Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra
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Dignificando Memoria: Nelcy Cuesta, luchadora entrañable de Puerto Matilde
 

La aldea comunitaria de Puerto Matilde tiene un significado muy especial para la Zona de Reserva Campesina del Valle del Río Cimitarra y para la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra. Esta vereda ha sido ejemplo de resistencia y del desarrollo económico de las comunidades campesinas. Es conocida por ser cuna del proyecto bufalino como alternativa económica para la reducción de los cultivos de coca.

La vereda Puerto Matilde se encuentra ubicada en el municipio de Yondó, bordeada por el río Cimitarra, caserío que tiene su origen a partir de la colonización campesina que huía de los desmanes de la guerra bipartidista. Al arribar a Puerto Matilde, lo primero que se asoma a la vista son los colores que poseen las casas, los olores que destilan los árboles sembrados, que resultan atractivas para el olfato; y al mismo tiempo se observa el puesto de la madera que reposa a orillas del río Cimitarra, listo para su comercialización.

En una de las casas de la vereda se encuentra un mural que hace honor a Nelcy Gabriela Cuesta, ¿pero quién era ella? Todas las personas del caserío recuerdan con dolor a la Negra, que así le decían cariñosamente, que recordarla los lleva al momento en que les llegó la noticia de que la habían desaparecido.

Nelcy Cuesta era una mujer fuerte, amable, solidaria y de compromiso social. “Mujer de 45 años, humilde y luchadora incansable, cabeza de hogar, madre de 5 hijos, nacida en Puerto Wilches, Santander. Vivió su infancia en este pueblo y parte de su adolescencia y juventud entre Bucaramanga y Bogotá, y durante muchos años recorrió varias regiones del país”.

Su sustento y la de sus hijos se basaba en un restaurante y una tienda que tenía, cuentan los habitantes de la vereda, y esto le permitió tener un acercamiento a las comunidades y sobre todo con las mujeres. Desde ese momento su compromiso por sacar adelante a la comunidad fue imparable. La Negra fue presidenta de la Junta de Acción Comunal en 1999 y se destacó por su labor y gestión comunitaria, que trajo beneficios a la comunidad como un acueducto, la escuela para la vereda y el matadero.

Nelcy tenía que realizar viajes continuos a Yondó para poder surtir su tienda y restaurante. Para el año 2002, se había agudizado el conflicto armado en la región, por lo cual realizar un viaje de Puerto Matilde a Yondó implicaba pasar por 2 retenes, uno paramilitar ubicado en un sitio llamado La Marranera y el segundo era en la base militar de Yondó. Estos retenes tenían como objetivo fiscalizar la entrada de mercado de los habitantes de las zonas rurales.

El 4 de abril de 2002, Nelcy realizaría su último viaje. “Ese día ella salió porque se encontraba indispuesta, tenía problemas de salud, a todos se nos hizo extraño que no llegará; hasta que ese día llamaron al Telecom de la vereda y nos dijeron que la habían bajado del carro de la línea. Ahí supimos que no la volveríamos a ver”, cuenta doña Marina.

Al día siguiente, la comunidad se reunió en el caserío para ir a buscarla y con la colaboración de la ACVC y de acompañamiento internacional, se inició la búsqueda de Nelcy Cuesta por todo el río Cimitarra. Pero la búsqueda fue en vano porque no la encontraron. En medio de la búsqueda del cuerpo de Nelcy, descubrieron que una familia estaba velando y preparando el entierro de una mujer, la cual la estaba confundiendo con una familiar de ellos, pero al acercarse se dieron cuenta que era el cuerpo de Nelcy Cuesta.

La comunidad de Puerto Matilde sintió la muerte de Nelcy Cuesta profundamente. Todos y todas sintieron que perdieron a una amiga, una hermana, una hija, una mujer incomparable. Y la mejor forma de dignificar la memoria de Nelcy Cuesta era poner su nombre en la única escuela de Matilde. Penosamente hoy en día esta escuela no se encuentra en funcionamiento y está abandonada, ya que el municipio decidió construir otra y no le permitieron a la comunidad que llevara el nombre de Nelcy Gabriela Cuesta. Pero a pesar de esta dificultad, los y las habitantes de Puerto Matilde se han comprometido en nunca olvidar y seguir contando la historia de Nelcy.