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Ecuatorianos defienden Revolución Ciudadana
“Los que se oponen a las políticas públicas de Correa están engañados por ciertos dirigentes de Pachakutik, que mienten en las comunidades”.
/ Jueves 13 de agosto de 2015
 

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, encabezó el Festival de la Juventud y la Alegría en la Plaza de la Independencia de Quito, donde unas cinco mil personas manifestaron su apoyo al gobierno.

Las calles del centro histórico capitalino estuvieron resguardadas por un fuerte dispositivo policial, encargado de mantener la seguridad tanto de de simpatizantes como de detractores del gobierno en la primera jornada de un paro nacional convocado por opositores.

“Nos quedamos en Quito hasta que sea necesario para apoyar a Correa y defender la paz. Estamos preparados a darlo todo por un proceso que trajo cambios al país”, expresó Tomás Raquiz, quien llegó a la Plaza Grande desde el páramo con unas 750 personas.

“Los que se oponen a las políticas públicas de Correa están engañados por ciertos dirigentes de Pachakutik, que mienten en las comunidades”, dijo.

“Ese tipo de dirigente indígena es el que causa división dentro del movimiento, más aun si se acerca a sectores de la derecha como el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot; y el ex banquero Guillermo Lasso, que incautó el dinero de los pobres en su momento”, afirmó Raquiz.

Para Leo Derate, un joven discapacitado de 20 años, no existe un mejor gobierno que el liderado por Correa, que atiende a los pobres con necesidades especiales y pone en función de los necesitados los hospitales y las escuelas.

“Este país cambió y ahora hasta las personas con discapacidad son valoradas y reconocidas. Antes permanecían ocultas en sus casas”, puntualizó.

Zulia Pantuk, afroecuatoriana de 50 años, testimonió que el agua y el aceite no se mezclan, y el sector popular, negro e indígena jamás va a estar con la oligarquía porque “ellos tienen otros intereses y nosotros queremos vivir dignamente”.

Correa denunció que, ante el fracaso del paro, que en la práctica no provocó ninguna paralización de servicios públicos ni privados, los manifestantes cerraron algunas vías.

El jefe de Estado se refirió al auge de organizaciones no gubernamentales en la región que tienen objetivos inconfesables contra gobiernos progresistas y son sufragados por la extrema derecha internacional.

Fustigó que en Ecuador se gesta un golpe de Estado blando, y se evidencian las diferentes etapas como el ablandamiento, que genera matrices de opinión a través de los medios de comunicación; la deslegitimación, que es la manipulación de los prejuicios ideológicos; el calentamiento en las calles para generar conflictos y movilizaciones callejeras; y la desestabilización que se relaciona con la organización de marchas y la toma de instituciones emblemáticas.

Varios disturbios se registraron en el centro histórico de la capital, cuando manifestantes violentos contrarios al gobierno lanzaron piedras a los uniformados.

Con información de Prensa Latina y Telesur