Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra
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Crisis humanitaria en el sur de Bolívar por erradicación forzada de coca
Agencia Prensa Rural / Jueves 13 de agosto de 2009
 

A continuación reproducimos el comunicado difundido por la Asociación de Familias Campesinas del Sur Bolivar, a raíz de la situación generada por la erradicación forzada de cultivos de uso ilícito sin alternativas de sustitución que viene adelantando el Gobierno Nacional:

Hombres y mujeres; campesinas y campesinos de 22 veredas de los municipios de Cantagallo y San Pablo con la piel curtida por el trabajo diario, por la lucha incansable de sobrevivencia y resistencia, con los sueños y esperanzas firmes en la búsqueda de un mundo mejor, con la decisión de permanecer en nuestro territorio nos encontramos en las Juntas de Acción Comunal, la Asociación de Familias Campesinas del Sur de Bolívar, la Federación Agrominera del Sur de Bolívar y la Asociación Campesina del Valle del Rio Cimitarra en la vereda El Diamante:

Analizamos y discutimos acerca de la situación generada por la erradicación de los cultivos de uso ilícito que se están implementando por el gobierno nacional sin alternativas de sustitución.

Denunciamos que esta erradicación viene ejecutándose de manera arbitraria y no solo destruyen los cultivos de hoja de coca sino también nuestros cultivos de pancoger y se adueñan de nuestras aves de corral y animales domésticos.

Conscientes que el gobierno nacional reconoce al Sur de Bolívar como una región privilegiada para la explotación de los recursos naturales entregándola a las multinacionales, y para hacerlo ve como obstáculos los campesinos y sus organizaciones sociales que peleamos nuestra soberanía y autonomía en nuestro territorio el cual hemos habitado por muchos años aun sin que haya habido inversión ni incentivos a la producción y economía campesina.

Conscientes también que sembramos la mata de coca obligados por la pobreza y el abandono ya que es el único medio de sobrevivencia sin que se resuelvan todas nuestras dificultades.

Vemos que la erradicación de los cultivos de hoja de coca es una excusa ideal para justificar la militarización, la fumigación, generar el desplazamiento forzado de la población para el apropiamiento de nuestros territorios.

Nos enfrentamos los campesinos y campesinas productores de hoja de coca al hostigamiento por la insurgencia, presión por los grupos paramilitares, el ejército y la Policía, rechazados por Acción Social y estigmatizados por el resto de la sociedad como delincuentes.

Mantenemos nuestra decisión de declinar en estos cultivos con nuestra propuesta de plan de desarrollo y de protección integral de los derechos humanos del Magdalena Medio que se entiende como un proceso socio-económico, político y cultural, y no como un conjunto de políticas, programas y proyectos; estos son los medios para impulsar y orientar dicho proceso. Este plan de desarrollo, además de preocuparse por buscar niveles aceptables de producción y productividad de la agricultura campesina, busca incluir problemas relacionados con la democracia en el campo, la igualdad entre géneros, la participación e inclusión política, la creación de mercados locales sólidos y diversificados, el mejoramiento de la infraestructura y medios de transporte, la distribución de la población, la conservación de los recursos naturales, un manejo apropiado de los ecosistemas, el respeto de la diversidad cultural, el cumplimiento de los derechos humanos, la propiedad de la tierra y permanencia en el territorio.

Planteamos la necesidad de una acción legítima y necesaria para llamar la atención frente a lo que está pasando, para ser escuchados y para tener una fuente de ingreso que nos permita sobrevivir mientras nos sentamos a dialogar con el gobierno y se llegue al cumplimiento de acuerdos, por eso los campesinos y campesinas nos dirigiremos hacia las zonas de erradicación para exigir la suspensión de la erradicación mientras se llega al cumplimiento de acuerdos y la real inversión social en nuestros campos de acuerdo a nuestra propuesta autónoma.

Reconocemos y apoyamos la lucha y resistencia que adelantan valientemente nuestros hermanos campesinos en Las Pavas y nos unimos desde aquí donde las familias nos estamos quedando sin ninguna clase de sustento exigiendo solución en un escenario de interlocución.

Llamamos a las organizaciones campesinas, a las organizaciones defensoras de los derechos humanos, a las organizaciones sociales y la comunidad internacional a acompañar nuestra justa lucha y resistencia en defensa de nuestra dignidad.

Invitamos a todas las organizaciones sociales a acompañar y velar por la seguridad y bienestar de los campesinos y campesinas que adelantaran esta acción.

Por nuestra dignidad, autonomía, y permanencia en nuestros territorios.

Vereda El Diamante, Cantagallo, sur de Bolívar, agosto 9 de 2009