulnerable ante las plagas y enfermedades, y sin la conducción adecuada de nutrientes”, explica José Mejía, integrante del Grupo de Biotecnología del CIF.

El proyecto encontró que la mejor forma de propagación de estas especies es a través de la semilla. “Las zonas en las que se plantarán estas plantas son de ladera, por lo que necesitamos que el árbol tenga un gran desarrollo de su sistema de raíces para que se aferre mejor al suelo”, explica el biotecnólogo.

Así, por ejemplo, el balso, que es la más difícil de propagar, tuvo porcentajes entre el 0 % y el 4 % por estacas. En cuanto a las semillas, se mezcló humus de lombriz con el suelo y se mantuvo en condiciones controladas de humedad, con lo que alcanzó porcentajes de germinación de hasta un 50 %.

Con el guácimo, a través de semillas, se obtuvieron porcentajes de germinación de hasta un 80 %. En cuanto al arbusto del camillo, que según los productores es el mejor aglutinante que hay, se obtuvieron resultados de hasta el 95 % de propagación.

“Trabajamos con estas especies durante todo el proceso, desde la siembra hasta la parte del establecimiento y la producción. Pero lo más importante es que lo que se hizo con ellas fue a partir de los principios de la agricultura ecológica”, afirma Mejía.

Así, con dichos principios, los paneleros aprendieron a sembrar y a utilizar estas plantas para frenar su desaparición.

De acuerdo con Fedepanela, Cundinamarca es el segundo departamento productor de panela, después de Santander, con 174.000 toneladas.