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Antioquia
Bajo Cauca explotado
Desde hace más de cien años la minería se ha apoderado de este territorio. Hoy se ven las consecuencias.
Bibiana Ramírez / Viernes 10 de julio de 2015
 
La minería a cielo abierto convierte ríos y tierras fértiles en desiertos. Foto Bibiana Ramírez – Agencia Prensa Rural.

El Bajo Cauca antioqueño es una región árida. Desde hace más de cien años la minería se ha apoderado de este territorio. Hoy se ven las consecuencias. El oro ya no es suficiente. Es más la preocupación de los nacidos en estas tierras por recuperar un poco de lo que tanto les han quitado.

Las habitantes tienen más costumbres y acento costeño que antioqueño. El Bagre es un municipio caluroso, la vegetación escasea pero abundan las motos, que son el transporte público. Tiene dos corregimientos importantes y netamente mineros, Puerto López y Puerto Claver. Ese territorio pertenece a Mineros S.A., que tiene unos 116 años allí y que ha cambiado de nombre en muchas ocasiones para irse legalizando.

La minería que allí se practica es a cielo abierto, donde una retro saca tierra y al lado están los barequeros buscando su parte. En las buenas épocas hay hasta 400 barequeros en un mismo punto. También están las dragas en los ríos, que ahora dominan la extracción. “Antes se veían hasta diez retros en un mismo punto. Eso ha cambiado: ya sólo se ve una, por la persecución y porque ya todo ha sido explotado”, dice Manuel, un minero defensor de derechos humanos.

“Ya Mineros explotó toda la tierra, nosotros estamos repasando. Y ahora se fueron para el río Nechí al que le han causado graves daños. También tenemos las empresas brasileñas hace más de veinte años. Seguro en Brasil no los dejarían explotar tan libremente el territorio como aquí. Están llegando muchos”, dice Aramis, un minero tradicional.

Mineros contaminó la tierra con mercurio. “Con las asociaciones vamos a limpiar la tierra, tapar los huecos para hacer casas, reforestar, tener huertas. Le pedimos a la empresa esas tierras que ya no le interesan para hacer nuestros proyectos productivos”, continúa Aramis.

Mineros desvió el río, ocupó sus aguas para sacar oro. “Lo tiene dividido en varios canales, ha acabado con los humedales y no lo quiere reconocer ni enmendar”, comenta Fernando, un ambientalista de la región.

Puerto Claver

Es un corregimiento de doce mil habitantes. La temperatura llega hasta 42 grados. “El río Nechí era la arteria principal para Caucasia y El Bagre”, relata Aramis, quien conoce la historia de la región.

Llegó un momento en que las comercializadoras fueron atacadas. Ya no se podían sacar los productos. Se instaló la coca como opción de sustento y trajo la violencia. Pero la coca también fue reemplazada por la minería. “Cuando llegó la primera motobomba se estableció la minería y fue robándose a los agricultores”, continúa Aramis. Y luego llegaron las retroexcavadoras.

La empresa en una época estuvo con las comunidades, pero cuando las regalías las empezó a manejar la administración municipal, todo cambió. Tiene grandes títulos a perpetuidad que le fueron regalados. “Es injusto que la policía nos ataque a nosotros. Nos persiguen con bombas y dinamita. Hace cuatro meses quemaron una máquina. Nos las queman cuando apenas las estamos pagando, y ellos mismos permiten que entren al país”, cuenta Manuel, cuando recuerda cómo la última vez no dejaron quemar las máquinas.

Al pequeño minero le dan un carné para que pueda vender oro. “El carné esclaviza al barequero para toda la vida, porque puede encontrar más oro y subir de nivel”, comenta William, otro minero que no ve el panorama alentador.