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FARC: "Raúl Reyes vive al igual que sus ideas"
Comunicado en el octavo aniversario del asesinato en Ecuador del comandante Raúl Reyes
 

Nota de Prensa Rural: El 1 de marzo de 2008 un campamento guerrillero en territorio ecuatoriano fue objeto de un poderoso ataque militar de las Fuerzas Militares colombianas, respaldadas por fuerzas de los EEUU. Entre numerosas bajas, se registró la muerte de Luis Édgar Devia Silva, conocido como Raúl Reyes, miembro del Secretariado de las FARC, así como la de varios estudiantes mexicanos. La organización guerrillera recuerda a su comandante fallecido, en un nuevo contexto de superación de la confrontación armada con el Estado colombiano. Reproducimos el comunicado en su totalidad.

Ha sido una práctica de las sociedades divididas en clase, donde los que detentan el poder siempre han intentado borrar las ideas libertarias asesinando a los líderes que las propagan y defienden, estúpidamente convencidos que matando al hombre, matan las ideas. Olvidando lo ratificado por la vida, que cuando estos casos se dan, las ideas que quisieron matar se propagan mucho más rápido, germinando con toda la fuerza que da la razón y las causas justas, en la conciencia de los hombres honrados.

Por lo anterior dicho, fue que el primero de marzo de 2008, a la 01:25 de la madrugada, en un sitio conocido como Angostura, perteneciente a la provincia de Sucumbíos (Ecuador), a 1700 metros de la frontera con Colombia, fue vilmente asesinado con 25 más de su guardia personal, Raúl Reyes, integrante del Secretariado del Estado Mayor Central de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo (FARC-EP).

Los promotores de este cobarde magnicidio fueron el entonces presidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez y su Ministro de Defensa Juan Manuel Santos, actual Presidente, asesorados por el Pentágono, quien no solo suministró las mortíferas bombas de 250 libras cada una (113,4 kilogramos) llamadas “inteligentes”, sino que también suministró a los pilotos que las lanzaron.

Cuentan las 3 sobrevivientes que muchos guerrilleros heridos pedían auxilio, y el Ejército colombiano los asesinó: a unos con tiros de gracia, y a otros con tiros a quemarropa, bajo las directrices gringas, confirmando lo que dijo Jorge Eliécer Gaitán a raíz de la Masacre de las Bananeras en Ciénaga (Magdalena): “El Ejército colombiano tiene la rodilla en el suelo para besar la bota yankee, y el fusil en la mano para asesinar a su propio pueblo”.

Todo esto se dio en el marco del “Plan Patriotas” componente del mal llamado Plan Colombia, diseñado por los gringos, con el beneplácito y apoyo incondicional del presidente Pastrana, quien utilizó de manera perversa las Conversaciones del Caguán con las FARC, como una estratagema cuyo fin era ganar tiempo para capacitar a las Fuerzas Armadas Colombianas, sobre todo al Ejército, moral, técnica y logísticamente, para contrarrestar los sucesivos y contundentes golpes que le estaba propinando la insurgencia colombiana.

El objetivo del “Plan Colombia” era quebrar la heroica resistencia de la Guerrilla colombiana, para obligarla a sentarse a La Mesa a firmar su rendición y sometimiento. Esto, a pesar de que los gringos pusieron a disposición del Gobierno colombiano en cabeza del paramilitar Álvaro Uribe Vélez toda su tecnología de punta, no fue posible conseguirlo, a pesar de que Uribe se hizo reelegir por 4 años más, bajo la falsa ilusión, de que 8 años de su gobierno sería más que suficiente para entregarle a Colombia un país sin Guerrilla. Tampoco fue suficiente para ello, los 12 mil millones de dólares donados por Estados Unidos para ese mismo fin; ni los 120 mil millones de pesos gastados por el Gobierno colombiano, con la permanente asesoría de los servicios de Inteligencia del Reino Unido e Israel, demostrando una vez más la imposibilidad de resolver el conflicto social y armado colombiano por la vía militar.

Por todo lo anterior, es que estudiosos e investigadores del conflicto colombiano aseguran, por no haber alcanzado el objetivo propuesto, que el Plan Colombia fue un rotundo fracaso, ya que por medio de él no lograron arrodillar a la Guerrilla como era el propósito, y ésta sigue enarbolando como nunca antes, las banderas que creyeron haber enterrado junto con el cuerpo de Raúl Reyes, reafirmando una vez más que las ideas son inmortales.

Hoy a 8 años de esta execrable masacre cometida por el Estado colombiano contra Raúl Reyes y sus acompañantes, en territorio ecuatoriano, violando la juridicidad internacional, una vez más hacemos llegar a los familiares de todos los asesinados con este bombardeo, haciéndolo extensivo a los familiares de los 5 estudiantes mexicanos: Sores Avilés Ángeles, Juan González del Castillo, Fernando Franco Delgado, Verónica Velázquez Ramírez y Lucía Morett Álvarez, una de las 3 sobrevivientes, junto a Susana y Diana de las FARC. Los estudiantes mexicanos habían llegado al campamento después de haber participado en un evento realizado en la capital ecuatoriana convocado por el Movimiento Continental Bolivariano (MCB). Después del evento se dirigieron al campamento de Reyes con la finalidad de acopiar más datos que les sirviera para sus tesis de grado sobre Estudios Latinoamericanos, que realizaban en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Raúl Reyes vive y siempre vivirá en la mente y el corazón de todos los revolucionarios. Sus ideas al igual que los pueblos, son inmortales.

¡Vivan Raúl Reyes y las ideas por las que él murió!

¡Viva la paz con justicia social, democracia y soberanía!

Secretariado del Estado Mayor Central

La Habana, Cuba, 1º de marzo de 2016.