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Intimidación y violencia azota a los jóvenes de Bello, Antioquia
/ Martes 15 de noviembre de 2016
 

Las agresiones se presentan a escasas cuadras de donde funciona la administración municipal, el Concejo y la inspección de Policía y se ve intensificada propiamente en un lugar icónico para los bellanitas: las afueras de Casa de la Cultura Cerro del Ángel.

Durante los últimos cinco años el municipio de Bello, en su zona centro, ha sido testigo de un sistemático proceso de agresiones contra jóvenes que hacen uso del espacio público, lo que ha sido denunciado e informado en diferentes ocasiones ante Personería municipal, Fiscalía, entre otros organismos relacionados con la defensa de los derechos humanos. (Al final del informe se puede ampliar la información a través de links que respaldan las situaciones narradas)

Son múltiples los motivos para que estos actores violentos, quienes paradójicamente son jóvenes en su mayoría, agredan a otros jóvenes, muchos de los cuales son parte de la comunidad rockera, tan grande en el municipio. Muchachos entre los 17 y 30 años que circundan bares, aceras, escalas y otros espacios en lugares cercanos a La Casa de la Cultura y a la plazuela Andrés Bello, mejor conocida como “La Choza”; chicos y chicas que tienen por tradición encontrarse por ahí para compartir algunas cervezas, escuchar buena música y departir sin problemas sobre lo que vivieron en la semana.

“Pareciera que los rockeros de Bello no tuviéramos espacios tranquilos en nuestra ciudad”. Dice David, joven punk que acude desde hace 10 años al “Ángel”, a “la Lico” y a la “Choza”, quien ha sido víctima de golpizas. Los jóvenes que frecuentan espacios públicos como “La Choza” y la misma Casa de la Cultura han sido señalados, agredidos y estigmatizados a causa de sus estéticas diversas, hábitos de socialización y sobre todo por hacer del espacio público su centro de reuniones y tertulias.

Muchos de los muchachos que frecuentan los mencionados lugares son, entre otros, destacados músicos, artistas, estudiantes, activistas, líderes y en general, jóvenes del común, sencillos y humildes que no encuentran otros espacios para fraternizar en una ciudad que reclama espacios públicos para el disfrute del sano esparcimiento ya que muchos de estos lugares son controlados por actores no legales. Es preciso mencionar que el espacio público por número de habitantes en Bello es más que miserable, sólo hay que ver el plan de desarrollo en un contexto en el que la medida mundial está por encima de los 15 m2.

Intimidación y castigo

Primero pasan unos motorizados advirtiendo “nada de marihuana por acá”. Con este acto, al cabo de dos o tres rondas en las que de nuevo pasan mirando de forma intimidante, empiezan a desalojar a los jóvenes. Es el terror simbólico al que se ven sometidos todas las noches y que los incomoda, en última los desplaza a merodear, buscando algún otro sitio “para parchar”. No hay dinero para asistir a algún establecimiento nocturno, lo que los expone estar a las afueras del Ángel o por ahí, vulnerables a estas intimidaciones.

A medida que corre la noche, después de las diez, las rondas en sus motos se hacen habituales. A los muchachos que sorprenden fumando marihuana los golpean, al mejor estilo de la narcomafia noventera. El asunto se ha empezado a agravar porque ya algunos de los violentos están portando armas y en cualquier momento, ante la mínima oportunidad, o ante algún tipo de resistencia de los jóvenes, se puede producir un suceso que ninguna de las familias bellanitas quisiera para los suyos.

“La violencia contra la juventud en Bello es estructural, además de histórica. Obedece a una herencia de conflicto producto de la fuerza que tiempo atrás tuvo el narcotráfico como generador de grupos armados en Bello y a las políticas institucionales que han permitido la expansión territorial de los combos en la actualidad. Por ejemplo, la mesa de paz y convivencia de 2005, (administración de Olga Suárez Mira) fue uno de los fenómenos que posibilitó que se expandiera territorialmente el control de estos combos sin ninguna respuesta clara de la institucionalidad. Lo anterior, además de la insuficiente oferta social, educativa, laboral y cultural que se provee a los muchachos”. Es el análisis de Juan David Muñoz, joven concejal de Bello que ha estado al pendiente del fenómeno.

Un problema sistemático

Se puede hacer una síntesis del problema diciendo que si el detonante (¿o la excusa?) que genera la violencia, la intimidación y el desplazamiento del que son víctimas los jóvenes bellanitas es el consumo de estupefacientes como la marihuana, debe ser la institucionalidad quien opere para ayudar a mitigar esta actividad y quien, de manera integral con todas las fuerzas del Estado, haga frente a estas situaciones.

Se trata de un problema de salud pública que no se presenta únicamente en Bello (aunque está muy arraigado y en altos niveles) sino además en casi la totalidad de Colombia, pero que como tal debe ser tratado desde otras lógicas. Ni los dirigentes políticos, ni el Alcalde y su administración, muestran comprender la magnitud y complejidad del problema. Puede decirse que existe omisión del Estado ante este fenómeno.

“Es un atropello a la libertad de expresión de los jóvenes bellanitas que se apropian del espacio, la materialización del poder y su control a través del miedo, y así mismo, la expresión de la dinámica e imaginario paramilitar que caracteriza el municipio ha sido legitimada tanto por la comunidad, como por la instituciones sociales”, afirma Casandra, joven abogada que ha sido ultrajada en distintas oportunidades y quien habita esos espacios hace más de seis años.

Este tipo de acciones se volvieron sistemáticas y cada vez se tornan más severas. Parece estar empezando a naturalizarse por parte de los afectados. Los jóvenes no denuncian por temor y porque no tienen claro el proceso o protocolo a seguir ante sucesos como los relatados. Así mismo se suma a todo lo anterior un listado de dinámicas criminales que desde hace muchos años atrás viene afectando a la comunidad bellanita. Entre las más visibles y conocidas por los ciudadanos se pueden mencionar las extorsiones, las tradicionales vacunas para la “vigilancia”, la imposición de productos para ser comercializados en tiendas, la “mafia del ladrillo”, las plazas de vicio en gran parte de sus comunas y barrios, el control por parte de la criminalidad en zonas como Granizal, La Meseta, Pachelly, Nueva Jerusalén, entre otras.

Cerca del parque de Bello, específicamente entre las populares “calle Guayaquilito” y las cuadras alrededor del antiguo Teatro Iris y el Estriptis Bellanita, pasadas las once de la noche, el panorama sufre un cambio radical: las actividades y las dinámicas que emergen son distintas a las que se proponen en la actual política de “Ciudad de Progreso”. Son secretos a voces que la institucionalidad ignora, la prensa no menciona y la policía poco controla.

“La violencia se ha vuelto tan cotidiana que hasta las autoridades oficiales se hacen los de la vista gorda ante las denuncias ciudadanas diciendo y argumentando que en Bello no pasa nada”. Es el testimonio de Maicol, malabarista (artista circense) que hace presencia en los espacios callejeros desde hace más de ocho años.

El llamado urgente, ahora en tiempos en los que la paz es esperanza y camino, convoca a que tanto ciudadanía bellanita, como los actores involucrados, con el más activo acompañamiento de las entidades territoriales, debatan sobre este fenómeno que como sociedad hay que enfrentar. Además de generar movimiento social que presione para que se tomen acciones concretas e inmediatas para evitar tragedias anunciadas y la prolongación de un problema que cada vez más se sale de control en todos los órdenes a la institucionalidad: en lo político, social, cultural y en lo humano, toda vez que afecta los derechos universales de las personas consagrados en la Constitución Nacional.

Nota: este informe fue realizado por un gestor y activista local que frecuenta los lugares en mención y que ha venido haciendo seguimiento a los hechos aquí narrados. Por razones de seguridad no da el nombre.

Links:
http://analisisurbano.org/voces-urbanas-silenciadas-en-bello-antioquia/
https://www.youtube.com/watch?v=4sitLITApF0
http://www.semanariovoz.com/2015/08/08/agresion-paramilitar-a-artistas-en-bello-antioquia/
http://prensarural.org/spip/spip.php?article17790
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-12188741
http://analisisurbano.org/los-chatas-el-mesa-y-los-pachelly-hablan-de-paz-en-bello-antioquia/