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Los Wayuu mueren de hambre, contaminación y olvido
Eliécer Jiménez Julio / Jueves 25 de febrero de 2016
 

Las diversas organizaciones sociales integrantes del Comité Cívico por la Dignidad de La Guajira, en reunión extraordinaria realizada en Riohacha el pasado 10 de febrero, decidieron por unanimidad convocar para el próximo 17 de marzo la realización de un Paro Cívico por la Dignidad del Pueblo: no más niños wayuu muertos por desnutrición. El paro consistirá en la parálisis de las actividades productivas y la toma pacífica de las calles y carreteras.

Las razones para la realización del paro cívico se manifiestan en la prolongada sequía y la muerte de 4770 niños wayuu en los últimos ocho años. La verdadera razón de esta mortalidad se encuentra en la implantación del modelo extractivista en el departamento que cambió la orientación productiva agrícola-comercial a producción minera. Esto produjo la pérdida de la soberanía alimentaria, ya que en el período comprendido entre 1990 y 2010 se dejaron de sembrar más de 30000 hectáreas de cultivos de pan coger y cereales que constituían la base de la alimentación de los guajiros.

En lo que respecta a la sequía, el Plan de Manejo Ambiental Acuífero de la cuenca del río Ranchería, elaborado por la Universidad de Antioquia, dice que en la cuenca existen seis acuíferos, dos de los cuales se extienden hacia la Alta Guajira. Esto permitirá solucionar los problemas de escasez de agua que padecen los guajiros. Lo que no existe es la infraestructura necesaria que permita llevar el agua a las comunidades necesitadas, pero sí existe una relación asimétrica en el uso pues mientras El Cerrajón utiliza diariamente 17000 mts3 de agua para regar carreteras, existen en la Alta Guajira familias que sólo alcanzan a utilizar 7 litros de agua al día.

La gran minería es una actividad sumamente agresiva con el medio ambiente, en particular con el agua. El Cerrajón ha destruido más de 10 arroyos tributarios del río Ranchería, contaminando las aguas superficiales y subterráneas; no obstante, con la complicidad del Gobierno Nacional, pretende desviar el arroyo Bruno para elevar la producción de 32 a 40 millones de toneladas de carbón anuales. Las consecuencias del desvío serían variadas: afectación de la flora y fauna y su aprovechamiento porque parte del bosque de secos tropicales, especialmente los arboles a las orillas del arroyo, podrían desaparecer en el largo plazo y aunque las multinacionales plantean la construcción de un canal parecido al lecho del arroyo, la dinámica fluvial y sus consecuencias dejaría un río «parecido» al natural, pero MUERTO.

Sobre el conflicto laboral que El Cerrejón sostiene con Sintracarbon, la multinacional apela a las complicaciones del mercado del carbón y a la tesis de la productividad para debilitar o acabar al sindicato, con el claro propósito de desmontar o desmejorar las condiciones y conquistas laborales conseguidas en muchos años de lucha.

A lo anterior se suma la crisis de la red hospitalaria; los abusos y altas tarifas de Electricaribe; la intención de construir seis peajes adicionales a los existentes, la desfinanciación de la Universidad de La Guajira, la quiebra de los comerciantes de Maicao y de los transportadores. Todas estas son las razones para manifestarse el próximo 17 de marzo.