Corporación Acción Humanitaria por la Convivencia y la Paz del Nordeste Antioqueño
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Equipos Cristianos de Acción por la Paz - ECAP
ECAP entrevista a Carlos Arturo Morales Mayorga, líder de la organización Cahucopana
Equipos Cristianos de Acción por la Paz / Jueves 23 de diciembre de 2010
 

ECAP Colombia está muy agradecido de haber tenido la oportunidad de hablar con Carlos Arturo Morales Mayorga, líder de la organización Cahucopana, la cual ECAP ha acompañado desde el año 2008. Cahucopana es la Corporación Acción Humanitaria por la Convivencia y la Paz del Nordeste Antioqueño. Su objetivo es resolver la crisis humanitaria y violaciónes de derechos humanos que aquejan a las comunidades rurales de los municipios de Remedios y Segovia.

Carlos es de Lejanías, en el municipio de Remedios, Antioquia. Él tiene 23 años, pero su experiencia en el movimiento social es impresionante. Desde los 18 años, ha liderado las acciones humanitarias y otros proyectos de Cahucopana, al mismo tiempo tiene familia - su esposa, hija y un hijo. A pesar de haber sido amenazado de muerte por su participación en la promoción de los derechos humanos, y haber vivido la pérdida y el asesinato de tres miembros Cahucopana por manos del Estado, él sigue siendo una voz fuerte de resistencia, llamando por la justicia y la paz en Colombia.

ECAP: ¿Qué hace Cahucopana?

Carlos: Cahucopana es un proceso pequeño que nace en 2004. La finalidad para la que se formó nuestra organización es empoderar a las comunidades, formar y entender los derechos humanos, y por lo tanto a vivir en las comunidades con la justicia social y la paz verdadera.Hemos venido realizando varios talleres de formación de derechos humanos y Derecho Internacional Humanitario, en lugares donde la gente le da miedo ver el ejército porque llegaba a las casas, y ha violado niños, robado animales, mercado y las comunidades no denunciaban. Creemos que al informar a la gente de sus derechos, también estamos dándoles las herramientas para trabajar por la justicia.

ECAP: ¿Qué esta pasando en el Nordeste Antioqueño?

Carlos: El Nordeste Antioqueño ha sido una de las regiones del país más golpeadas en el tema de violación de los derechos humanos y el abandono estatal. Hay muchos intereses ahí, y a través de estos se vulneran mucho los derechos fundamentales de las comunidades campesinas. Además, la política del ex presidente Alvaro Uribe de "seguridad democrática" ha dejado a niños sin padres, madres sin hijos, y viudas.

Este territorio es rico en recursos naturales como uranio, oro, cuencas de agua, y mucha madera. Estas riquezas e intereses en las minas de oro han generado desgraciadamente que multinacionales extractoras echen una mirada al Nordeste Antioqueño no para su desarrollo digno sino para expropiar a estas comunidades campesinas, desplazarlas y quedarse con estas grandes reservas. Por ejemplo, el gobierno dio en concesión a multinacionales 21 mil hectáreas entre la serranía de San Lucas y el Nordeste Antioqueño lo cual genera que desde hace cuatro años funcione un operativo de la XIV brigada con el Batallón Calibio que dirige el operativo "Atenea" que tiene como real objetivo de acabar con la población campesina.

Además, los grupos paramilitares y del ejército nacional hacían retenes en la región y no dejaban entrar alimentación, enlatados, medicamentos, botas pantaneras, tratamientos antipalúdicos (porque es zona tropical), y también hay el constante abandono estatal de las vías de penetración. No vas a encontrar un centro de salud, ni educación digna para los niños.

A pesar de todo esto, el Nordeste Antioqueño ha sido un ejemplo verdadero de resistencia no-violenta en la región del Magdalena Medio

ECAP: ¿Y las ejecuciones extrajudiciales?

Carlos: Las ejecuciones extrajudiciales se implementaron desde el 2005, como una política del Estado. Lo que ocurre es que el estado ha sido el responsable del secuestro y asesinato de los jóvenes campesinos, y a continuación, vestían sus cuerpos para que parecieran como guerrilleros. Por cada "combatiente enemigo" muerto, los responsables reciben un tiempo de descanso y una recompensa monetaria. El ejército del estado se encuentra actualmente bajo investigación por 2000 casos de ejecuciones extrajudiciales, pero es imposible saber cuántos han habido. Personalmente, hemos tenido más de 18 compañeros ejecutados por la décima cuarta Brigada, del batallón Cailibio.

Pero, lo que ha hecho esta represión es alimentar y reafirmarnos. No vamos a decir que, "hagamos un minuto de silencio." Al contrario, las voces se han desatado y no nos vamos a callar. Así quieran estigmatizarnos, encerrar o asesinar a líderes de Cahucopana o de la ACVC [Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra]. Que no crean que si hacen eso, los procesos sociales en la región se van a acabar. Si, nos van a asesinar algunos, pero esto es un proceso que no lo va a parar nadie, ni el temor, ni nada, y por eso estamos fortalecidos.

ECAP: ¿Qué puede hacer la comunidad internacional para apoyar a CAHUCOPANA?

Carlos: Hay muchas cosas que pueden hacer para apoyar a Cahucopana. Para hablar a favor de la justicia, no tiene que tener una presencia física aquí en Colombia. Hablen en las embajadas y a los organismos internacionales gubernamentales a través de acciones públicas que reclaman el derecho a la vida para todas las personas. Es importante informarse. Leer sobre el conflicto colombiano en las noticias, especialmente a través de Prensa Rural [prensarural.org]. Pueden enviar cartas de solidaridad a Cahucopana. Y, por supuesto, Cahucopana siempre está dispuesta recibir delegaciones nacionales e internacionales para ver la realidad del Nordeste Antioqueño de primera mano.

ECAP: ¿Cuál es su historia en el trabajo del movimiento social y de derechos humanos?

Carlos: Una razón por la que yo trabajo en derechos humanos es que mi padre tiene 25 años de trabajo con procesos sociales. Es líder reconocido en Barrancabermeja, y por eso ha sido perseguido.

Por ejemplo, durante la incursión paramilitar en el 2001 mi familia fue desplazada. Perdimos la casa y perdimos todo. Solo tuvimos una sola muda de ropa. Nos sacaron los grupos de derechos humanos para vivir in Bucaramanga. Posteriormente, la casa fue allanada por la Fiscalia. Fue un ejemplo terrible de injusticia. Pero, esta experiencia me ayudó a reafirmar que tenía que hacer algo. Comencé a andar con mi papá, con la ACVC, pero cuando vi que estaba naciendo Cahucopana me gustó más.

ECAP: ¿Cómo es cuidar a su familia mientras su que propia vida esta amenazada?

Carlos: Las amenazas para un defensor de derechos humanos se convierten en el día a día y estas hacen que uno más preserve, y valore a la compañera e hijos que caminan, marchan junto a uno, fortalecen, y reafirman el proceso. Este respaldo mutuo es el que reafirma el amor y la defensa por ellos. Lo hago porque quiero ver crecer a mi compañera, hija e hijo creciendo con un desarrollo justo y digno. Esta es mi esperanza que quiero dar a todos los niños de la región.

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ECAP: ¡Gracias a compañero Carlos Morales por su tiempo y voluntad para hacer esta entrevista!