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Muerto ’Alfonso Cano’, ¿se acabó el problema?
Medófilo Medina / Domingo 6 de noviembre de 2011
 

Dijo el presidente Juan Manuel Santos, en Cartagena, refiriéndose a las Farc: "Como hemos dicho tantas veces y lo hemos comprobado, terminarán en una cárcel o en una tumba". ¿Impresionará a las Farc tal advertencia como para proceder a la desmovilización? En el horizonte existencial de los dirigentes de las Farc, la muerte ha estado instalada como posibilidad cierta, particularmente desde el 2006, y ha sido asumida por ellos en las palabras y en los hechos.

Si el Presidente con honestidad aspira a la paz, debería tocar otros registros que porten alguna señal en dirección a una salida política al conflicto interno. Quizá sería la manera más racional y humana de recoger el acumulado de golpes que las Fuerzas Militares han infligido a la insurgencia.

Se ha dicho que con la muerte de ’Cano’ las Farc habrían quedado huérfanas. Afirmar lo anterior hubiera sido más aplicable cuando murió ’Marulanda’. Este reunía la condición de padre-fundador y de jefe militar incontrovertible. La muerte de ’Cano’ deja un profundo vacío, pero su jefatura fue el producto de una negociación entre pares. Desaparecida la generación de los ’marquetalianos’, la dirección de las Farc se hizo más homogénea y colectiva.
Las posibilidades de un diálogo eficaz con ’Cano’ por ello se hicieron más amplias. En sus dos últimos discursos, de junio y de agosto de 2011, dirigidos a la opinión, ’Cano’ destacó la paz como tema central. Pero para él, y quizá también para el Gobierno, los tiempos de la guerra se aceleraron vertiginosamente.

En lo inmediato, no parece realista que en las Farc se fortalezca una voluntad de paz, pero después de un período de transición el ánimo negociador tendrá juego. En no poca medida, la orientación que se imponga estará en relación con la política del Gobierno. La exigencia de desmovilización sin más alimentará la guerra. Esa no parece ser una alternativa para la dirigencia de las Farc.

Si la preocupación hubiese sido simplemente la de salvar el pellejo, hace tiempo las guerrillas hubieran desaparecido de la faz de Colombia. Pero tampoco parece ser alternativa para la tropa. ¿Desertar? ¡Para ir a dónde, si trabajo no hay! ¿Para volver a casa? ¿La tienen estos jóvenes desarraigados? Por ello hay que negociar, convenir condiciones de paz.

Si bien en Colombia existen poderosos intereses sectoriales que favorecen la continuación de la guerra, al nivel societal, nacional, los partidarios de solución política son mayoría. Desde esos escenarios ciudadanos debe apremiarse tanto a las Farc como al Gobierno para que se encuentren en una ruta de solución política. ¡Paz en la tumba de ’Alfonso Cano’!

* Medófilo Medina, profesor emérito de la Universidad Nacional, en julio, el historiador escribió en la página web Razón Pública una carta donde le habla a ’Cano’ y evalúa la posición de las Farc frente a la paz.