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Opinión
Las ONG, apoyo para la organización o nuevas dirigencias
Húbert Ballesteros / Viernes 23 de diciembre de 2016
 

Tal es el título que hoy tenemos en discusión, gracias o por desgracia al auge de estos pequeños grupos de profesionales, que han venido penetrando en el movimiento social y sus organizaciones. Seguramente, en muchos casos con la mejor de las intenciones, pero como dice el refrán popular “de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno”.

Llama la atención, sobre todo en determinadas coyunturas: Crisis Ambientales, Crisis Humanitarias, Desastres Naturales y Procesos de Paz; que proliferen, incluso como una eclosión al interior de las organizaciones populares, los llamados grupos técnicos. (Profesionales y algunos dirigentes formando Ongs).

¿Qué hay detrás de todo esto?

Podría ser la búsqueda de la eficiencia en la gestión y ejecución de proyectos. También es válido pensar, que ante las posibilidades económicas que éstos traen, se desate una cierta aspiración personal, que me abstengo de calificar de legítima o ilegitima.

El fenómeno es mucho más complejo; ha venido evolucionando hacia una suplantación de la dirigencia natural de las organizaciones de base, y en otros casos, hacia una dependencia, por ser estás las Ongs, quienes formulan, gestionan y ejecutan los llamados proyectos de desarrollo social y comunitario. Vale decir también, que si antes esa dependencia era más perceptible y hasta cierto punto controlable, por venir de fuera de nuestras organizaciones y movimientos, ahora se torna más difícil, en tanto que es al interior nuestro que van surgiendo; primero como un apéndice de nuestro proceso y sujeto a nuestra dirección; pero posteriormente bajo la exigencia de la necesaria autonomía, empiezan a dictar la política o a desconocer la de la organización social, en especial aquella que tiene que ver con la aceptación de las fuentes de financiación. Por esa vía aparece el discurso de la concertación, incluso se llega a manifestar, que nuestros enemigos de antes, ahora son nuestros aliados, o que debemos ser inteligentes y aprovechar los recurso del capital en nuestro “beneficio”.

Ante esta situación manifiesto mi desacuerdo. Siempre he considerado y sigo considerando a riesgo de ser tildado de ortodoxo, que los liderazgos naturales deben prevalecer; que el papel de los equipos técnicos se hayan constituido o no como ONG, es el de apoyar y no el de dirigir. Su labor es la de contribuir dentro de una metodología de diálogo de saberes, a fortalecer la capacidad de liderazgo de los dirigentes de base, y no la de remplazarlos o suplantarlos.

Por último debo decir, que la labor de los revolucionarios, es la de destruir el sistema del capital no la de maquillarlo, o tratar de embellecerlo presentándolo como algo que puede ser aprovechado en nuestro beneficio.