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Dice líder campesino
En el Meta: “Si entran las petroleras, se acaba el agua”
Entrevista con el dirigente ambiental Erley Monroy Fierro, campesino del Meta, vinculado a la industria ganadera en su región, y dirigente de Ascal-G, una de las asociaciones más representativas del sector agrícola en la zona de Losada-Guayabero.
Alberto Acevedo / Domingo 26 de abril de 2015
 
Vista parcial de San Juan de Losada.

Entre los miles de manifestantes que el pasado 9 de abril recorrieron las calles de la capital de la república, y que, en un mar humano, poliforme y multicolor, clamaron por la paz con justicia social, encontramos a Erley Monroy Fierro, campesino del Meta, vinculado a la industria ganadera en su región, y dirigente de Ascal-G, una de las asociaciones más representativas del sector agrícola en la zona de Losada-Guayabero.

Para Monroy, desde que supo que el gobierno nacional había autorizado la perforación de pozos petroleros en la zona del Losada, toda la atención de su lucha reivindicativa la ha dirigido a la protección del medio ambiente. Sobre estos tópicos, le formulamos unas preguntas para VOZ.

–En su condición de líder comunal de la región de La Macarena, y defensor del medio ambiente, ¿cuáles son las denuncias que usted ha venido haciendo sobre hechos que ponen en peligro el ecosistema en su región?

–No solo en la región del río Losada, que comprende 68 veredas, vamos a ser afectados por el programa del presidente Santos de la locomotora minera. Hay otras regiones aledañas, incluso todo el municipio de La Macarena, en el Meta. Nosotros estamos asediados por la petrolera, que en el 2009 entró a hacer la sísmica en la región. Primero entró el Ejército y arremetió contra los líderes, para que ellos se fueran y la gente se llenara de miedo; y hacen la sísmica a las malas.

La compañía Shona Energy hizo la sísmica de esa manera, que es el daño más grande que le pueden hacer a una región. En ese momento, a varios propietarios de fincas les hicieron distintos ofrecimientos, a algunos diez pupitres, a otros un millón de pesos. Lo que ofreció la empresa fueron minucias. Hasta ese momento, no habíamos logrado conversar con todos los líderes de la región y a nosotros nos tocó quedarnos callados.

Impacto ambiental

Luego, el año pasado, viene otra empresa diferente que se llama Hupecol. Ellos vienen a hacer el estudio de impacto ambiental. Nosotros, como directivos de la asociación, convocamos a todo el pueblo de la región Losada-Guayabero y la gente no estuvo de acuerdo con eso. Hablamos con ellos e hicimos un paro de 23 días para mostrar nuestro desacuerdo, y dijimos que si entraban, era en contra de la voluntad del pueblo.

En esas condiciones, hicimos un acuerdo inicial de que podíamos dejar hacer ese estudio ambiental, que incluso nos podría servir a nosotros, pues tenemos un 60% de zona de reserva campesina, pero hasta ahí no más. Y nos daban unos recursos por dejar hacer ese estudio, sin concertar hasta ese momento con las comunidades. Únicamente se concertó con un número muy pequeño de comunidades. Después se hizo la consulta y las comunidades no estuvieron de acuerdo con las exploraciones petroleras.

Con otras organizaciones sociales como Corpoyarí, Asopetró, los indígenas de Yaguará y pueblo de La Macarena, nos reunimos. Dijimos que una de las soluciones para expresar nuestra voluntad, acudiendo a las vías legales, era la realización de un cabildo abierto, donde participaran el gobierno, las fuerzas vivas de la región y el concejo de La Macarena. Se hizo la petición ante la Registraduría y el concejo municipal, y acordamos que el cabildo abierto se hiciera en La Macarena el 15 de mayo. Eso para contrarrestar esa intención del gobierno y de las petroleras de destruir nuestro ecosistema. El evento va a ser en el municipio de La Macarena, una zona compartida entre el Meta y Caquetá, pero manejamos la iniciativa desde el Meta.

Contra el tejido social

Esta es la figura de discusión que la organización legalmente ha acogido. Nos hemos reunido también con la autoridad ambiental, en marzo de este año, donde la petrolera nos habla del programa que tienen, y nos dicen que no habrá daños ambientales, pero nosotros rotundamente decimos que no, todas las organizaciones sociales no aceptamos esas exploraciones petroleras dentro del municipio de La Macarena.

–¿Lo que ustedes temen es que se use la técnica de fracking?

–Hay dos cosas muy importantes. El daño ambiental es lo principal, pero otro es el daño en el tejido social. Nosotros sabemos que las petroleras nunca llegan con cosas buenas. Por decir algo, entran los paramilitares detrás de las petroleras. Fuera de eso entran sicópatas, ladrones, violadores, y se nos acaba la cultura. Hay secuelas con la entrada de las petroleras. Entran ladrones. Ya están robando en las fincas, están violando a las mujeres, se roban hasta las sillas, no se puede quedar una casa sola porque la roban. Y el Ejército también hace eso. Entonces estamos asustados.

Hemos denunciado no sólo la entrada de las petroleras, sino la entrada del Ejército, que delinque. En La Macarena estalló un artefacto y ellos arremetieron contra el pueblo, dispararon, mataron una vaca, la colgaron de unos árboles. El mayor Miranda, ante quien hicimos el reclamo, dijo que ellos pagan la mitad y que la guerrilla pague la otra mitad. Pero nosotros no tenemos por qué manejar ese tema, esa es una humillación, una violación de los derechos humanos.

Somos una región netamente ganadera, hablo de las 347.479 hectáreas, a las cuales nosotros, las directivas de Ascal, representamos. Allí hay 157 mil cabezas de ganado. Y ese ganado requiere de agua. Donde no hay agua no hay vida y no habrá ganado; para dentro de pocos años ya no tendremos agua. Van a sacar el petróleo pero se va a secar el agua. En la vereda Las Américas, donde pasó la sísmica, este año ya se quedó una finca sin agua, completamente seca.
Bosque natural

No queremos la petrolera porque va a dañar el medio ambiente, acabar con el agua, la flora. Nosotros tenemos un estatutos donde nos comprometemos a conservar el agua, la fauna, la flora, conservamos un 40% de bosque vivo natural y un 10% para cultivos de nosotros para pancoger, que son los que generan la economía nuestra. Pero entra la petrolera y va a dañar esto. Las petroleras hablan de que van a construir 570 kilómetros de vías. Y esas vías van a dañar los bosques, porque son vías para grandes tractomulas.

–¿Cuáles son las fuentes de agua más importantes que se verían afectadas por la explotación petrolera?

–Nosotros tenemos cuatro ríos muy importantes. Empezando por el río Losada, el río Perdido, el río Guaduas y el Guayabero, muy importante en Colombia; y esos son los ríos que se van a ver contaminados. Ellos tienen lo que denominan bloques de exploración, La Serranía, el Picacho y Micayo. Todas esas aguas caen al Losada. El Losada cae al Guayabero. El río Perdido cae al Losada, el Guaduas cae al Guayabero, aunque ellos dicen que a este último no lo van a tocar para nada. Nosotros también trabajamos de la mano con Parques Nacionales y ellos pusieron una tutela para no tocar el Guaduas, pero queda muy cerquita y el peligro de contaminación es inminente.

–Usted ha dicho que hay un 40% de bosque natural protegido. ¿Qué hay en ese bosque?

–En ese bosque tenemos todo lo imaginable nativo, cuidado por nosotros, un bosque que no lo tocamos para nada. Hay una franja grandísima que no tiene dueño y esa región tiene gran variedad animal y vegetal. Todos esos bosques que hemos cuidado tienen fauna y flora, y nos comprometemos a cuidar esas especies. Tenemos la danta o tapir. Son especies vedadas. El chigüiro, el venado, el manao, la pava, el paujil, toda clase de osos. Son animales que están vedados. Y todo eso sería afectado por la petrolera.