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Viernes 27 de mayo - Universidad de Nariño
Cátedra Abierta: Educación camino para la Paz
Foro: Universidad Sociedad: Pensar la Paz desde la Academia
Federación de Estudiantes Universitarios / Miércoles 25 de mayo de 2016
 

“Soy de aquellos que tienen un sueño, y es de aquellos que si se llegan a firmar los acuerdos de la Habana y se abren con el ELN, tenemos que construir una Universidad Itinerante, es decir que esos profesores encapsulados en el centro y en sus burocracias citadinas empiecen a recorrer los territorios ensangrentados, creativos e imaginarios de Colombia”. – Sergio de Zubiría Samper

Las “Cátedras de Paz” son para el Gobierno la insignia burocrática y el baluarte “ético” para lavar sus manos frente a la educación para la paz que nunca hizo, que nunca financió y que la hace por decreto (Decreto 1038) [1] para pasarle la bola a las instituciones y que la paz – muy bien, gracias - se haga desde los imaginarios estándares de la academia de hoy en día. Hay que decir que la doble moral ya ha perdido legitimidad por su uso y abuso constante como discurso del gobierno. Hoy la Educación necesita ser adaptada a las realidades sociales que emanan de un longevo conflicto armado y que son causas de un conflicto social que está estallando levemente en cada rincón del país. Triste que un decreto dicte la paz en la academia y esa academia no se piense la paz.

Con un letargo estudiantil en un momento tan crucial e histórico, se dificulta la manera en como le apostamos a la paz desde todos “los bandos”. Además, con un sistema educativo en crisis, profundizada con las continuas reformas aplicadas desde el 2012, hijas de la reforma a la ley 30 del 2011 que el movimiento estudiantil pudo detener, pero que no logró prever que se aplicarían por “pupitrazos”, como el programa “Ser Pilo Paga” (financiación indirecta a universidades privadas, “callar al pobre”); la ley de inspección y vigilancia (violación de la autonomía universitaria, maás a la Udenar, caracterizada por ser la única que elige democráticamente su rector); mayor financiación al Icetex y a Findeter (subsidio a la demanda), reforma a las licenciaturas (adaptarlas al mercado y de paso que sean técnicos), lo que se viene para las ingenierías y derecho; la acreditación y el registro calificado (que es un arma de doble filo o nos acreditamos con sus estándares o nos jodemos). Todo esto enmarcado en el “Acuerdo por lo Superior 2034” y bajo los lineamientos de la OCDE. Y por si fuera poco, la “pequeñísima” deuda a las universidades públicas del Estado desde la Ley 30 del 92 que asciende a 16 billones de pesos [2].

Esta Cátedra de Paz, que es iniciativa estudiantil, no pretender dar soluciones, ni poner respuestas en todas las preguntas que desata un título tan grande como la paz; pretende argumentar, debatir, democratizar los espacios, devolverle al sujeto su capacidad de pensar por sí mismo. No debe ser retórica, no debe ser cátedra jurídica, sino una vocación donde la pedagogía de paz la desate la sociedad, proveniente de la voz contrahegemónica y crítica. Esa indisciplina del espíritu crítico que aún reside en las aulas y que se niega a entregarse a esa vaga manera de negar la historia. Entendamos el momento que pasamos, no nos demos el lujo de otro fracaso histórico, discutamos en serio la paz.

Nosotros, el Colectivo Simón Rodríguez (Cosir) de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU Colombia), creemos que la paz es un imperativo social, alejado de las visiones retrógradas de la ultraderecha, de la apropiación de la paz como bandera de los de centro y de las disputas burocráticas, ideológicas y no contundentes de algunos sectores de la izquierda. En cambio, creemos en la paz de los movimientos sociales reales. Con esta motivación venimos promoviendo la cátedra de paz en distintos momentos –trazado en un plan de trabajo aprobado por CSU mediante Resolución 018 de 2016 [3]-, que está muy lejos de la perfección, pero es construcción permanente. Este está centrado en la pedagogía del conflicto para repensar la cultura colectiva que permita construir escenarios itinerantes, tejer bases de paz en las comunidades que viven el conflicto, tender la paz territorial que no se enfoque en derechos centrado a dividirnos más en clases, sino de garantías reales. Sin divisiones ni gradualismos como proponen las políticas sociales del “Postconflicto”.

Es bajo estos análisis que el lanzamiento de este primer momento pedagógico de las cátedras de paz se realizó el día viernes 1 de abril, bajo la dinámica netamente estudiantil, con ponencias, intervenciones de la comunidad universitaria y que se vio en perspectiva a que el día viernes 20 de mayo realizamos el pre-foro en el Liceo de la Universidad de Nariño, con participación de los grados superiores, para aprender y desaprender conjuntamente, aprender las nuevas prácticas de acciones de paz y desaprender la cultura guerrerista que se nos infunda desde las familias, esa que se ve bombardeada por los medios de manipulación que han atizado la guerra en el país. Interesantes conclusiones que nos llenan de esperanza para expandir a todos los espacios urbanos y como nuestra propuesta en cada territorio del departamento. En el escenario más próximo invitamos no tanto a asistir y a escuchar sino a construir desde las distintas expresiones que emanen, este viernes 27 de mayo a la cátedra abierta “Educación Camino Para la Paz” – Foro: Universidad y Sociedad. Pensar la Paz desde la Academia [4]. Totalmente pertinentes con el momento, frente a los comunicados en La Habana, Cuba, y en los diálogos con el ELN, frente a la Jurisdicción especial para la paz, la salida de la guerra de los menores, el anuncio que se espera frente al Cese Bilateral y definitivo del fuego, que da pie a la firma culminante del proceso de paz y que continúa con el papel de la sociedad de exigir eso que el gobierno siempre se ha negado a discutir: el modelo económico, social y político de este país, en realidad las bases fundacionales del conflicto social que atravesamos.