Asociación Campesina de Arauca
:: Arauca, Colombia ::
Mapa del sitio
Suscríbete a servicioprensarural

Campaña internacional de hermanamiento con la Asociación Campesina de Arauca, Colombia
“Caminando juntos con la resistencia campesina”
Ginebra, Suiza, 2007
Asociación Campesina de Arauca / Miércoles 28 de marzo de 2007
 

1. Ubicación geográfica del departamento de Arauca, Colombia

El departamento de Arauca se ubica estratégicamente al oriente colombiano sobre la porción de territorio comprendida entre las cuencas de los ríos Arauca al norte y Casanare al sur; posee una extensión de 23.517 kilómetros cuadrados y, según proyecciones del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, la población para 2005 en el Departamento era 273.136 habitantes (representa el 0.590 del total nacional), de los cuales 149.034 (54.6 se encuentran ubicados en las cabeceras urbanas y 124.102 (45.4 en el sector rural). [Nota de Prensa Rural: los resultados oficiales del censo del 2005, realizado por el DANE, es de 208.605 habitantes, 142.617 en la zona urbana y 65.988 en el sector rural].

2. Contexto y conflicto socioeconómico y armado en el departamento de Arauca

Arauca, con una economía tradicionalmente agrícola y pecuaria, produce alimentos de primera necesidad tales como: plátano, yuca, caña de azúcar, cacao, maíz, arroz y frutales, entre otros. El departamento mantiene una férrea identidad llanera, la cual se comparte con las gentes de la República Bolivariana de Venezuela, de la cual están separados únicamente por el imponente río Arauca, pues las costumbres, familia, cultura e imaginarios colectivos son los mismos.

Hasta el desarrollo de los campos petroleros descubiertos por la petrolera estadounidense Occidental Petroleum Corporation (Oxy), Arauca era un típico territorio de la Orinoquia, una continuación de los llanos de Venezuela que llegaba hasta el piedemonte de la Cordillera Oriental de Colombia. Un territorio olvidado por el estado y sus gobiernos de turno, donde no había más que pobreza, marginación y aislamiento del resto del país.

Todo empezó a cambiar cuando en 1983 se descubrió que en ese apartado y olvidado departamento, llamado en ese entonces intendencia de Arauca, se encontraban grandes yacimientos de petróleo. El crudo llenó las arcas de las multinacionales, exacerbó la corrupción con los dineros de las regalías y se revirtió para los habitantes del departamento en violencia y pobreza.

En particular, las transnacionales petroleras y mineras de origen norteamericano y europeo controlan el negocio del sector, desde la producción hasta el comercio. Para proteger sus intereses económicos, intervienen directamente en el conflicto colombiano financiando la guerra contra la población.

Otro grave problema que enfrenta actualmente el departamento de Arauca es el de las fumigaciones indiscriminadas a los denominados cultivos de uso ilícito con el veneno glifosato.

Ante la inexistencia absoluta de políticas y apoyo estatal a la producción de los pequeños productores agropecuarios, el notable deterioro de sus tierras y la precariedad en sus condiciones de vida, los campesinos encontraron como única alternativa de subsistencia los cultivos de uso ilícito (coca), que han crecido al ritmo que ha crecido la pobreza y miseria en el campesinado.

En los primeros años de la década de los 80, eran casi desconocidos los cultivos de coca en la región, pero en 2003, según censo realizado por la Asociación Campesina de Arauca (ACA), existían cerca de seis mil hectáreas de coca. Actualmente se calcula que estos cultivos se han seguido multiplicando a lo largo y ancho de la geografía araucana.

La fumigación aérea se hace de forma indiscriminada, afectando directamente a sectores que no tienen cultivos ilícitos. Por el contrario, los plantíos más afectados son los destinados a la subsistencia de los habitantes de la región, así como los hábitats naturales cercanos a los sectores fumigados.

El problema de los cultivos de uso ilícito, como lo han sostenido las organizaciones campesinas, entre ellas la ACA, es un problema social que no tiene otro camino diferente a la concertación y las soluciones reales a las condiciones de vida del campesinado cultivador y no cultivador de coca en el país y en la región.

Arauca, como la mayoría de regiones rurales de Colombia, es escenario de la confrontación entre las fuerzas insurgentes y las fuerzas militares y paramilitares estatales. Con la llegada a la presidencia de Álvaro Uribe Vélez, y bajo el marco de su denominada “política de seguridad democrática”, el departamento fue declarado desde el mismo 7 de agosto de 2002 por parte del presidente como “zona de rehabilitación y consolidación”. En atención a esta decisión, Arauca es considerado epicentro de la llamada política de “seguridad democrática” y definido como el principal laboratorio de guerra en Colombia.

El departamento de Arauca es tal vez la única región que cuenta con presencia directa, en terreno, de tropas e instructores norteamericanos, lo cual ha escalado y modificado radicalmente el contexto del conflicto social y armado que vive la región desde décadas atrás.

Como epicentro de la política de “seguridad democrática”, esta situación ha generado la agudización y degradación del conflicto armado, así como el incremento inusitado de la violación sistemática de los derechos humanos, las libertades ciudadanas y las transgresiones al derecho internacional humanitario.

A la fecha continúan los señalamientos, la estigmatización de los habitantes de la región, catalogados de miembros auxiliadores de la guerrilla, los bloqueos alimentarios por parte de militares y paramilitares, el desplazamiento forzado como método de guerra, el destierro de los campesinos de las áreas municipales, las detenciones masivas, ilegales y arbitrarias, las masacres colectivas y el asesinato selectivo principalmente de líderes de la región o de comunidades que se han organizado y han ejercido sus derechos constitucionales a la libertad de expresión, movilización y protesta pacifica.

Desde diciembre de 2005, el conflicto en Arauca ha sufrido una modificación sustancial en tanto que ha aparecido un nuevo elemento en la confrontación militar que tiene relación con los ataques entre las mismas organizaciones insurgentes (FARC-EP y ELN, que existen en Arauca desde la década de los 80), en medio de los cuales se viene incrementando el ataque indiscriminado contra la población civil.

Como consecuencia de la mencionada confrontación se ha presentado el asesinato de aproximadamente 40 personas, entre ellos líderes de las diferentes organizaciones sociales y políticas del departamento. En medio de esta situación, la ACA no solamente ha sido víctima de la persecución del estado sino también de esta estéril confrontación, conllevando el desplazamiento de varios de sus dirigentes miembros de la junta directiva y afiliados en general.

3. Una idea de desarrollo humano sustentable para construir futuro en el campo araucano

La Asociación Campesina de Arauca (ACA), nace en julio de 2000 como resultado de una serie de esfuerzos organizativos de los campesinos en el ámbito local, que se venían desarrollando desde la década de los años 50 y 60, producto de la colonización campesina dirigida por la extinta Caja Agraria y luego por el Instituto Colombiano de la Reforma Agraria. Estas dos entidades del estado, encargadas del apoyo integral al campesinado y al desarrollo del mismo, adelantaron como política de estado el asentamiento de un gran número de campesinos desplazados de varias regiones del país, en lo que se conoció en Colombia como la “violencia” liberal - conservadora de los años 50.

La ACA aglutina gran parte de esos acumulados organizativos locales, logrando la conformación de una organización regional.

El objetivo de la ACA es trabajar por resolver los desequilibrios económicos y sociales existentes en el departamento, como una de las bases para el logro de la paz. Esto significa que los campesinos tengan el ejercicio pleno de todos sus derechos, que puedan participar activamente en las distintas instancias y decisiones hacia la búsqueda de un verdadero desarrollo sustentable fundamentado en una necesaria soberanía alimentaría.

Estatutariamente, la ACA se define como una organización que trabaja y lucha por la defensa integral de los derechos humanos. Esto incluye los derechos económicos, políticos, sociales, culturales y del medio ambiente, propendiendo por una auténtica reforma agraria que democratice la tenencia de la tierra, por apoyo estatal que brinde a los campesinos créditos, asistencia técnica, obras de beneficio social, el impulso a la agroindustria sobre la base del bien común, que mejore en todos los sentidos en nivel de vida de los araucanos a partir de sus necesidades y su realidad.

En relación con el cumplimiento de sus objetivos, la ACA ha venido desarrollando una ardua labor de organización, orientación y capacitación a sus afiliados, adelantando talleres de liderazgo, derechos humanos, desarrollo alternativo, escuelas de agricultura orgánica y producción limpia, entre otros.

De igual forma, la ACA ha promovido y realizado asambleas populares en los diferentes municipios del departamento a fin de concertar la elaboración de un plan de desarrollo alternativo comunitario regional, elaborado y presentado por las comunidades, que contenga los proyectos de sustitución de cultivos de uso ilícito (plantaciones de coca), proyectos de infraestructura social e impacto regional y los lineamientos de una política petrolera de beneficio social. Este plan se propone proyectar el desarrollo del departamento a 10 años, donde a través de un gran acuerdo entre las comunidades, los gobiernos nacional, departamental y municipales, se asuma la ejecución de dicho plan como un compromiso de estado, a fin de garantizar una aplicación continua que rescate la participación de las comunidades como protagonistas insustituibles del desarrollo regional y la construcción de una verdadera paz con justicia social.

4. Persecución y guerra contra la Asociación Campesina de Arauca

Como consecuencia de su activa lucha y trabajo en defensa de los intereses del campesinado araucano, la denuncia y movilización contra las políticas estatales de violación de los derechos humanos, militarización y paramilitarizacion de la vida ciudadana para garantizar los intereses económicos de las transnacionales del petróleo y el envenenamiento de la tierra mediante las fumigaciones indiscriminadas con glifosato, el estado colombiano desató una terrible persecución de todo tipo contra la ACA que se mantiene hoy día de manera grave y generalizada.

La judicialización de la protesta social es uno de los métodos utilizados por el estado y su gobierno para impedir que las comunidades campesinas se organicen, reclamen y hagan efectivo el cumplimiento de sus derechos fundamentales.

En tal sentido, tanto directivos como afilados a la ACA han sido víctimas de esta inaceptable política.

En julio de 2003, en desarrollo de una detención masiva y arbitraria en la vereda Aguachica del municipio de Arauquita, fue detenido el señor Apolinar Herrera, fiscal de la ACA, junto con otros 30 campesinos de la región acusados de rebelión y colaboración con grupos guerrilleros. Este caso, como los demás, fue denunciado ampliamente y aportadas todas las pruebas que demostraron la inocencia de todos los detenidos incluyendo a Apolinar, pero debió permanecer más de un año en la cárcel para que pudiera recuperar su libertad. Aunque la fiscalía delegada ante el tribunal en segunda instancia le dio la razón y reconoció los errores cometidos, así como la violación a sus derechos procesales, en octubre de 2006 nuevamente se le libró orden de captura.

El 18 de febrero de 2004, en Bogotá, miembros del Departamento Administrativo de Seguridad [órgano de la Presidencia de Colombia que hace funciones encubiertas de policía judicial y de inteligencia, nota de Prensa Rural] detuvieron arbitrariamente a la presidenta de la ACA, Luz Perly Córdoba Mosquera, quien además se desempeñaba como secretaria general y encargada del departamento de Derechos Humanos de la Federación Nacional Unitaria Sindical Agropecuaria.

Simultáneamente, en Arauquita (Arauca), Juan de Jesús Gutiérrez Ardila, tesorero de la ACA, también fue detenido arbitrariamente por miembros del DAS.

Luz Perly era beneficiaria del programa de protección a líderes del Ministerio del Interior. Debido a las amenazas contra su vida, tuvo que salir de Arauca para vivir en Bogotá. El 19 de abril de 2002, la Comisión Interamericana decretó medidas cautelares a favor de todos los miembros de la ACA, incluida Luz Perly.

La persecución contra la ACA no terminó con la judicializacion de su junta directiva, mediante un burdo montaje judicial como el que se describió anteriormente. El 7 de octubre de 2004, Pedro Jaime Mosquera Cosme, quien se había desempeñado hasta junio de 2003 como vicepresidente de la ACA, fue encontrado muerto y con visibles signos de tortura en territorio de Venezuela, muy cerca de la frontera con Colombia. Como producto de un aberrante montaje judicial orquestado por DAS de Arauca, Pedro Jaime se había visto obligado a refugiarse en el hermano país, pues en su contra existía una orden de captura por el supuesto delito de rebelión.

Pedro Jaime fue desde siempre un luchador incansable por la defensa de los campesinos araucanos. Como parte de su trabajo, en representación de la ACA, había realizado un viaje por Europa para gestionar proyectos y dar a conocer la grave situación del campesinado de la región.

El 27 de marzo de 2006, fue injustamente detenido Luis Arnulfo Quiroga, secretario de Organización de la ACA. Luis Arnulfo se desempeñaba también como presidente de la junta de acción comunal de la vereda La Esperanza, municipio de Tame, y su detención se produce en el marco de la judicializacion de la dirigencia social y campesina de Arauca; su proceso es un montaje judicial, donde no existe ninguna otra prueba que el falso testimonio de informantes pagados por el gobierno y donde el compañero no tiene las más mínimas garantías procesales. Actualmente se encuentra en la cárcel de Arauca.

El 14 de febrero de 2006, fue detenida en la ciudad de Arauca (Arauca) Flor María Díaz, quien fue miembro de la junta departamental de la ACA, igualmente vinculada dentro del proceso que se sigue a la junta directiva.

Flor María es una campesina, promotora de salud del municipio de Tame, madre cabeza de familia de tres hijos y cuyo único delito ha sido su vocación de servicio a la comunidad. Actualmente se encuentra recluida en el patio 6 de la cárcel El Buen Pastor de Bogotá. Sus abogados han interpuesto múltiples recursos para se haga efectiva la ley 750 que le otorga por lo menos el beneficio de la detención domiciliaria, mientras se adelanta el juicio, pero la fiscalía, mediante el factor subjetivo, ha negado cualquier posibilidad de dicho beneficio aludiendo que Flor es una persona demasiado peligrosa.

Pese a la persecución y guerra sucia de que ha sido objeto la ACA, en la actualidad posee 5.120 afiliados y seis comités municipales de los cinco municipios del departamento: Arauquita, Arauca, Saravena, Fortul y Tame. Es necesario destacar que los inicios de la ACA fueron con 40 afiliados y debido a un arduo trabajo de organización y capacitación hemos logrado un gran crecimiento. La ACA es hoy un ejemplo de dignidad y resistencia campesina en Colombia.

Campaña internacional de hermanamiento con la Asociación Campesina de Arauca “Caminando juntos con la resistencia campesina”

Objetivo

Generar a nivel internacional un hermanamiento activo y efectivo con la Asociación Campesina de Arauca (ACA), que permita, mediante la realización de un plan de actividades puntuales, contrarrestar la persecución contra la asociación y fortalecer su trabajo en pro del campesinado araucano mediante la implementación de proyectos y un acompañamiento internacional permanente.

Plan de acción inmediato

• Divulgar ampliamente este documento entre organizaciones políticas, partidos, organizaciones sindicales, campesinas, juveniles, religiosas, de mujeres, organizaciones promotoras y defensoras de derechos humanos, personas y personalidades que quieran caminar y apoyar el proceso de resistencia campesina de la Asociación Campesina de Arauca.

• Obtener el patrocinio económico y técnico para la capacitación y dotación de un equipo humano de comunicaciones de la Asociación Campesina de Arauca, que recolecte, procese y difunda información respecto de la Asociación y en general la situación del campesinado de la región.

• Organizar en un país de Europa, durante el primer semestre de 2007, una reunión donde participen personas y delgados de las distintas organizaciones, para el lanzamiento oficial de la campaña internacional de hermanamiento con ACA, “Caminando juntos con la resistencia campesina”, donde se definirán planes de trabajo y compromisos para concretar el hermanamiento con la ACA.