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La gira del etanol
Biocombustibles a partir de alimentos conducirán al hambre a la humanidad
Semanario Voz / Miércoles 21 de marzo de 2007
 

Movimientos sociales advierten que la estrategia americana de producir etanol a partir de alimentos conduce al monocultivo y al hambre, en una dimensión catastrófica que la humanidad parecía haber superado. Chávez critica estrategias de Lula y Uribe Vélez al servicio de Bush.

El único acuerdo comercial suscrito por el presidente norteamericano George Bush durante su visita a cinco países latinoamericanos, estuvo referido a la producción de etanol en Brasil. Por eso algunos analistas sostienen que la de Bush fue la gira del etanol por América Latina.

El interés del representante del mayor imperio capitalista sobre la tierra no es gratuito. A los estrategas norteamericanos les preocupa cada vez más la dependencia de los grandes mercados petroleros, localizados en zonas de creciente convulsión social. Tal es el caso de Irán, Iraq y Venezuela, donde prosperan movimientos antiimperialistas que de resultar exitosos en sus objetivos independentistas podrían poner en serio riesgo el suministro de energéticos a Norteamérica.

Monocultivo

De ahí que una de las cartas que Bush sacó de la manga durante su estadía en Brasil es la propuesta al presidente Lula de extender masivamente la producción de etanol en esa zona del continente, a partir de la producción en grane scala de caña de azúcar.

Brasil es el primer productor mundial de etanol y junto a Estados Unidos controlan el 72% de la producción mundial. El acuerdo suscrito en la primera semana de marzo entre los dos países en dirección a incrementar masivamente la producción de etanol, permite a Washington diversificar la matriz petrolera en el suministro de hidrocarburos y reducir las importaciones de Venezuela y el Medio Oriente.

Pretende de paso debilitar a Venezuela y sus aliados y en tercer lugar frenar la integración regional latinoamericana, cuya alma son los hidrocarburos. De cierta manera alcanzaría uno de los objetivos del ALCA, propuesta sepultada durante la cumbre de mandatarios en Buenos Aires.

Reacciones

La nueva estrategia ha comenzado a ser rechazada por los sectores más avanzados del movimiento campesino y popular. El Movimiento de los Sin Tierra (MST), de Brasil, ha sido uno de los primeros en pronunciarse, al criticar “el uso de productos agrícolas de los países pobres para la producción de energía para los ricos”. MST ha dicho que la producción del etanol en gran escala, a partir de la caña de azúcar, conduce al monocultivo y al hambre en nuestra región.

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, que desarrolló una gira simultánea por el continente, dice que los objetivos de Estados Unidos en esta materia son imposibles, pues habría que sembrar caña cinco o seis veces la superficie de la tierra. “El tema del etanol es irracional y antiético. Es inmoral pretender sustituir la producción de alimentos para seres humanos y animales para alimentar el consumo de los sectores ricos. Resulta que ahora vamos a producir alimentos para los automóviles y ocuparemos extensiones de tierra para esos cultivos”, puntualizó el mandatario venezolano.

Alimentos en combustible

Fidel Castro, en conversación telefónica con Chávez, se refirió al asunto: “La idea de usar alimentos para la producción de combustibles es trágica. Nadie tiene la seguridad de a dónde van a llegar los precios de los alimentos cuando la soya se esté convirtiendo en combustible”, anotó el estadista cubano.

A diferencia de su visita a Brasil, en Bogotá Bush no tuvo necesidad de hacer una referencia pública al tema. Fue Uribe Vélez quien se ofreció a servir en bandeja de plata al imperio la agricultura colombiana. “Llega usted a Colombia agitando una tesis necesaria: la diversificación de la canasta energética. Más de un millón de litros de etanol ya se producen al día en Colombia”, dijo el mandatario colombiano.

Frente a esta perspectiva, siguen creciendo voces de condena a la nueva estrategia norteamericana. El movimiento Vía Campesina ha dicho también que la producción de etanol cumple el propósito de desarticular el proceso de integración latinoamericana, frenar las reformas sociales en marcha en varios países y golpear a los sectores democráticos y progresistas, interesados en ahondar en procesos de independencia nacional.