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21 años del asesinato de Albeiro Bustamante, líder de Urabá
El invitado para hablarnos de su vida y obra es Alberto Ruiz, dirigente de la Central Nacional Provivienda (Cenaprov) y ex director de la Casa de la Cultura de Apartadó, ex concejal, su amigo de siempre en la región y compañero de curul en el cabildo municipal.
Hernán Durango / Sábado 14 de octubre de 2017
 
Albeiro Bustamante

El lunes 16 de octubre de 2017 se cumplen 21 años del vil asesinato de Albeiro Bustamante, ocurrido en la ciudad de Apartadó, departamento de Antioquia, a mano de esbirros paramilitares. Los habitantes de la región agroindustrial de Urabá conmemoran un nuevo aniversario de la desaparición física del joven dirigente del partido Unión Patriótica (UP) y del Partido Comunista Colombiano (PCC).

Joven aguerrido, descolló dentro de las filas de la Juventud Comunista (JUCO), de raíces campesinas, oriundo de la vereda de Caraballo, corregimiento de Nueva Antioquia, municipio de Turbo. Contaba 36 años de edad. Otros concejales de la UP como Arsenio Córdoba, Bartolomé Cataño y su suplente en la corporación Gustavo Loaiza también cayeron bajo las balas de los asesinos que andaban sueltos en las calles de la ciudad bananera.

En esta oportunidad el invitado para hablarnos de la vida y obra de Albeiro Bustamante es Alberto Ruiz, dirigente de la Central Nacional Provivienda (Cenaprov) y ex director de la Casa de la Cultura de Apartadó, ex concejal, su amigo de siempre en la región y compañero de curul en el cabildo municipal.

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Albeiro Bustamante fue un gran cuadro político forjado en la educación de la región y las escuelas partidarias, incluidas las escuelas nacionales del PCC y UP y en el exterior brindadas por el campo socialista, en las cuales nutrió sus principios revolucionarios para la defensa de la clase trabajadora del campo y de la ciudad. Se convirtió en 1996 en otra víctima del genocidio del Estado contra este partido de izquierda que gozaba de amplio apoyo popular.

En la región, como en el resto del país, el terrorismo del Estado utilizó todas sus fuerzas para aplicar el criminal Plan Retorno, diseñado y auspiciado por sectores políticos de la derecha, sectores bananeros y multinacionales, expresiones del militarismo en las fuerzas de seguridad del Estado, latifundistas, ganaderos, aliados con las Autodefensas de Urabá y Córdoba (AUC) encabezadas por Carlos Castaño Gil, y algunos desmovilizados del EPL llamados los Comandos Populares, grupos que se sumaron a la ola de violencia contra líderes de la región, en un plan criminal oficial ligado al plan nacional de exterminio denominado Plan Golpe de Gracia o Plan Baile Rojo, denunciado ampliamente por organismos defensores de derechos humanos y por el partido UP y el PCC.

El objetivo principal del macabro exterminio era la expulsión de la región de Urabá de las fuerzas políticas y sociales que encarnaban el cambio y las trasformaciones en favor de los trabajadores, campesinos, productores, etnias, afros, la cultura, los jóvenes y mujeres, con quienes se avanzó tenazmente en las construcción de políticas y espacios que significaban bienestar para la ciudadanía.

La UP-PCC, en alianza con otros sectores democráticos, dirigía los destinos de esta ciudad y otras del Urabá antioqueño y chocoano. Sostenía liderazgo fuerte en la conducción del sindicalismo bananero y de otros sectores sociales en los municipios y eso nunca se lo perdonaron las expresiones de la reacción oligárquica y de la extrema derecha en un país que ante el mundo se jacta de exhibir una “robusta democracia”.

A Albeiro Bustamante en Urabá se le reconocen sus grandes aportes para la convivencia y la tolerancia. Fue una figura política y del sector social. Amable y sencillo. En Apartadó se le reconoce su gran empeño que llevó a la firma el 23 de noviembre de 1993 del acuerdo de los partidos para un mejor entendimiento entre las principales fuerzas PCC-UP y el movimiento Esperanza, Paz y Libertad, desmovilizados del antiguo EPL inmersas en fuertes contradicciones, y más adelante el rol en la Comisión de Seguimiento, junto a José Noé Ríos, delegado del Gobierno nacional, dirigentes políticos, sindicalistas y empresarios.

Era una época de alta convulsión política y social en Urabá. Las luchas sociales en la industria bananera por condiciones dignas y mejoras salariales de los trabajadores conllevaban paros y huelgas. El conflicto armado estaba en un punto álgido con confrontaciones de insurgentes de organizaciones como FARC-EP y EPL contra las fuerzas del Estado eran plato de cada día. A la desigualdad social reinante se sumaba el éxodo permanente de campesinos por los combates armados y en busca de mejores oportunidades en los centros urbanos.

A este panorama se agrega el anuncio precipitado del Gobierno nacional en materia económica de la declaratoria de Urabá, junto Maicao y Tumaco como zonas de libre comercio, con toda la prensa y bombos y platillos se divulgó la decisión económica produciéndose la inusitada y masiva llegaba a la región de miles de hombres y mujeres de los departamentos vecinos con la mente fijada en las “bondades del libre comercio”. Los centros urbanos de Urabá no estaban preparados para esta nueva realidad.

En esos momentos, y según reseña la prensa, en el año 1993 en reuniones sostenidas por la dirección de la UP con varios ministros del Gobierno del presidente César Gaviria Trujillo, se le hizo la denuncia de la existencia del plan de exterminio contra dirigentes y militantes del partido político de izquierda, que a la postre también llevaba como meta el despojo de millones de hectáreas de tierra, desplazamiento de labriegos, robo de recursos, privatización de empresas de servicios públicos y de derechos como la salud e imposición de medidas neoliberales en la región para esquilmar el menguado bolsillo de los habitantes.

El terrorismo del Estado contra las fuerzas democráticas y de izquierda de Urabá aplicó diferentes formas de represión y exterminio. Antes del asesinato de Albeiro Bustamante, en enero de 1994, fue detenido y trasladado a las cárceles de Bogotá, implicado por la Fiscalía en la investigación por la masacre del barrio La Chinita, Apartadó, ocurrida el 23 de enero de 1994. Junto a Albeiro fueron encarcelados más de cien dirigentes de la UP-PCC, entre ellos líderes sindicales, comunales y campesinos, concejales, alcaldes y diputados. Todos, después de varios años de injusta prisión, fueron exonerados por la Corte Suprema de Justicia tras demostrarse su inocencia. Era otro caso de montaje judicial, un falso positivo judicial.

En este nuevo aniversario del asesinato de Albeiro Bustamante hacemos honor a su ejemplo de luchador revolucionario y su entrega a la causa de la clase trabajadora colombiana. El pueblo colombiano sigue en la lucha por memoria, contra el olvido, por verdad, justicia, reparación integral y castigo para los responsables de tantos crímenes contra sus figuras más destacadas.