Asociación Campesina del Catatumbo
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Campesino golpeado y detenido ilegalmente por policías en Tibú, Norte de Santander
Asociación Campesina del Catatumbo - Ascamcat / Viernes 26 de junio de 2015
 

"Maldito el soldado que apunta su arma contra su pueblo":
Simón Bolívar

El día 7 de mayo, siendo las 12:00 de la noche se encontraban los campesinos Jorge Luis Lázaro Gelvez, y John Jairo lázaro Gelvez, dos hermanos pertenecientes y residenciados a la vereda El Guachimán del municipio de Tibú, transitando en la moto de su propiedad frente al colegio Francisco José de Caldas, cuando fueron abordados por dos miembros de la Policía Nacional y les pidieron los documentos de identidad y de la moto así como una requisa, a lo cual los campesinos procedieron a mostrar sus documentos. Una vez los labriegos constataron que ya habían terminado de reportar los documentos bajo el procedimiento que hace la policía Nacional, estos optaron por subir a su moto y dirigirse a sus hogares.

Es en este momento cuando un miembro de la policía nacional se dirige al campesino Jorge Luis lázaro Gelvez de manera fuerte y arbitraria aprovechándose de su cargo y lo agrede físicamente, a lo cual el agredido procede legítimamente a defenderse e intenta soltarse de las manos del funcionario policial. En ese instante, el otro miembro de la policía que se encontraba acompañando procede a esposarlo y subirlo a la patrulla policial. Estando esposado y encontrándose en total indefensión, los dos policías lo golpearon de manera repetida.

Cuando estos dos miembros de la policía nacional pretendieron llevarlo a un sitio alejado del municipio, vía al cementerio, según lo denunciado por el campesino víctima de las torturas, corriendo el riesgo de volver a ser agredido, les manifestó “ que no se les olvidara que su hermano se había dado cuenta quiénes se lo habían llevado y cómo lo habían agredido y que si él aparecía muerto su hermano ya sabría a quien acusar”, a lo cual estos dos policías procedieron cambiar la ruta y lo llevaron a la estación de policía.

Una vez llegaron con el labriego a la estación de la policía, de manera ilegal y arbitraria lo privaron de su libertad y lo ingresaron a la celda sin explicarle y definirle su situación jurídica, obligándolo a pasar la noche en condiciones indignas. Al siguiente día fue obligado a firmar un documento en el cual el solo logró entender que decía que había sido tratado de buena manera pero no la contravención por la cual fue privado de su libertad.