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Al pasar por La Habana
Miguel Cifuentes Ardila / Viernes 10 de julio de 2015
 

Quiero primero que todo agradecer a la Embajada de Cuba en Colombia, como también al Departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central del partido Comunista de Cuba CC-PCC y de igual manera al Centro Memorial Dr Martin Luther King, por invitarnos a compartir sus experiencias y expandir nuestro conocimiento para la construcción de una Patria con justicia social y soberana.

En mi Ciudad natal Barrancabermeja, la bella hija del sol y mi actual domicilio, Departamento de Santander, puedo decir que en las horas pico, el desespero de los habitantes por llegar puntual a clases, al trabajo o la casa, se frustra por el tránsito de una gran cantidad de motos y carros y sus ruidos ensordecedores y estridentes nos estresan, además el humo, las basuras, la indigencia y la miseria de nuestro pueblo en los semáforos haciendo un variopinto de cosas ante el auditorio de los vehículos, esperando una moneda para comprar algo de alimento y calmar los jugos gástricos activados por el hambre, a eso se le suma el calor de más de 30 grados centígrados y la humedad relativa que llega a veces hasta el 80 por ciento, haciendo sentir que nos ahogamos, como dice mucha gente “que bochorno”.

Por otro lado cuando estamos en cualquier ciudad del país en esas horas pico, donde el clima es más o menos agradable, por ejemplo, Bucaramanga, Bogotá, Cali, Santa Martha o Medellín (a pesar del transporte masivo el metro), nos sentimos abrumados, pero si descontamos el clima y nos concentramos en la contaminación ambiental, auditiva y visual producto del consumismo, vemos la misma situación de crisis de movilidad en todas las ciudades, ocasionando en la población ese efecto psicológico llamado. “Stress” que no permite calidad de vida de nuestra población, sin contar la inseguridad y la violencia socio-política, entre otras.

Sin embargo esta crisis de movilidad, muchos países industrializados la resolvieron en gran medida con transportes masivos como el metro, el tren, buses articulados eléctricos, teleféricos, entre otros, pero al pasar por La Habana nos encontramos que a pesar de tener 30 grados centígrados, 70 por ciento de humedad, la movilidad es un valor absoluto, demostrando científicamente que para tener movilidad no se necesitan aportes ni incentivos a la compra e importación de vehículos, como también demuestra la importancia de tener sistemas de transporte masivo. En consecuencia la tranquilidad de sus calles y avenidas, se vuelve romántica, de ensueño, concertante, reposando el “espíritu” parafraseando a William Ospina “La Habana ofrece lo que toda ciudad del Mundo sueña” los vehículos que transitan, en su gran mayoría son de mediados del siglo pasado, la arquitectura, como también ese pueblo caribeño que con su historia épica y su elevado contenido intelectual y cultural, nos siguen dando ejemplo. La enseñanza primaria tuvo una cobertura del 100 % y la enseñanza secundaria estuvo en 93,55 para el año 2012 [1], y que muy a pesar de la mala propaganda del imperio, Este país en comparación con otros demuestra con sus cifras que está por encima en este tema. Otro ejemplo, La Mayor de las Antillas terminó el 2014 manteniendo la cifra alcanzada al cierre del 2013 y hasta ahora la más baja de su historia, posicionándose entre las primeras naciones del mundo con más bajo indicador [2] podemos concluir que muchos países en Latinoamérica y el mundo envidian estas cifras

Puedo decir que estar en La Habana, es como viajar a un mundo paralelo, pues todo su paisaje se torna placentero al conjunto de los sentidos con su especial su amor, olor a tabaco y ron; puedo decir que un coleccionista de autos llamados “clásicos” puede encontrar estos autos de todo tipo, tamaño, forma y color. Como también puedo decir que no encontré un trancón en todo el recorrido por la quinta avenida, pero además los vehículos que transitan lo hacen a alta velocidad, los trance untes tienen sus propios espacios para pasear, caminar y hacer sus ejercicios, se respira un aire cargado de oxígeno, rodeado de un paisaje urbano limpio, mezclado entre el pasado, presente y futuro y desde todo punto de vista envidiable, comparándolo con el derecho a la ciudad que en teoría debemos tener.

La Habana de Martí, del Che, de Fidel, Raúl, del Partido Comunista y de los 11.210.064 de Cubanos [3] (cifras del 2013) de a pie pero dignos, que a 40 minutos en lancha del más grande imperio que ha tenido la historia de la humanidad, ha resistido y construido una sociedad incluyente y con Justicia social; a costa de su sacrificio en la propia integridad física de su pueblo, como cuando esa etapa a la cual los Cubanos llamaron “periodo especial” que sufrió este país en los años 90. Que en efecto reafirmo ese compromiso con su propia gente, demostrando que se puede construir Patria a pesar de las dificultades, que hoy para los cubanos y para Fidel “la Patria es la Humanidad”.

Hoy el Modelo Capitalista producto de la Explotación irracional de los recursos naturales, la sobre producción, la contaminación, el consumismo y el aumento demográfico han creado una crisis civilizatoria mundial, Por tanto el sacrificio valiente de estos hombres y mujeres Cubanos nos dan un regalo a los pueblos de América y el mundo, por el hecho de que se mantenga y continúe la revolución y la metodología que nos hereda a los pueblos, como el debate de las ideas. Por tal razón encontramos en Cuba muchas de las fórmulas que pueden referenciarse para solucionar los problemas de esta crisis civilizatoria mundial. Además de ser ejemplo de humanismo, solidaridad, fraternidad en su propio pueblo, pero también con el resto de la HUMANIDAD.