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“Maestra vida”
David Rabelo Crespo / Miércoles 25 de agosto de 2010
 

Rubén Blades, abogado, compositor y cantante de salsa nacido en Panamá, le canta a la maestra vida. Lo social, lo cotidiano, los derechos, son temas a los cuales este músico y poeta, le dedica su inspiración. En su obra “Maestra vida” plasmo el contenido profundo de su sensibilidad social. En cada verso va tejiendo el significado de la vida, las inequidades y el desbalance social, los amores y desamores, lo arbitrario y las guerras, las alegrías y las tristezas, las dictaduras y la necesidad de construir la justicia social. Maestra vida es un canto a lo simple y complejo, pero sobre todo un canto a la esperanza y al ser humano como razón de ser.

El contenido profundo de sus composiciones, se convierten en obra de arte y en una expresión filosófica: “A tu escuela llegue sin entender por qué llegaba, en tus salones encuentro mil caminos y encrucijadas, y aprendo mucho y no aprendo nada”.

En cada nota, en cada verso se refleja la realidad: “vi espinas y rosas, vi morir seres queridos, vi bellezas y fui testigo de maldades y guerras.” “Me encontré frente a la muerte, y en sus ojos vi el sentido y con el miedo conmigo así, yo aprendí a quererte, y hoy se que nada es seguro, ya que todo es pasajero.” Esa realidad es la que conocemos en América Latina y en especial Colombia, diariamente nos encontramos con la guerra, amenazas y el ciudadano del común aprende a convivir con la muerte.
Rubén Blades, en sus composiciones fue dibujando esa terrible realidad, y como una premonición, evidencio situaciones y hechos que nos confrontan, mostro el estado de indefensión en que se encuentra el ciudadano del común: “Maestra vida, me voy persiguiendo el tiempo, a ver, si encuentro respuestas antes de la hora en que yo muera, aunque me estoy resignando a esta fatal realidad.” Esa fatal realidad es la que vive el país y en particular la ciudad. La incertidumbre merodea a muchos y miles de hogares, las listas de amenazas pululan por todas partes y la gente no encuentra respuestas, y menos acciones de las autoridades.
Encontramos que el contratista es asesinado por no pagar la vacuna, otros se resignan y otros se van, y las autoridades calladas, como si aquí no pasara nada. “Maestra vida, te da y te quita y te quita y te da”.

Encontramos a los deudos del difunto, que para salir del apuro le firman una letra a la funeraria, pero para desgracia del muerto, la familia esta pelada y el muerto no se puede ir a descansar en su última morada, es decir no puede viajar a la “eternidad” porque el cuerpo es decomisado, esa es la terrible verdad.

Apropósito de listas negras, de amenazas y estigmatizaciones de quienes se abrogan el “derecho”, de juzgar, sentenciar y ejecutar, Rubén Blades, sintetizó esta casi tragicomedia: “Con los ojos enterrados en el piso, sufriendo las malas jugadas de su existencia, Ramiro recorrió las calles del Barrio. La misma esquina con su mismo olor. Todos los hechos lo condenaban, sin embargo, nadie hablaba de u soledad, de las cosas que hizo y dejo de hacer, de su eterna mala suerte, parado en la esquina, Ramiro respondió las preguntas que jamás le hicieron.” Los amenazados jamás reciben respuestas a sus preguntas, solamente conviértanse en desplazados por qué ese es el camino, aquí las autoridades no responden y menos esa no es la prioridad, es decir el derecho a la vida no vale nada.

La vida es maestra, nos enseña y aprendemos, pero quienes nos atrevemos a mostrar la injusticia social, el desbalance social, las desigualdades en muchas ocasiones la estigmatización y la agresión es el precio que pagamos, a pesar de ello seguimos aferrados a la “Maestra vida”