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En Ibagué (Tolima)
Apertura oficial del VII congreso de la ONIC
Comunicaciones ONIC / Lunes 10 de diciembre de 2007
 

La lluvia se hizo presente desde las primeras horas del día. Al principio pensamos que torpedeaba la caminata, desde la universidad del Tolima hasta el edificio de la gobernación de este departamento, luego comprendimos que el agua también quería marchar y alimentar a la Madre Tierra; por ello uno a uno en fila india mas de 2 mil indígenas de la mayoría de los pueblos indígenas de Colombia que tejemos el canastro del VII congreso de la ONIC, llegaron al Centro de Convenciones “Alfonso López Pumarejo".

La lluvia respondió la petición de las autoridades tradicionales del Pueblo Pijao, que unidos por el hilo de la espiritualidad, que desde muy temprano armonizaban y endulzaban la palabra.

Cuatro oficiantes, limpiaban y armonizaban el lugar y la apertura del Congreso, con cuatro guías que los acompañaban desde cada uno de los puntos cardinales del auditorio, como guardianes que impedían la entrada de los espíritus de las discordias, hoy solo queremos los espíritus de la unidad, los espíritus de la palabra que une y crea.

Mientras cada participante entraba al auditorio, con el humo del tabaco los ancianos fueron limpiando, mientras un anciano Inga con música y canto se unían al ritual sagrado invito a los mamos, piaches, jaibanas, tewalas, y otros que tenían instrumentos musicales: “Démosle gracias a la Madre que hoy nos bendice con la lluvia, démosle gracias al sol, a la tierra y a la luna que son nuestras Madres y Padres”.

Los moderadores del evento tomaron la palabra y se leyó el programa, se recordó el objetivo del Congreso y uno a uno los integrantes de la mesa principal fueron tomando la palabra. El primero en hacerlo fue el presidente del Consejo Regional Indígena del Tolima, quien recordó el papel fundamental que han jugado los pueblos pijaos y nasas el la formación y consolidación del movimiento indígena.

El gobernador del Tolima en uno de los apartes de su intervención dijo: “hoy, en el día internacional de los derechos, nos toca aprender de ustedes los indígenas, porque ustedes si saben como se deben ejercitar los derechos humanos, porque han sido rebeldes por la vida y la cultura”.

Luego tomo la palabra un delegado de comunidad internacional quien expreso su emoción y respeto por permitirle estar presente en tan gran evento y ratificó el compromiso de seguir acompañándonos. Para cerrar esta mesa de apertura intervino el presidente de la ONIC, Luis Evelis Andrade Casamá, quien hizo gran énfasis en el compromiso de recordar los fundamentos con los que fue creado la ONIC, recordó a algunos de los lideres asesinados por pensar, creer y exigir un país realmente incluyente y participativa, recordó el compromiso de cada no delos integrantes su compromiso en la construcción de un proyecto de país deferente, un país de colores, un país donde nuestros gobernantes no sean unos sometidos a los organismos económicos multilaterales. “es necesario construir el país que soñaron los mas de 2000 lideres indígenas asesinados en los últimos 20 años, con el asocio de todos los sectores sociales que luchan por la vida y el respeto de los derechos de todos los colombianos”.

Para terminar el evento de apertura, se dispusieron dos filas de sillas en la mesa principal, en la primera silla se sentaron algunos lideres asesinados y en la siguiente se sentaron nuestros lideres representativos y fundadores de la ONIC, los lideres que impulsaron a sus hermanos a organizarse para hacerle frente a las políticas represivas del presidente Turbay Ayala y a su política de seguridad.

En representación de estos grandes lideres, tomo la palabra Trino Luna, indígena Guambiano y primer presidente de la ONIC, recordó los momentos difíciles que tuvieron, la persecución por parte del estado, el exilio que muchos tuvieron que vivir y animo a los presentes a no claudicar en la lucha por la unidad de los pueblos indígenas y el compromiso de seguir el camino trazado por todos nuestros mártires.

Los instrumentos musicales volvieron a sonar, como símbolo de vida, pero sobre todo como alimento espiritual, para que los padres y espíritus protectores de todos los rincones de nuestra querida Colombia, alimenten nuestros corazones para seguir caminando los sueños y las esperanzas de construir un país realmente incluyente; Un país donde quepamos todos y todos seamos los dueños de nuestras vidas y destinos.