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¿Qué pretenden esconder militares y paramilitares generando desplazamientos?
Comunidad de Paz de San José de Apartadó / Sábado 18 de abril de 2015
 

Por estos días en Urabá se desarrolla una monstruosa operación militar y judicial supuestamente para dar con el paradero de alias ``Otoniel´´ máximo cabecilla de los paramilitares, todo ello ha generado desplazamientos masivos contra la población civil. Sin embargo, con todas las operaciones y la presencia de los agentes del Estado, no llegan al fortín propiedad de los paramilitares en la región, pues de forma continua se les ve patrullando por las veredas Rodoxali, La Hoz, Playa Larga, Las Flores, entre otras, donde además hace poco se vio la presencia de cabecillas de los paramilitares. ¿Será que se esta buscando al máximo cabecilla de los paramilitares o será más bien un show mediático orquestado desde la Fuerza Pública para ocultar la estrecha relación que estos han tenido durante décadas en Urabá? ¿Qué pretenden esconder militares y paramilitares generando desplazamientos en los corregimientos de San José y Nuevo Antioquia? ¿No será más bien la creación de un sismo de violencia calculado milimétricamente para tomar control en la región al desterrar a sus pobladores y así explotar la minería que se proyecta realizar en la región?.
De nuevo la Comunidad de Paz deja constancia de estos nuevos hechos ante la humanidad y la historia:

  • El jueves 2 de abril de 2015, fue visto el reconocido paramilitar alias ´´Tribilín´´ acompañado de varios paramilitares en la vereda Playa Larga, en el corregimiento de San José. Allí abordó a varios pobladores de la zona y anunció que “los operativos militares no le ha hecho nada, que miren como estaban tranquilos por esta zona, que los operativos eran en otro lado y no contra ellos”.
  • El miércoles 8 de abril de 2015, la comunidad tuvo conocimiento de las distintas comunicaciones que viene enviando el Gobierno Nacional a organizaciones internacionales que acompañan a la Comunidad, en las que se menciona que las relaciones con la Comunidad de Paz han mejorado, que inclusive se realizó una reunión entre Instituciones del Estado, incluyendo a la Fuerza Publica, y la Comunidad de Paz, refiriéndose a la realizada el 6 de noviembre de 2014 en la Diócesis de Apartadó; reunión de interlocución o mesa de interlocución regional en la que la Comunidad de Paz ni tiene nada que ver, ni está interesada en participar en dichas instancias porque, entre otras razones, no sirven para nada.
  • El viernes 10 de abril de 2015, la Comunidad de Paz tuvo conocimiento de que varios pobladores fueron desplazados por amenazas de grupos armados. Los pobladores pertenecían a la vereda La Esperanza del corregimiento de San José, contiguo a la vereda Playa Larga donde se ha visto presencia permanente de paramilitares.
  • El sábado 11 de abril de 2015, un grupo de paramilitares vestidos de civil y portando armas y equipos de comunicación se acercaron a varias viviendas de pobladores en la vereda La Hoz del corregimiento de San José y amenazaron a los civiles para que se desplazaran y desalojaran dicha vereda.
  • El lunes 13 de abril de 2015, la comunidad tuvo conocimiento de las intervenciones que el Comandante de la Brigada XVII, el coronel Germán Rojas Días, ha venido realizando a través de medios de comunicación en los que advierte que jamás ha realizado cualquier acusación contra la Comunidad de Paz. Se olvida que el 27 de septiembre de 2014 acusó a la Comunidad de Paz de ´´bandidos Terroristas`` y aplaudió panfletos que circularon en Urabá desde la Brigada XVII contra la comunidad.
  • El martes 14 de abril de 2015, hacia las 14:00 horas un grupo de militares se acantonaron en los predios comunitarios y de cultivos de familias de la Comunidad de Paz en el asentamiento de San Josecito, varios miembros de la comunidad fueron impedidos por las tropas para realizar trabajos en los cultivos de pan coger, ante ello los miembros de la comunidad solicitaron a los militares que se retiraran de allí ya que la presencia de ellos impedía realizar trabajos agrícolas.
  • El miércoles 15 de abril de 2015, hacia las 8:00 horas tres miembros de la comunidad, que se dirigían a realizar jornadas agrícolas en los cultivos de pan coger en los predios comunitarios en San Josecito, de nuevo fueron abordados por tropas militares quienes están acampados desde el 14 de abril y que impidieron realizar cualquier trabajo allí.
  • El jueves 16 de abril de 2015, hacia las 8:20 horas miembros de la Comunidad de Paz, con acompañamiento de varias organizaciones internacionales, se dirigián a las veredas La Hoz y Rodoxali pertenecientes al corregimiento de San José, cuatro horas mas tarde llegaron al lugar con el fin de verificar la grave situación humanitaria que se está viviendo allí. Se ha tenido conocimiento de la fuerte presencia paramilitar en dichas veredas y de las amenazas que vienen profiriendo contra los campesinos de la región en su afán de generar un desalojo de la población civil que poco a poco había venido retornando a sus parcelas. La comunidad pudo constatar la desolación que hay en la vereda Rodoxali, casas totalmente vacías, pues las familias se han ido desplazando producto de las amenazas de los miembros de la Fuerza Pública los días 22 y 23 de marzo de 2015.
  • Este mismo jueves 16 de abril de 2015, hacia las 8:30 horas un grupo de familias de San Josecito, asentamiento de la Comunidad de Paz, se dirigió al campamento de los militares ubicado a pocos metros de las viviendas de la Comunidad, se pidió hablar con el mando militar pero no se identificó, sólo manifestó que pertenecían a la Brigada XVII. Alegando que ellos podían estar “donde se les diera la gana y hacer lo que quisieran”, a lo que los miembros de la comunidad le manifestaron que “el irrespeto contra la comunidad es total, han asesinado niños, hermanos y padres, y sin embargo la persecución es sin fin”.

Se reitera el compromiso irrenunciable a velar por la vida y a exigir en forma permanente, ante un Estado sordo y contumaz, el respeto a la integridad de los miembros de la comunidad y de la población civil del entorno geográfico y social, acudiendo a la solidaridad nacional e internacional que ha sostenido con su fuerza moral este caminar lleno de injusticias y que no tiene fin. El clamor de justicia se mantiene, aunque cueste la propia vida, eso es preferible antes que callar.