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Nuestras reivindicaciones son exigencias de clase
Marcha Patriótica Magdalena Medio / Viernes 8 de abril de 2016
 

“Unidad en la acción, para llegar unidos a nuestros objetivos”

Históricamente las luchas de exigencia hacia una mejor forma de vida de nuestras clases populares siempre se han visto contrarrestadas de forma violenta por los grandes del poder político, económico, de los señores que se creen los dueños de nuestra Colombia.

Esta violencia ha sido constante y convirtiéndose en el pan de cada día, so pretexto de proteger y conservar la democracia para que no caiga en manos de los revoltosos, de los facinerosos y de los desarrapados que solo pretende es crear una república dentro la republica colombiana para acabar con la gloriosa democracia más avanzada de América Latina, según difunden los dudosos padres de la patria.

Con ese pensamiento ideológico y adoctrinado han cercenado las aspiraciones de las diferentes expresiones organizativas, que solo han buscado las mejores condiciones de vida para todos aquellos y aquellas que todavía creen en construir un mejor país. Tales expresiones organizativas, que todavía están en las memorarías de muchos de aquella época que afortunadamente existen y de otras memorias más recientes que las han conocido por los relatos de nuestra historia, como fueron La UNIR (Unión Nacional de Izquierda Revolucionaria) del brillante hombre del Pueblo Jorge E. Gaitán(1933), del Partido Comunista (1930), del Frente Unido del Pueblo, Fundado por el pionero de la Teología de liberación del valiente sacerdote Camilo Torres Restrepo, de la inolvidable ANUC, de la Coordinadora Campesina del Magdalena Medio, de la gloriosa Unión Patriótica, de A Luchar, de las organizaciones indígenas, de las organizaciones de las negritudes, sindicales, estudiantiles entre muchas más, todas con un propósito común: la justicia social. Pero todos sabemos la manera como fueron truncado estos anhelos, a plomo, a encarcelamiento, a desplazamiento, a desapariciones, a masacres.

Hoy el pueblo colombiano no quiere que vuelva a pasar la misma historia, quiere, como dice nuestro himno nacional que cese la horrible noche.
Por todo esto las mayorías tienen las esperanzas puestas en que se llegue a feliz término los diálogos de paz con las insurgencias de las Farc-EP, con el ELN y con el EPL, y no porque estas tengan la culpa de la violencia que hoy se vive, sino por la relevancia de los temas que se están tratando en Cuba, los cuales sabemos que si el gobierno y sus estructuras tienen voluntad política para desarrollarlas, es decir implementarlas, la vida en Colombia puede cambiar sustancialmente.

Las mayorías miramos con buenas esperanzas estas conversaciones, aunque por los hechos más recientes de violencia evidencia una escalada de asesinatos de tinte sistemática recordándonos las épocas pasadas cuando se formuló el proyecto para-estatal, y debido a esto el pueblo colombiano y las organizaciones sociales estamos sintiendo grandes preocupaciones, para la muestra un botón, datos como:m

Desde la conformación del movimiento político y social Marcha Patriótica a la fecha han sido asesinados 115 de sus miembros, procesados y judicializados más de 300.

La persecución, la estigmatización, la judicialización, los asesinatos no discriminan a sectores u organizaciones: Adrián Quintero Moreno, el más reciente asesinado de la plataforma de CONAFRO (18 de marzo), William Castillo, líder de la Asociación de Hermandades Mineras de Guamocó, Maricela Tombe etc.

De igual manera la persecución y asesinatos a los compañeros del Congreso de los Pueblos.

La persecución y asesinatos de los miembros de las diferentes plataformas organizativas de los pueblos indígenas y de las negritudes, como también la persecución y asesinatos de líderes comunales y defensores de derechos humanos.

17 asesinatos en de personas vinculadas a los procesos comunales y habitantes de la región, en el municipio de sabana de Torres en estos dos últimos meses.

En Nechí, el Bagre, Puerto López (Antioquia) asesinatos, desplazamientos, Amenazas por parte de los grupos paramilitares.

En Barrancabermeja, según datos de los medios periodísticos y radiales, hasta el momento van por lo menos 29 asesinatos con diferentes motivos en este año.

En San Pablo, Puerto Wilches, Cantagallo, Santa Rosa, San Vicente, el Carmen de Chucurí, entre otros, aumento del paramilitarismo y fortalecimiento de éste.

4 asesinados en una casa en el municipio de Segovia, en el mes de febrero.

Preocupación por el grado de descomposición al interior de la institución policial.

El grado de descomposición al interior del estamento militar.

El aberrante abandono de derechos en que están siendo sometidos la niñez de nuestros hermanos indígenas.

La corrupción en la administración de los servicios públicos.

El aumento del mal llamado micro tráfico de drogas.

El aumento y fortalecimiento de los grupos paramilitares en las regiones.

Preocupación por la falta de compromiso político del gobierno y de sus instituciones para resolver estas problemáticas.

Si bien es cierto que se está hablando de paz en La Habana al interior de nuestro país el gobierno con todas estas realidades está diciendo lo contrario de lo que allí se está tratando.

Cómo es posible que permita se desarrolle un paro de las BACRIM, cuando han vociferado sus fuerzas de seguridad que no existen los paramilitares, y éstas han paralizado una tercera parte del país, asesinado policías y ejército, incinerado carros, han realizado retenes, asesinado civiles, ¿o será que para realizar una acción como esta de tal magnitud no habrá complicidad de órganos del poder?

No se entiende que se realice una movilización de la ultra derecha en contra de los diálogos de paz, paralela con un paro armado paramilitar.

Estas y muchas otras son las preocupaciones que hoy vociferan las comunidades de nuestra tierrita colombiana. Por eso es una obligación seguir fortaleciendo los espacios de unidad, la cumbre agraria étnica y popular, el frente Amplio por la paz, las cumbres de Paz, rodear y divulgar los diálogos en La Habana.

Es por eso que el pueblo oprimido sigue alzando las banderas de la paz, sosteniéndola con persistencia, con unidad, con movilización, con denuncias y sobre todo con dignidad porque estamos convencidos que entre todas y todos obtendremos la justicia social que nuestro pueblo merece.

¡Porque este es el año de la Paz, todos y todas a movilizarnos ya!