Con profundo dolor condenamos el secuestro y posterior asesinato de nuestro compañero José Yimer Cartagena Usuga, quien se desempeñaba como vicepresidente de la –Asociación Campesina para el Desarrollo del Alto Sinú -ASODECAS-, cargo que ocupó gracias a su compromiso con las comunidades campesinas de la región de Saiza, Alto Sinú. Lo cual lo llevó a jugar un importante rol en el movimiento social y político Marcha Patriótica y en el frente Amplio por la Paz en el departamento de Córdoba. También se destacó ampliamente en el desarrollo de las pedagogías de paz en toda la región del Nudo del Paramillo, región que históricamente ha sido víctima de la violencia pero que además ha sido reconocida como foco de la resistencia campesina.

Yimer, como le llaman todos en la región, fue cruelmente asesinado en la frontera de Córdoba y Antioquia, en la vereda conocida como El Cerro, paso obligatorio hacia el municipio de Carepa. Él no fue un hombre cualquiera; su cuerpo era menudo y su sonrisa gigante, como su rebeldía… desde muy joven se vinculó a la lucha por la tierra y dignidad de los campesinos del Alto Sinú.

Lo caracterizó su sonrisa y ternura. Durante el paro agrario de 2013 fue señalado y se le dictó orden de captura por liderar la resistencia campesina en el municipio de Barbosa, Antioquia. Orden de captura que luego fue levantada en el marco de las negociaciones de la Cumbre Agraria. Siempre respondía a las tareas de la Asociación o de Marcha con disciplina y alegría; acompañado en cada misión por su compañera Liney, mujer de acero, a quien expresamos nuestro sentir y solidaridad. Juntos tuvieron un hijo al cual se encargaban de formar con principios transformadores. Cuando José Yimer salía al cumplimiento de tareas siempre se le vio guardando juguetes que le llevaba a su pequeño hijo. ¿Acaso quién tiene el derecho de causar tanto dolor?

Desde Juventud Rebelde Córdoba exigimos al Estado colombiano que investigue y castigue a los autores de tan atroz crimen. El asesinato de Yimer no es un caso aislado, obedece a todo un plan de exterminio en contra del pueblo organizado que sueña con la Nueva Colombia y la patria grande. Se equivoca el ministro de defensa Luis Carlos Villegas al decir: “que las BACRIM no son paramilitares”. Está demostrado que sí lo son y están matando al pueblo humilde y organizado mientras el Estado colombiano se queda congelado.

No nos quedaremos pasmados y atemorizados. Este tipo de hechos solo reafirman nuestro discurso y quehacer diario: saldremos a las calles, alzaremos nuestro puño, marcharemos bajo sol y lluvia, desgarraremos nuestras gargantas exigiendo justicia y castigo a por todos nuestros compañeros y compañeras caídos en la lucha por las profundas transformaciones que necesita el pueblo colombiano. No nos queda más que ofrecerle todas nuestras luchas al compañero Yimer y recordarlo en cada una de ellas.

¡Morir por la patria no es morir, es vivir!

Directorio departamental Juventud Rebelde Córdoba.