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¿Se acabará la pesca en Colombia?
Los pescadores artesanales comentan que el problema radica fundamentalmente en que el mar y la zona pesquera se convirtió en un depósito de contaminación de residuos de la minería extractiva del carbón, como sucede en las playas del departamento del Magdalena.
Semanario Voz / Viernes 1ro de mayo de 2015
 
No tienen fortuna, solo su atarraya

En un reciente estudio de la Universidad Nacional se señala que en los últimos 10 años los peces de los mares colombianos han disminuido en comparación con la misma medición en la década del 70 al 80.

Para los científicos este fenómeno afecta directamente la soberanía alimentaria de los colombianos y en especial la de los pobladores de los litorales Pacífico y Caribe.

Según la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (Aunap), la producción pesquera total del país ha sido de 160 mil toneladas anuales en los últimos 20 años, en promedio. A principios de los 90, las capturas de la pesca industrial representaban un 55%; las de la pesca artesanal, un 25%; y las de la acuicultura, un 20%. Pero hoy en día estas presentan, en promedio, 29% la industrial, 20% la artesanal y 51% la de acuicultura.

Para Camilo Bernardo García, profesor del Departamento de Biología de la Universidad Nacional, se han realizado evaluaciones de las biomasas o peces en el fondo del mar, que comparan las series de tiempo de los años 70 y los 2000, mostrando un claro declive. “Determinando la biomasa por Km2, se observa que para la década del 2000 hay tres veces menos peces que los existentes en los 70 en la misma área. Esto significa que los pescadores pasan más tiempo pescando y obtienen menos volumen de pesca”.

Pero más allá del estudio, los pescadores artesanales comentan que el problema radica fundamentalmente en que el mar y la zona pesquera se convirtió en un depósito de contaminación de residuos de la minería extractiva del carbón, como sucede en las playas del departamento del Magdalena. Y que la política pública de pesca del Ministerio de Agricultura está diseñada para la pesca industrial y no para los pequeños o artesanos pescadores.

“La exportación carbonera desplazó los cardúmenes de peces hacia mar abierto donde nuestras embarcaciones y técnicas resultan obsoletas, aun si nos arriesgamos al mar como nuestros ancestros. Pero si hacemos esto, la autoridad marítima, con sus normas restrictivas, decomisa nuestras embarcaciones y nos excluyen de antemano por incapacidad económica para cambiar o mejorar las técnicas”.

“Los cuerpos de seguridad de las empresas carboneras instalan mallas en el mar que nos impiden la libre movilización y adrede vuelcan nuestras embarcaciones”, dicen pescadores de la región.

Las autoridades ambientales en el Caribe siguen en deuda para enfrentar las poderosas multinacionales que lesionan el ambiente y que en el caso de los pescadores artesanales tienen un impacto mayor.