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Evitar una guerra internacional
Colectivo La Trocha / Lunes 28 de septiembre de 2015
 

Estos últimos meses han aumentado las tensiones entre distintos países en el mundo. Estas tensiones han llevado al aumento de la industria y el comercio de armas: algunos países compran más armas, realizan ejercicios militares, se prueban misiles, se realizan alianzas políticas y se refuerzas viejas uniones estatales… Estas maniobras militares y políticas se dan en un momento de efervescencia, crisis económica, aumento de las luchas revolucionarias y aumento de fuerzas nacionalistas y fascistas; así como las tensiones entre países capitalistas con distintos intereses en un mundo globalizado y corporativo.

El aumento en las acciones militares en Medio Oriente confirma esta versión. Son muchos los muertos que se han producido en los últimos meses en Siria, Irak, Libia, Turquía y el Golfo Pérsico. La Republica Árabe Siria desde el 2011 lucha en contra de movimientos terroristas formados, entrenados y financiados en el extranjero, específicamente por EE.UU. (Estados Unidos de América), Turquía, Arabia Saudita, Qatar y los países de la OTAN. Estos movimientos buscan derrocar al gobierno de Bassad al Asad e instalar un gobierno geopolíticamente al servicio de Estados Unidos. Desde el comienzo de la guerra civil, Occidente (Unión Europea, Estados Unidos) no ha ocultado su bandera en el conflicto: derrocar a Bassar Al Asad, ayudando y financiando al Frente Al, la rama de Al Qaeda en Siria, y al Ejercito Libre de Siria, que es un grupo de mercenarios, organizados por Estados Unidos. En varias imágenes y documentos que circulan por internet se ha demostrado la relación entre Washington y los terroristas en Siria. Varias imágenes muestran a al senador John McCain estrechando la mano a un comandante del ISIS (Estado Islámico, Daesh en árabe), también se muestran imágenes de milicianos que lucharon contra Gadaffi en Libia y que fueron organizados por la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) para derrocar al gobierno de Gadaffi, presidente que en su momento construyo el país con la menor desigualdad en toda África.

Lamentablemente, Libia en su momento no contó con apoyo internacional y militar. Durante las votaciones en el Consejo de Seguridad de la ONU (organización de Naciones Unidas) que dieron vía libre a la OTAN y a EE.UU. de bombardear el país africano, Rusia y China no se opusieron, decidieron no votar a favor o en contra de la propuesta de EE.UU., tras la votación, la OTAN pudo lanzarse sin inconvenientes a destrozar un país próspero, transformándolo en el nido del terrorismo de los Hermanos Musulmanes y de organizaciones creadas por la CIA (Agencia Central de Inteligencia). En muchas de las ciudades libias, la gente está abandonando sus casas, algunos cruzan el Mediterráneo para llegar a Europa (Gadaffi había predicho está consecuencia de un ataque a su país) o a distintas ciudades. La ciudad de Sirte es una ciudad fantasma controlada por el Estado Islámico (Daesh) desde hace 6 meses.

En la discusión sobre Siria en el Consejo de Seguridad de la ONU, China y Rusia vetaron la propuesta de bombardear este país. La situación de ingobernabilidad y violencia producida en Libia por la OTAN los puso alerta, comprendieron que no se trataba de “acciones humanitarias” (como las llamas occidente), sino de una estrategia escalonada de los EE.UU. para hacerse con el control de algunos países. Rusia y China vetaron la propuesta de los EE.UU., por ello no pudieron derrocar Al Asad y tuvieron que organizar grupos mercenarios que convirtieran Siria en un lodazal de cadáveres y sangre. Rusia entendió desde el principio de las operaciones contra Siria que no podía quedarse con las manos cruzadas mientras los EE.UU. los encerraban y los conducían al desastre. Tras el inicio del conflicto, Rusia decidió enviar expertos y asesores al gobierno de Al Asad para combatir al ISIS y a los grupos mercenarios entrenados por Estados Unidos. No obstante, estos últimos días el gobierno de Rusia ha aumentado la ayuda militar a Siria y sus instituciones están deliberando sobre la necesidad de atacar abiertamente al Estado Islámico, éste ya no representa solo un juego de niños, según han expresado varios funcionarios rusos, sino una completa amenaza que está destruyendo ciudades, expulsando a la gente de su territorio y metiendo a más países en una guerra sin fronteras. Rusia ha decidido esto después de ver la poca efectividad de los bombardeos de EE.UU. y sus aliados contra el Estado Islámico, y por el contrario, se cuestionan estas acciones. En un vídeo grabado por los Kurdos de Rojava en Siria (YPG), se ve como un avión militar lanza armas y víveres a los miembros del Estado Islámico, en el vídeo se dice que es un avión de los EE.UU.

Así mismo, Turquía no ha hecho mucho para combatir al Estado Islámico. A pesar de los anuncios que hace el gobierno de Erdogan, hablando de ataque frontal a ISIS, nunca lo ha atacado porque no puede destruir el hijo vástago. Por el contrario, se ha empecinado en atacar al pueblo kurdo de Turquía y Siria, que ha luchado con valentía por detener el avance de ISIS. El AKP (Partido de la Justicia y el Desarrollo) es el partido gobernante en Turquía, éste está aniquilando al pueblo kurdo con la anuencia de EE.UU. y La UE (Unión Europea). Turquía se caracteriza por ser un Estado sin libertades, donde las mujeres son tratadas como cosas o pormenorizadas, donde los diferentes grupos nacionales carecen de autonomía, especialmente el pueblo kurdo.

Debido a la situación de opresión de las mujeres, decidieron organizar el PAJK (Partido de Liberación de las Mujeres del Kurdistan, Partiya Azadiya Jin a Kurdistan). Pero el partido no pudo detener la acción violenta contra el pueblo de Cizre -pueblo cercano a la frontera de Siria e Irak- que comenzó el 8 de septiembre. Mientras tanto, distintas regiones son aplastadas por las fuerzas militares de Turquía. Este país envío una delegación para participar en la feria militar en Londres, donde se busca visibilizar el armamento moderno de distintos países.

El aliado de Turquía, Arabia Saudí, también ha iniciado una confrontación militar contra el movimiento de Resistencia Ansarola en Yemen. Con la ayuda de Qatar, Arabia Saudí ha lanzado ataques contra las posiciones de este movimiento, luego de que este decidiera exigir la dimisión del gobierno de Yemen por el incumplimiento a varios puntos solicitados en la reunión de septiembre de 2014. Tras la dimisión, Arabia Saudí y Qatar, con la ayuda de EE.UU., comenzaron a atacar las posiciones del movimiento Ansarola y a disparar sobre pueblos y ciudades.

Toda la guerra en Medio Oriente ha puesto en alerta a Rusia y a China. Rusia está discutiendo la necesidad de luchar contra ISIS. Rusia no puede esperar a que Occidente le apruebe, porque han entendido que cada día los Estados Unidos los encierran y continúan apoyando a los grupos terroristas. La situación en Ucrania lo demuestra. Durante meses intentaron involucrar a Rusia en el conflicto provocado por las bandas neonazis del Maidan, apoyadas financieramente por EE.UU. y La UE, y con la ayuda de los medios de comunicación corporativos han querido hacer ver a Rusia como el agresor. Una semana después de derrocar al gobierno de Yasenovich, a Ucrania viajó un banquero asociado a Estados Unidos para entablar relaciones financieras con el país. Lo que se ha denunciado es que él llevaba dinero para el Maidan. Sin embargo, y a pesar de las provocaciones, Rusia no entró en una guerra abierta con Ucrania. Empero, la OTAN no deja de enviar armas a Letonia, Estonia y Polonia, donde tiene grandes bases militares, ni ha detenido las últimas maniobras militares en el Este. En todo caso, la propaganda contra Rusia ha calado muy bien: Noruega ha comprado varios aviones a EE.UU. supuestamente para protegerse de la amenaza rusa; vastos sectores consideran que Rusia es el causante de la situación en Ucrania, a pesar de que el Maidan fue el que inició el movimiento que destruyó Kiev y produjo el conflicto en el Dombass, este de Ucrania.

Por otro lado, China también ha decidido mover sus fichas en el ajedrez político-militar. En primer lugar, apoyando en lo militar y económico a Irán en la lucha contra el ISIS; en segundo lugar, realizando un desfile militar a gran escala que contó con la presencia de varios países. Este movimiento buscaba disuadir a sus contrincantes acerca de la potencia y capacidad militar que tiene para defenderse de cualquier ataque y defender su posición en el mercado mundial. En relación a sus contrincantes, el desfile militar buscaba disuadir a EE.UU. y Japón, disminuyendo las provocaciones, ya que Japón desde el 2014 decidió anular el decreto que lo caracterizaba como país neutral. Es indudable que China quiere evitar que su condición de potencia económica y comercial, productora de mercancías, sea destruida por una guerra. Es un país que ahora quiere profundizar los negocios nacionales e internacionales, y seguir consolidando sus mercados, así como los contratos con varios países en distintas áreas. China es un país capitalista en crecimiento económico, que ahora no tiene ninguna intención en entrar en guerra, porque sus mercados e industrias no atraviesan por una crisis de producción, lo que desde luego sí le sucede a EE.UU., que se atraviesa una crisis financiera y de producción.
Una de las razones del aumento de las provocaciones contra China se dio cuando este país decidió devaluar el Yuan (divisa china), maniobra que perjudica fuertemente al Dólar y Euro, y pone al Yuan en condiciones más ventajosas en torno al mercado interno e internacional. Al disminuir el Yuan, a China le cuesta más dinero importar productos pagando en dólares, así aumenta la necesidad de un mercado interno variado que reemplace las mercancías que ya no se compran en el extranjero. De esta manera, China ya no compra los productos que antes le compraba a Occidente. Por otro lado, con la devaluación del Yuan, China aumenta su venta al exterior: si antes se compraba un objeto con un dólar, ahora se puede comprar dos objetos con un dólar en China. Los compradores al mayor miran a China con mayor interés. Esta devaluación encarece el dólar, los países dejan de comprar productos a EE.UU. y a otros países, porque son más caros, entonces en EE.UU. se encarece los productos de consumo básico, la canasta familiar y otros enseres. Esta verdad queda demostrada por el aumento en la última semana, de varios productos básicos de importación en Colombia, lo que pone a nuestro país en situación de vulnerabilidad.

El 12 de agosto de 2015, un día después de devaluarse el Yuan, sucedió el lamentable accidente en la ciudad china de Tianjin, donde un contenedor explotó dejando varios muertos. El 14 de agosto de 2015 se produce una serie de explosiones en un planta química en Conroe, cerca a Houston. El 15 de agosto del 2015 se presenta un fallo informático en los aeropuertos de EE.UU. que provocó retrasos en los vuelos de miles de viajeros. El 22 de agosto de 2015 se presenta una nueva explosión en China, en la ciudad Shandong, específicamente en una planta química. El 23 de agosto del 2015 se producen varias explosiones en una base militar de EE.UU. en Okinawa, Japón. El 24 de agosto de 2015 se producen varios incendios en una planta de acero, cerca al aeropuerto de Haneda en Tokio. Estas maniobras han sido considerabas por algunos analistas como guerra encubierta entre EE.UU. y China, iniciada con la explosión en Tianjin, aunque los gobiernos dicen que han sido accidentes. Si la hipótesis es cierta, estaríamos atisbando el inicio de las primeras acciones de una confrontación armada que podría extenderse a todo el mundo.

Por otro lado, hay dos zonas del mundo que se encuentran en una “tensa calma”. El primero es la región de Corea. Corea del Sur y Corea del Norte estuvieron cerca de iniciar una nueva confrontación luego de que se les disparara a unos parlantes instalados en el lado surcoreano, con el que este país realiza propaganda y guerra psicológica. Hay que recordar que Corea del Sur es un país apoyado militarmente por Estados Unidos. En Surcorea hay bases militares de EE.UU., al que innumerable veces se le ha acusado de maltratar a la población local y prostituir a las niñas surcoreanas, sin embargo, estas voces nunca han pasado los muros litorales de Corea del Sur. Corea del Sur y Corea del Norte aún están en guerra, porque nunca se ha firmado un tratado de paz. El último presidente Corea del Sur que intentó realizar un tratado de paz con el Norte fue hallado muerto en su dormitorio, la versión oficial dice que se suicidó.

La segunda región con fuerte tensión es Venezuela y Colombia, países con regímenes políticos, económicos y sociales distintos, y que en los últimos años han tenido una serie de discordias diplomáticas que nunca han pasado al umbral de lo militar. Luego del cierre temporal de la frontera entre Táchira y Norte de Santander, por parte del gobierno de Venezuela, las tensiones entre ambos países aumentaron. Venezuela argüía que el cierre de la frontera se realizaba para luchar contra el contrabando, las bandas criminales y el paramilitarismo apostado en la región fronteriza. El paramilitarismo ha contado históricamente con el apoyo de sectores políticos de Colombia. El presidente Nicolás Maduro activó la Operación para la Liberación del Pueblo (OPL), que tiene como propósito erradicar los males de la frontera y del interior de Venezuela. Con esta decisión, desde Colombia se comenzó una campaña de desprestigio y odio. Por las calles de los barrios de las ciudades colombianas se escuchaba a los vecinos hablar de que estaban listos para una guerra contra Venezuela. Toda esta campaña de odio impulsada por RCN y Caracol ha servido para manipular al pueblo, haciéndoles creer que los problemas de Colombia son a causa de Venezuela.
Hay que recordar que EE.UU. utiliza siete bases militares en Colombia y tiene apostados soldados, armamento pesado y tiene vía libre para realizar operaciones militares desde Colombia. Esto convierte a Colombia en una plataforma militar de EE.UU. para la realización de actividades militares y de espionaje en Latinoamérica. Estas bases han puesto en alerta a Venezuela, ya que a EE.UU. lo acusan de apoyar del golpe de Estado de 2002 que derrocó al expresidente Chávez y de apoyar golpes en Latinoamérica; además el gobierno venezolano tiene pruebas del apoyo económico y militar a la oposición en Venezuela.

El mundo se encuentra en una tensa calma. Algunos buscan por todos los medios iniciar una confrontación militar a gran escala. Los pueblos y los revolucionarios del mundo debemos oponernos a una guerra mundial. No podemos permitir que EE.UU. y la OTAN comiencen una guerra mundial para sacar adelante sus intereses económicos, políticos e ideológicos. Hay que denunciar las campañas militares de EE.UU., sus organizaciones terroristas, exigir que deje a los pueblos en paz y que abandonen las 167 bases militares que tienen regadas por el mundo. Una guerra solo beneficia a las corporaciones económicas, financieras y a los oligarcas mientras que perjudica a los pueblos del mundo.