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Un balance del paro cívico en Buenaventura
José Javier Capera Figueroa / Domingo 11 de junio de 2017
 

Los gritos siempre sonaron fuertes, la resistencia en las calles y la movilización de cientos de familias fue una de las piezas fundamentales para demostrarle a las élites, al gobierno y a los sectores tradicionales de qué están hechos los ciudadanos de Buenaventura, la importancia de la región y lo vitales que son los procesos de organización comunitaria. Ahora sólo queda seguir trabajando y tener esperanza de que el acuerdo pactado entre el gobierno nacional y el comité del Paro Cívico será una “nueva” historia para las comunidades negras, el territorio, la tierra, el puerto y la calidad de vida que muchos desean que exista en la tierra de Petronio Álvarez.

El lema de “Buenaventura se respeta, carajo” nunca dejó de sonar. La unión de los artistas, cantantes, maestros, líderes sociales, pequeños empresarios, familias, entre otros, fue la base para presionar de forma estratégica la postura antagónica del Gobierno Nacional frente a los intereses, necesidades y demandas reales de los bonaverenses, ahora el desafío es más grande consiste en poder canalizar esos aires, sentimientos e ideas por parte de las distintas organizaciones sociales y comunales, que de forma organizada construyeron una propuesta colectiva que demostraba las razones que traía consigo el paro que conmovió a distintos sectores nacionales e internacionales, al ver los atropellos por parte de la fuerza pública, la omisión, dilatación y en particular el sesgo que algunos medios de comunicación realizaron en los momentos más “calientes” que vivieron los habitantes del puerto.

En efecto, el Gobierno y los líderes pudieron construir una propuesta que fuera el primer paso para ir superando las problemáticas – estructurales que padece la región. Dentro de lo pactado encontramos los siguientes puntos:

  • Una inversión de $ 1.5 billones por dos años .
  • La creación de un patrimonio autónomo con recursos ordinarios y otros, los cuales tienen como finalidad establecer en un periodo de dos años, dar el servicio de agua las 24 horas del día.
  • El financiamiento para la construcción de una ruta o plan maestro de alcantarillado.
  • La construcción del nuevo hospital, el fortalecimiento del que existe y la visión de consolidar una ciudadela hospitalaria, para garantizar un bien público como lo representa el derecho a la salud.
  • La remodelación del Estadio Marino Klinger, entre otras obras, que hacen parte del pliego de peticiones que tendrán cabida dentro de la financiación estructural en que confluyeron ambas partes. Véase: https://www.youtube.com/watch?v=SoxidbQ3OVY

Uno de los aspectos más importantes resulta ser la creación de un fondo especial destinado a la creación de proyectos locales, los cuales estén orientados a la defensa del territorio, la vida y la autodeterminación de las comunidades negras, un aspecto que será la base para poder contrarrestar la violencia – estructural, sistémica y el abandono estatal que vive por más de medio siglo el puerto más importante y querido del país.

En últimas, continúa el proceso de organización y reivindicación en Buenaventura. El reto más grande consiste en establecer un punto de resistencia frente a la corrupción y la masiva llegada de “políticos” que pretendan convertirse en los representantes, administradores y funcionarios que tienen la capacidad de controlar los aportes, los bienes y recursos que se obtuvieron producto de la lucha política por la defensa de la vida, el territorio y otro vivir en el puerto. La apuesta es inmensa y el camino lleno de turbulencia pero un aspecto de gran importancia que tiene la comunidad, el comité del Paro Cívico, es demostrarle con hechos al Gobierno Nacional y la sociedad colombiana que la unión, la organización, la reivindicación y la solidaridad son más fuertes que la violencia, la represión y la negación de la otra parte.

Ha sucedido en pleno siglo XXI que un puerto de afrodescendientes demuestra el valor de la unidad, la organización y la resistencia pacífica, pedagógica y comunitaria, la cual puede más que la lógica de la violencia, el desconocimiento político y la miopía social que utiliza cotidianamente el Estado contra los pueblos, su soberanía y su autodeterminación en los territorios.

Ahora si podemos cantar como lo ha entonado nuestra querida Leonor Gonzales Mina “ Bello puerto de mar/Mi Buenaventura/Donde se aspira siempre la brisa pura / Siempre que siento penas en mi poblado/ miro tu lindo cielo y quedo aliviada/ Siempre que siento penas en mi poblado/ miro tu lindo cielo y quedo aliviada”.