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Acasa rechaza asesinato de Wiliam Castillo, fundador de Aheramigua
 

De manera categórica se expresa la más profunda indignación por el cobarde asesinato de William Castillo, ferviente defensor de derechos humanos, tesorero de la Asociación de Hermandades Agroecológicas y Mineras de Guamocó en la Región del Bajo Cauca Antioqueño, en donde el líder social y campesino ejercía sus labores de defensa y reivindicación de los pueblos.

El líder, fundador de Aheramigua, había sido objeto de múltiples amenazas que fueron denunciadas sin recibir por parte de los entes competentes respuesta alguna, este hecho que hoy enluta a las comunidades obedece a la completa negligencia del Gobierno Nacional, que con su silencio se convierte en cómplice de éste y otros asesinatos sistemáticos a los líderes que buscan la paz; el Gobierno hoy más que nunca trunca las expectativas frente a las voluntades políticas anunciadas de poner fin al conflicto y a establecer garantías para quienes a diario y desde sus comunidades trabajan por la construcción de una paz con justicia social.

El pasado 7 de marzo de 2016 fue asesinado Wiliam Castillo Chima, de 43 años, defensor de derechos humanos, victimizado por las persecuciones políticas del mismo Estado colombiano, hombre que buscaba espacios de participación política para que en las comunidades campesinas existiera la paz con justicia social; William acababa de salir de una reunión en la que se discutía el plan de desarrollo municipal. Es necesario mencionar que William había sido perseguido injustamente por la justicia colombiana y además amenazado por grupos paramilitares por su noble labor de defensor y promotor de los derechos humanos de esta difícil región. Desde la Asociación de Campesinos de San José de Apartadó se rechaza este vil y cobarde asesinato que demuestra que el Estado colombiano no tiene voluntad para la paz y la construcción de la democracia.

Por estos hechos todas las comunidades campesinas y los movimientos democráticos deben unirse en una sola voz para exigir al Gobierno que brinde garantías para que los líderes continúen trabajando por la defensa de los derechos humanos y el fortalecimiento de la democracia. Las comunidades no quieren seguir siendo amenazadas, ni asesinadas, se siente el dolor que enluta a Aheramigua como el dolor de todos, un país que permite que asesinen a los forjadores de la paz es un país que estará condenado a una perpetua guerra que dejará desolada hasta la esperanza misma.

Al gobierno se le exige un pronunciamiento de rechazo contra estos vergonzosos hechos y que no exista impunidad que se convierta en la descargada forma de re-victimización y en la ausencia de principios por los que fue construida esta patria; hoy la desesperanza invade con angustia el alma, hoy más que nunca el Estado condena a los colombianos a la orfandad y a la muerte.