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La paz del Tolima
La paz se construye en las regiones y sus comunidades populares.
Horacio Duque Giraldo / Viernes 13 de enero de 2017
 

El Tolima (Dulima, río de nieve o nube en lengua Pijao) es uno de los 32 departamentos de Colombia, con una densa historia social, política y cultural.

Fue formalmente creado en 1861 a partir de los territorios de la antigua provincia colonial de Mariquita.

Su territorio ha sido históricamente espacio de civilizaciones indígenas muy independientes y rebeldes, con un notorio sentido anticolonial.

Actualmente está integrado por 47 municipios y seis provincias.

En el Tolima se constituyeron las Farc en los años 60 del siglo XX. Su origen es un aguerrido grupo de campesinos e indígenas organizados para resistir la violencia latifundista y oligárquica.

En la actual etapa de diálogos, negociaciones y construcción de la paz, sus habitantes, más de 1 millón 500, y sus líderes han manifestado su compromiso con los acuerdos y consensos que buscan poner fin a un largo conflicto armado, con graves impactos entre los sectores más vulnerables de dicha región.

En la actual coyuntura, un asunto de la mayor trascendencia es la conformación de dos Zonas Veredales Transitorias de Normalización/ZVTN en los municipios de Planadas e Icononzo.

En Planadas, un municipio situado al Sur del Tolima, con cerca de 35 mil habitantes, mediante el Decreto 2017 de diciembre del 2016 (http://bit.ly/2jFx5Ua), se dispuso que la vereda El Jordán será una ZVTN por los próximos seis meses.

E, igualmente, mediante el decreto 2006 de diciembre del 2016 (http://bit.ly/2j2CXDI ), se determinó, por la Presidencia de la República, organizar otra ZVTN, en la vereda La Fila, lugar en el que permanecerán por 180 días los miembros de las Farc mientras se da el proceso de dejación de las armas y la conformación de un nuevo movimiento político con las organizaciones cooperativas y solidarias previstas.

El día 10 de enero, en la ciudad de Ibagué, se reunió un grupo de personas para proyectar un plan de trabajo con un conjunto de actividades orientadas a profundizar el compromiso de la sociedad civil regional con la implementación de los Acuerdos de paz.

El primer paso consistió en dar un amplio respaldo a Voces de paz y convivencia, la entidad organizada desde finales del año anterior para hacer la veeduría y seguimiento a la implementación legislativa y ejecutiva de los pactos de paz.

Jairo Rivera, uno de sus integrantes, expuso ampliamente en dicho encuentro la necesidad de una mayor vinculación de todas las expresiones de la sociedad regional en la arquitectura de la convivencia y de la paz positiva como materialización de la justicia, la democracia ampliada, la equidad y la no violencia.

Este núcleo primordial de acción por la paz en el Tolima se propone propiciar encuentros populares en las dos zonas ya indicadas, con el fin de profundizar los diálogos y las gestiones correspondientes a los avances de la paz.

De tales encuentros populares deben ser protagonistas los estudiantes de bachillerato, los profesores, los universitarios, los líderes comunales, los campesinos, las mujeres, los empresarios y las redes religiosas que involucran amplias capas de la sociedad.

Un evento mayor consistirá en la realización, a finales del mes de febrero, de una audiencia pública de rendición de cuentas sobre los avances de la paz en el Tolima.

De lo que se trata es de apalancar, obviamente, una discursividad que sirva de referencia a un nuevo imaginario social de la paz y fuente de nuevos códigos que enriquezcan el sentido común para modificar el que está más asociado con el individualismo, el mercantilismo, la violencia y el neoliberalismo.

Llega Voces de paz y reconciliación al Tolima y su experiencia en los próximos días será un piloto referente para el resto de regiones y departamento de la nación.

Nota. Campeones en cinismo el Ministro Villegas de Defensa y su cúpula de generalotes que con el mayor descaro salen, orondos y majos, a proclamar que el paramilitarismo ya no existe en esta república ensangrentada por la ultraderecha mocha cabezas. Los paramilitares, señores del gobierno, se están reorganizando y operan libremente por todo el territorio. En el Tolima están muy instalados en Ibagué y han desatado una campaña de amenazas de muerte contra un centenar de activistas agrarios y populares. Igual en Armenia y el Norte del Valle, allí tienen amenazados a reconocidos defensores de derechos humanos que están sin protección y conminados a abandonar sus actividades profesionales y lugares de residencia.

Doctor Villegas, deje a un lado tanta mentira y engaño y asuma su responsabilidad con los acuerdos de paz.