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Ponencia de experiencia de la ACVC para la construcción de la paz
El proceso de construcción de la Asociación Campesina del Valle del río Cimitarra, una experiencia de organización, movilización y resistencia en el territrio.
 

Iniciemos con describir el poblamiento del Valle del Río Cimitarra, este se originó por procesos de colonización a causa de las migraciones generadas por persecuciones políticas y sociales entre los años 40 y los años 50. Donde la historia de colonización del Valle del Cimitarra se caracterizó por su arraigo a estas tierras a pesar de las condiciones adversas de la selva que tuvieron que colonizar y de las acciones represivas por parte del gobierno y sus estructuras militares y paramilitares que contra ellos se han desarrollado hasta el presente.

De resaltar como comienza a poblarse la región por gentes de los Santanderes, Antioquia, Los Llanos, Boyacá, Bolívar, personas que se dedicaran a la pesca, cultivo de arroz, maíz, yuca, plátano, explotación maderera. La mayoría de los caseríos se establecieron en los años 70 y con ellos las primeras Juntas de Acción Comunal (JAC), en las áreas de Yondó, Remedios y Cantagallo que se unificarían para conforman organizaciones como la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC), esto hace que nuestros referentes de construcción de tejido social y asociativo en la región, traducido en organización, participación y solidaridad entre muchos de los habitantes de la región, se pueda enmarcar en tres fases desarrolladas entre el periodo 1980 al 1992: la Cooperativa Coopemantioquia, la Coordinadora Campesina del Magdalena Medio y Asojuntas, cuyas dinámicas serían determinantes para la constitución posterior de la ACVC.

La primera de ellas la Cooperativa donde luego de la casi extinción de la ANUC en Yondó y del movimiento de mineros artesanales de Remedios y Segovia que resistieron a las imposiciones de la Frontino Gold Mines en la década de 1970, se organizó a mediados de los 80, la Cooperativa de Medianos Agricultores de Antioquia –COOPEMANTIOQUIA-, para facilitar la comercialización de productos agrícolas, evitar el abuso de los especuladores, permitir a los colonos contar con una instancia para la solución de sus conflictos y tramitar sus reclamos ante el Estado.

A comienzos de 1989 la administración municipal de Yondó, dirigida por la Unión Patriótica, apoyó varios proyectos de la Cooperativa; este hecho dio pie para el inicio de ataques contra la población y la organización. En febrero de 1989 fue bombardeada y saqueada la sede del caserío de Puerto Nuevo Ité. Desde entonces el proceso organizativo se vio afectado por la lógica de la lucha contrainsurgente estatal y paramilitar (bombardeos, torturas, asesinatos, desapariciones), hasta su disgregación a comienzos de la década de 1990, dejando un importante legado de lucha social.

La Coordinadora Campesina del Magdalena Medio:

Simultáneamente con el proceso de la Cooperativa, otras dinámicas organizativas se estaban desarrollando en esta región del Magdalena Medio, hacia 1984 varias organizaciones regionales dan origen a la Coordinadora Campesina del Magdalena Medio. Esta expresión asociativa canalizó el interés organizativo de los pobladores en un momento en el que empezaba a consolidarse el paramilitarismo en la región, recogiendo las demandas de las comunidades campesinas afectadas por los operativos militares y paramilitares. En 1982 se realizó una marcha campesina a Barrancabermeja, que logra establecer una comisión de veeduría, para el seguimiento de los acuerdos establecidos con la administración municipal; su posterior incumplimiento llevó a la Coordinadora a realizar una nueva movilización desde San Pablo hasta Cartagena, marcha que recorrió el río Magdalena durante 40 días. Si bien en las negociaciones las autoridades municipales aceptaron el pliego de peticiones, posteriormente dichas peticiones fueron desconocidas de nuevo.

Asociación de juntas comunales de Yondó –ASOCOMUNAL-

Al comenzar la década de 1990, en medio de la ofensiva paramilitar contra la UP y los campesinos de la región, algunas comunidades del municipio de Yondó articularon sus demandas en torno a las juntas de acción comunal, surgió así ASOCOMUNAL como instancia de interlocución con las autoridades locales. Por intermedio de esta asociación se adquirieron créditos y maquinaria para el cultivo comunitario de yuca, y en la cabecera municipal de Yondó se construyó una sede para el trabajo comunitario. si bien como propuesta organizativa la asociación fue exitosa, la inexperiencia en la gestión y administración de los proyectos, llevó a que las comunidades acudieran a dirigentes locales del partido liberal para que apoyaran el trabajo de las microempresas de ASOCOMUNAL. No obstante, los malos manejos que tuvieron los representantes locales de dicho partido en la asociación, hicieron que los campesinos perdieran confianza en esta propuesta organizativa, que a la postre terminaría siendo convertida en un espacio político que no representaba los intereses del campesinado de Yondó y la region, excluyendo a los dirigentes comunitarios que le dieron origen.

El período de reorganización campesina 1993 – 1996

Entre 1993 y 1996 en la región se crearon nuevas alternativas para hacer frente a la arremetida violenta contra los movimientos sociales y políticos que se generaron a lo largo de la década anterior. En la región del Magdalena Medio, en la ciudad de Barrancabermeja y en las zonas rurales en donde se desarrollaban las propuestas asociativas del Valle del río Cimitarra, las denuncias frente a la violación de los derechos humanos, homicidios, desapariciones y bombardeos dieron origen a diversas expresiones de denuncia y defensa de los derechos humanos.

Este segundo periodo corresponde a la realización de balances por parte de los dirigentes sobrevivientes, en el que se planteó la necesidad de vincularse con el movimiento de derechos humanos de la región y documentar la persecución de que eran objeto por parte de ganaderos y autoridades municipales; a la vez, se tejieron nuevas relaciones con otras dinámicas organizativas del Magdalena Medio, principalmente con asociaciones del Sur de Bolívar, los campesinos y mineros de Simití, Santa Rosa, San Pablo y Cantagallo.

En el Magdalena Medio el fenómeno del narcotráfico produjo migraciones de campesinos en búsqueda de trabajo en los cultivos de coca, hacia municipios como Santa Rosa del Sur, Río Viejo y San Pablo. Con la aparición de la coca un nuevo problema se visibilizó para las comunidades: la implementación de la política antinarcóticos del Estado y particularmente las fumigaciones indiscriminadas con glifosato sobre las zonas productoras de hoja de coca. Fumigaciones desarrolladas cada año y de manera continua desde 2001 hasta el 2011, en la región del sur de Bolívar y el valle del río Cimitarra.

Las anteriores condiciones presentadas tanto en la región como en los procesos organizativos de comienzos de la década de 1990, llevaron a optar por constituir una organización que respondiera a las nuevas condiciones y demandas campesinas: la ACVC

El surgimiento de la ACVC y las movilizaciones campesinas (1996 – 1998)

La ACVC surgió en un contexto nacional y regional de movilización campesina. Durante el segundo semestre de 1996 se desarrollaron amplias protestas de las comunidades de las zonas cocaleras de Putumayo, Caquetá, Cauca, Sur de Bolívar y Guaviare, por la aplicación masiva de controles a la comercialización de insumos para el procesamiento de la hoja de coca, también demandados con fines lícitos (cemento, combustibles), el manejo corrupto de algunas autoridades sobre dichos insumos y las fumigaciones aéreas, que afectaban tanto los cultivos de coca y amapola como el pancoger y los pastos.

En estas condiciones, los campesinos del Valle del río Cimitarra, deciden en múltiples asambleas veredales sumarse a la movilización de los campesinos, mineros y cocaleros del Sur de Bolívar, para exigir la suspensión del accionar paramilitar y las fumigaciones contra los sembrados de coca. Entonces, se preparó una movilización de cerca de 10 mil habitantes de la región hacia Barrancabermeja con el fin de pedir protección para sus vidas y sus cultivos, pero también para negociar reivindicaciones como vías, salud y educación. Uno de los resultados de las negociaciones es la creación del Movimiento Regional por la Paz, expresión del campesinado que esperaba ser intercolutor ante el cuestionado gobierno de Ernesto Samper (1994 – 1998).

Entre septiembre y octubre de 1996 se realizó la denominada “Marcha de los Parques”, hacia la ciudad de Barrancabermeja y el municipio de San Pablo (Sur de Bolívar). Esta movilización campesina tiene para la ACVC un significado particular, pues las comunidades van a plantear además de un conjunto de demandas, su intencionalidad expresa de proponer un modelo alternativo de desarrollo para la región y sus habitantes.

Las comunidades campesinas, lograron que el gobierno de Samper reconociera sus demandas y se comprometiera a atender las necesidades campesinas. Aunque no se cumplieron los acuerdos, esta movilización y los documentos firmados por el gobierno, abrieron un nuevo contexto de lucha social y un nuevo escenario en el que se amplió la red de relaciones de la nueva organización campesina y emergieron condiciones para otras potencialidades de las comunidades organizadas, pues, de una parte, la problemática de la región se dio a conocer a nivel nacional e internacional, y de otra, se creó un acontecimiento: los acuerdos con el gobierno, que servirían como herramienta para movilizaciones y proyectos posteriores.

En medio de este proceso los líderes campesinos del valle del río Cimitarra proponen a las comunidades la conformación de una nueva organización: la ACVC como una organización que los reconozca y que los ampare a todos, que defendienda los derechos humanos, promueva la reforma agraria y trabaje por la búsqueda de la solución política al conflicto social y armado que vivía y sigue padeciendo la región.

A partir de la marcha de 1996, una Asamblea de juntas de acción comunal, decidió que los negociadores presentes en los acuerdos de la movilización hicieran parte de la directiva fundadora de la nueva organización ACVC. No obstante, al tiempo que se va dando la consolidación de la estructura organizativa inicial, se mantiene un nivel de movilización y presión hacia el gobierno nacional. En 1997 se realiza la toma de la Catedral de Cartagena, capital del departamento de Bolívar, para exigir el cumplimiento de acuerdos y denunciar el incremento del accionar paramilitar en la región.

En este contexto de movilización y consternación, se llevó a cabo al éxodo campesino realizado entre julio y octubre de 1998; basado en las siguientes razones: El desplazamiento forzado de los campesinos de la zona (debido a la incursión paramilitar en el Sur de Bolívar y el Valle del Río Cimitarra), la información que tenía la población sobre los intereses de algunas empresas multinacionales en la región, el convencimiento de la validez y vigencia de los acuerdos incumplidos y la necesidad de replantear y reorientar la visión de los mismos.

El éxodo se da en un momento coyuntural, la llegada al gobierno nacional de Andrés Pastrana (1998 – 2002), quien se había comprometido a dialogar con la guerrilla. Así que en la racionalidad campesina, si dialogaba con la guerrilla, entonces debería dialogar y buscar soluciones para los campesinos.

Como resultado de la movilización, a comienzos de octubre de 1998, se acordó la generación participativa de un Plan de Desarrollo y Protección Integral de los Derechos Humanos del Magdalena Medio, para garantizar la vida, la protección de los DD HH y llevar a cabo inversión social en los veinticinco municipios que participaron del éxodo. Uno de los puntos firmados por el gobierno fue la conformación de una Zona de Reserva campesina en la región, acuerdo en el que la ACVC concentraría todos sus esfuerzos.

Lucha por la Zona de Reserva Campesina 1998 – 2011

Si bien la ZRC se constituyó en diciembre 2002 esta fue suspendida por orden del gobierno Alvaro Uribe en Abril de 2003, sin embargo la legitimidad de esta figura se mantuvo al interior del campesinado quienes continuaron trabajando en la ejecución de su plan de desarrollo a pesar de no contar con su reconocimiento legal.

Ante la grave crisis humanitaria y de derechos humanos que se mantenía en la región caracterizada por las fumigaciones indiscriminadas, las erradicaciones manuales y las ejecuciones extrajudiciales, en el año 2007 más de 5.000 campesinos se concentraron en la ciudad de Barrancabermeja para exigir el cumplimiento y garantía de sus derechos, así como la reactivación de la ZRC, con lo cual lograron una mesa de concertación y diálogo con el presidente Álvaro Uribe Vélez. Dos meses después de esta negociación, fueron emitidas 16 órdenes de captura en contra de la junta directiva de la ACVC por el delito de rebelión, dejando privados de su libertad por más de seis meses a seis de sus miembros y el resto de directiva en el exilio.

Con el proceso de persecución judicial que se creó en contra de la ACVC se generó un debilitamiento en la organización, no obstante y a pesar de las dificultades su trabajo continuó. A finales del año 2009 con toda su junta directiva en libertad y reincorporados en la asociación y en el territorio, se refuerza la necesidad de la reactivación de la ZRC retomando entonces, el proceso de gestión e interlocución política para recobrar su legalidad como la realización del primer encuentro nacional de zonas de reserva campesina y la creación del comité de impulso para la activación de la ZRC.

Posteriormente, un año después le fue otorgado a la ACVC el “Premio Nacional de Paz” por resistir aferrados a la tierra y la tradición campesina, y permanecer en sus territorios luchando por una vida justa y digna.
El campesinado del Valle del Rio Cimitarra en este duro trasegar, hemos descidido quedarnos, y permanecer en este terriotorio, conservar nuestra identidad campesina y la firme conviccion de seguir fortaleciendo nuestro proceso organizativo, politico y social en la region del Magadalena Medio Colombiano.

Finalmente, y fruto de los acumulados de esfuerzos, labores y sacrificios realizados por el campesinado del Magdalena Medio, en febrero de 2011 se levanto la suspensión de la ZRC, reconociéndose su utilidad y considerando que esta es una de las mejores alternativas para la permanencia y la defensa del territorio.

*Agradecimientos a los investigadores Silvia Becerra y Frank Molano por sus investigaciones para recuperar la memoria histórica de la ACVC.