Corporación Acción Humanitaria por la Convivencia y la Paz del Nordeste Antioqueño
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La minería absorbe al campesino
Primera Preconstituyente Regional Agrominera de Segovia y Remedios (Antioquia)
Bibiana Ramírez / Viernes 10 de abril de 2015
 
La preocupación de las comunidades agromineras se evidenció en la preconstituyente. Foto Bibiana Ramírez.

El nordeste de Antioquia es una zona donde la minería se volvió el principal motor de la economía. Miles de personas viven de este oficio. Por ello algunas organizaciones sociales se dieron cuenta de que es un tema que se debe pensar entre todos, primero por las problemáticas que esto trae y unas posibles soluciones que deben salir desde las mismas comunidades.

Por ello fue que se realizó la primera Preconstituyente Regional Agrominera de Segovia y Remedios, donde campesinos y mineros llegaron a la casa de la cultura de Segovia para debatir un tema que toca a todos. “Lo que tenemos que hacer es ver hasta dónde nos está haciendo daño la minería y cómo nos está absorbiendo, quitándonos la condición de campesinos porque ya no estamos sembrando, se nos olvidó lo que veníamos haciendo por décadas, nos dejamos cegar por un brillo que poco a poco se va opacando”, dice un líder con cierta tristeza en sus palabras.

Se trabajó en dos mesas temáticas, una sobre minería y otra sobre defensa del territorio y prácticas agromineras. En cuanto a la minería, denunciaban los daños que hacen las retroexcavadoras a las carreteras. “En el resguardo indígena Tagual la Po, ya las carreteras están inservibles y tampoco hay allí inversión social y menos en una comunidad que es muy vulnerable”, dice un líder en una de las mesas.

Propuestas

Desde la vereda Rancho Quemao, en la mina La Fe “queremos, por minería de hecho, por los años que llevamos haciéndolo, que nos den ese título, que nos desgajen ese pedazo de terreno para nosotros, para la comunidad”, dice Hugo Pino. Es que allí los mismos mineros emprendieron proyectos para el beneficio de todos. Hicieron la carretera, han arreglado la escuela, tienen proyectos de hacer un centro de salud y una guardería.

En cuanto al trabajo del campo, algunos se han retirado de la minería y han vuelto a cultivar la tierra. “Yo renuncié a la minería porque sé que no va a durar mucho tiempo y que la situación se va a poner más dura y en vez de sacarle a la tierra el mineral, más bien le doy semillas y la nutro con los abonos orgánicos”.

Otros hablan de cómo limpiar ese daño que le han hecho a la tierra, “cómo vamos a sanar la vida de la naturaleza. Qué le vamos a echar en la herida”. Porque saben que la minería, sobre todo la de retro y mercurio destruye el ambiente. Y son los ríos los principales afectados: ya muchos están secos y la mayoría contaminados.

“Si no hicimos nada en el momento para frenar todo esto, cuando el territorio nos pertenecía, ya que nos lo quitaron, nada podemos hacer ahora”. Aseguran que el Estado los quiere acorralar y que a todos quienes allí trabajan les falta autoridad en las decisiones.

“De ilegales no tenemos nada. Es como nos quiere señalar el gobierno para que eso se nos meta en la cabeza”. Es el oficio que muchos se vieron obligados a realizar por las mismas condiciones económicas que se generaron en la zona. Allí todo es costoso y se consume con rapidez.

El profesor Jaime Arias, de la Universidad Externado, que estuvo en la preconstituyente, hablaba de que “hay que tener la visión de las reservas mineras en el territorio para la certeza en la discusión con el Estado. Estamos defendiendo la cantidad de oro que hay probada por la comunidad, no por las empresas. Y decir sector minero es quitarle la identidad al minero en el país”.