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Mirador
Personaje del año
Carlos A. Lozano Guillén / Martes 16 de diciembre de 2008
 

Por decisión del consejo de redacción de Voz, en consulta con lectores y amigos, el personaje de este año fue la Minga indígena, que significó la movilización social más extraordinaria, no sólo por el nivel de participación, sino también de organización y combatividad. Ni la bestial represión del Esmad, ni los señalamientos provocadores y amenazas del presidente Uribe Vélez, lograron detener la decisión de sus promotores y participantes, animados por objetivos políticos y sociales como el rechazo al tratado de libre comercio, por la solución política negociada y la defensa de sus derechos ancestrales, vulnerados por los latifundistas y la política de discriminación del estado colombiano.

La Minga de los indígenas demostró que en la confrontación con el régimen uribista no hay lugar a la vacilación y menos a las concesiones pusilánimes, que inclusive agencian ilusiones de «pactos en las alturas» con Uribe y los uribistas para abrir un espacio democrático en la vida nacional. Los indígenas, lejos de demostrar temor ante la intimidación gubernamental, se crecieron en la lucha popular y recorrieron, con la palabra como única arma de protesta, la larga distancia que separa al departamento del Cauca de la capital del país. Al paso de la Minga, en las distintas capitales como Cali e Ibagué, además de municipios y localidades intermedias, la población salió a saludar la movilización, en medio de otras jornadas populares como la huelga de Asonal Judicial, los corteros de la caña y las protestas estudiantiles. La prohibición del propio Uribe Vélez de que la Minga recorriera las calles de Ibagué fue ignorada por los participantes, que con el respaldo de los habitantes, se impusieron al vandalismo policial y a las amenazas militaristas.

Es una lección de dignidad y de firmeza política y social. Si algo hacía falta en esta crisis política era el componente social. La «parapolítica», los «falsos positivos», la «Yidispolítica», elementos característicos de la degradación del gobierno uribista, fueron insuficientes para profundizar la crisis del país «en las alturas», la cual aterrizó con las jornadas y movilizaciones del último trimestre, a lo cual se sumó el drama humano que implicó la quiebra de las pirámides y la incuria oficial para resolverla.

La Minga indígena, que aún continúa y está latente en su beligerancia organizativa, estimulará nuevas acciones sociales en la medida que la crisis del capitalismo tendrá funestas consecuencias en las condiciones de vida del pueblo colombiano. No cabe la menor duda de que la Minga fue el personaje del año, mientras para la burguesía y los explotadores el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, a quien desde la orilla democrática califican pero de «personaje de los falsos positivos». Es una enorme diferencia.