Asociación Campesina de Arauca
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Arauca: crisis económica e ingobernabilidad
Ferney Tique Vargas / Miércoles 18 de febrero de 2009
 
Alejandro Arbeláez Arango, gobernador encargado de Arauca

Después de la destitución del gobernador Freddy Forero, por el Consejo de Estado y la Procuraduría General de la Nación en noviembre del 2008, y como producto de las contradicciones entre el presidente Uribe y el partido Cambio Radical, se presenta una situación de ingobernabilidad en el departamento de Arauca, originada en la inestabilidad de los encargados en la Gobernación, dos en solo tres meses. Esta circunstancia altera gravemente el desarrollo de la administración y la ejecución de la inversión pública y la contratación, en un momento, donde la situación económica de los araucanos es angustiosa debido a que las principales fuentes de empleo como Oxy, operadora del complejo petrolero de Caño Limón, lanzan a la calle a más de 600 trabajadores.

De otra parte, el campo araucano pasa por un lamentable estado de estancamiento y retroceso, producto de la violencia, que en la última etapa del conflicto armado se ha recrudecido e impulsado por extrañas y particulares razones, que han significado el aumento de la tasa de mortalidad, desplazamiento y en consecuencia el aumento del hacinamiento en los cordones de miseria de las siete principales ciudades, aumentando de paso la demanda de vivienda y el lógico desbordamiento de los servicios públicos, los más caros del país. La situación del agro se ve empeorada por la falta de políticas de estímulo, de comercialización y bienestar campesino, así como también por el pésimo estado de la red vial municipal y departamental.

Otra gran fuente de empleo en Arauca, ante la ausencia de la industria, es el Estado, ya sea en la educación, la salud, las obras públicas, etc. Por tanto la situación creada por el Gobierno Nacional de interinidad, ha sumido a la región en un inmovilismo que afecta gravemente a los pobladores más pobres.

El actual encargado de la administración departamental, el doctor Alejandro Arbeláez, ha ofrecido como respuesta a esta situación un discurso que enfatiza en la seguridad y en la necesidad de un estado fuerte y autoritario. Ha privilegiado la relación clientelista con un grupo de alcaldes, bajo la impresión de que la sola llegada de ministros será la solución a la lamentable situación de la región y no la destinación de recursos para las obras, que tanto se requieren, reforzadas con una diligente gestión.

Me aparto del lenguaje bélico y estigmatizante, de propuestas de solución militar que puedan involucrar a la población civil en un conflicto, al que hay que hacer todo lo posible por terminarlo mediante el diálogo.

La experiencia ha demostrado, lamentablemente, que este tipo de funcionarios que llegan a gobernar el departamento sin tener una real y estrecha relación con la región, no tienen el mejor comportamiento, y más si intentan desde su alta investidura beneficiar intereses particulares.

Me comprometo por el bien de Arauca a un estricto control político y al examen de cada una de las actuaciones del funcionario recién llegado.