Una nota bibliográfica para el debate
La economía política de la coca en el sur de Bolívar

por Carlos Fernández
Agencia Prensa Rural

25 de octubre de 2005

A partir de una iniciativa de la Corporación de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio, la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo se promovió la realización de una investigación [1] que, "desde la mirada de los pobladores y principales actores institucionales del sur de Bolívar, recogiera sus percepciones sobre la manera en que las actividades relacionadas con la producción de la coca han permeado cada uno de sus espacios cotidianos, originando profundas transformaciones en los ámbitos social, económico, político, ambiental y en términos de la dinámica misma del conflicto en la región" [2].

El área cubierta por el estudio comprende los municipios de Río Viejo, Arenal, Morales, Santa Rosa del Sur, Simití, San Pablo y Cantagallo. Eventualmente se suministra información que involucra al municipio de Yondó, en Antioquia.

Aspectos metodológicos

Tres aspectos hay que destacar de esta publicación. En primer lugar, el punto de vista metodológico, que involucró un carácter "participativo" de la investigación, consistente en que, para su elaboración, se realizaron entrevistas a informantes clave, entrevistas a grupos limitados de personas para discutir sobre temas específicos y entrevistas a la comunidad mediante reuniones abiertas que desarrollaban una guía previamente elaborada. Estas técnicas de recolección de información fueron complementadas con otras de observación directa y participante, además de utilizar información secundaria.

A simple vista no habría objeción al uso de esta metodología. Sin embargo, dada la situación de violencia que vive la región, los investigadores sólo pudieron llegar a los habitantes de la misma y a sus miembros clave a través de los delegados y técnicos del Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio (Pdpmm), lo que implica que sus contactos estuvieron limitados a la capacidad de convocatoria del programa. Es sabido que ésta es amplia pero no cubre el conjunto de sectores sociales que conforman la población de la zona.

Aspectos analíticos

En segundo lugar, la investigación se propuso "establecer, en líneas generales, el impacto de la coca en el sur de Bolívar en lo ambiental, social, político y económico" [3]. Como lo dice el subtítulo del libro, se trataba de hacer una "aproximación desde la economía política". Si partimos de la definición de la economía política como "la ciencia de las leyes que rigen la producción y el intercambio de los medios materiales de vida en la sociedad humana" [4], el estudio apunta, certeramente, a lo que constituye, desde hace más de 15 años, el cultivo alrededor del cual gira la economía y la vida cotidiana de la región. El análisis al respecto se limita, en una primera instancia, a un repaso de las cifras sobre evolución del área sembrada, a una crítica a la variedad de fuentes estadísticas y a la insinuación, basada en la Declaración de Feldafing, de que los resultados del desarrollo alternativo deben mejorarse en términos de su impacto "sobre la vida y los medios de sustento de los sectores más vulnerables" y no tanto en "su aplicación en función de la reducción de las áreas de cultivo" [5].

Luego de la descripción de las cifras, el estudio se complementa, con un "análisis de los actores implicados", en el que se avanzan algunas pistas interesantes sobre cada uno de los sectores sociales y políticos directamente relacionados con el cultivo y, en particular, sobre la aparición, en los últimos cinco años, de un sector importante de medianos y grandes cultivadores de coca localizados en las áreas planas del municipio de Simití (El Boque, San Blas y Monterrey) y en el sector montañoso de Santa Rosa del Sur (Villa Flor, San Juan, Los Canelos) que constituyen zonas de amplio dominio paramilitar, con cultivos de hasta 40 hectáreas [6].

El análisis de "actores implicados", que brinda una visión estática de la forma como se integran los distintos agentes económicos y políticos de la región a la economía de la coca, se complementa con una sucinta comparación, mediante cuadro sinóptico, entre la economía campesina, la economía de mercado y la economía cocalera de la región respecto a variables como tipo de agricultura, niveles tecnológicos alcanzados, definición de la unidad de producción, etc.

Este análisis estático (que, previamente, había sido contextualizado mediante una descripción de la zona de estudio, en la que se ponen de presente ciertas características del poblamiento de la región y se señalan las condiciones en que se desarrolla la minería y se aborda el carácter de reserva forestal de buena parte del territorio) se complementa con un análisis dinámico del circuito de la coca, el cual se caracteriza, como en otras regiones del país, por integrar tres fases: "1) producción directa de hoja de coca; 2) transformación en base o pasta de coca; y 3) comercialización de la misma dentro o fuera de la región" [7]. En este punto, el estudio ofrece dos observaciones importantes sobre la participación de los grupos armados en dicho circuito y sobre las actividades que generan mayor valor agregado en el circuito.

La primera observación señala que "el control que ejerce la guerrilla se reduce a un tributo o gramaje de la producción en hoja y pasta, mientras que las AUC controlan los circuitos de mayor valor agregado, la cristalización y el comercio. El control que han conseguido sobre las zonas más pobladas es parte de una estrategia de guerra que tiende al debilitamiento del poder de las FARC" [8].

La segunda observación indica que "no se tiene conocimiento de la existencia de cristalizaderos (sitios de producción de cocaína) en la zona de estudio, en cambio se han descubierto en otras zonas del Magdalena Medio (San Rafael de Lebrija, Cimitarra), lo que hace pensar que la agregación de mayor valor en el circuito de la coca no se realiza en el sur de Bolívar" [9].

O sea que son los paramilitares los que se apropian el excedente que generan las actividades de mayor valor agregado y éstas se adelantan en regiones distintas al sur de Bolívar.

Aspectos ideológicos

El tercer aspecto del estudio que merece mención es el relacionado con las consecuencias prácticas que se derivan del estudio a partir de sus conclusiones y los aspectos ideológicos que envuelven tales conclusiones.

En este punto, la publicación que se comenta introduce un mecanismo extraño, por decir lo menos, de aproximarse a las conclusiones. Éstas abordan, a partir de los planteamientos del estudio, aspectos importantes del futuro de la región y dan luces sobre acciones a emprender por parte de las partes interesadas en su desarrollo. Así, por ejemplo, y a manera de conclusión central, se señala que "no se conoce todavía una propuesta estratégica de desarrollo regional sostenible, concertada y apoyada por la mayor parte de los habitantes" [10]. Aunque es necesario destacar que existe el plan de desarrollo y de protección integral de los derechos humanos del Magdalena Medio formulado por los campesinos y mineros de la región, producto de un acuerdo firmado e incumplido por el estado colombiano en 1998.

Sin embargo, esta conclusión permite a los autores señalar los inconvenientes de políticas que se están aplicando en la región con resultados discutibles, a través del plan Colombia y, añadimos nosotros, sus nuevos instrumentos como las inversiones que adelantan, por cuenta de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, empresas estadounidenses como la Fundación Panamericana para el Desarrollo, Chemonics y ARD. Programas que, por otra parte, como lo señala el estudio, olvidan el tema de la posesión de la tierra y no tienen ningún reparo en adelantar sus inversiones en zonas de pleno dominio paramilitar, como es el caso del Bloque Central Bolívar de las AUC, apuntalándolo.

El extraño mecanismo de llegar a estas conclusiones que se menciona dos párrafos más atrás consiste en la presentación de un capítulo en el que Francisco De Roux, director del Pdpmm, explica la ubicación de los cultivos ilícitos en el programa. Lo primero que se dice en este capítulo es que el programa es un "proceso social" [11], como si la realización de un programa de inversiones constituyera de por sí un proceso y no más bien unas acciones que pueden (o no) desencadenar un proceso de transformación social.

Esa definición busca presentar, como resultado de una sola experiencia, la del laboratorio de paz que apoya la Unión Europea y que se ejecuta "dentro de la metodología y las dinámicas que el proceso del Pdpmm va desenvolviendo en su expansión acumulativa" [12], los procesos y la rica experiencia de gran número de organizaciones sociales existentes en la región como la USO, Credhos, la ACVC y otras, las cuales deben su existencia y fortaleza a la actividad de resistencia, de denuncia y de proposición, dentro de perspectivas unitarias, de sus miembros.

Señala, igualmente, el director del Pdpmm, que existen dos momentos para enfrentar el problema de los cultivos ilícitos: un primer momento, "más exógeno que endógeno", que aborda la región en todos sus aspectos a través de la generación de hipótesis articuladoras y globales aportadas, principalmente, por "analistas acompañantes". Un segundo momento, en que los "actores endógenos" predominan, consistiría en que se pone en movimiento un "proceso" como el Pdpmm, "donde la población se asume como protagonista de la solución del problema" [13]. En otras palabras, primero vienen los "analistas acompañantes", lanzan hipótesis sobre los problemas y sus soluciones y luego viene el Pdpmm, gracias al cual la población se vuelve protagonista y enfrenta el problema, armada con las hipótesis de los analistas.

Ahora bien, ¿qué estrategias se ponen en marcha en el segundo momento? En primera instancia, una "campaña de incentivos morales y ético-políticos" [14]. Aquí el señor De Roux cae en una contradicción flagrante porque opone este tipo de incentivos para acabar con la coca, basado en que la gente "está abierta a la persuasión de que la coca da dinero pero destruye su dignidad", al hecho de que la demanda por el producto "seguirá ofreciendo incentivos económicos tan grandes al participante que salirse del negocio es económicamente irracional" [15]. O sea que se estimula al productor para que sea moralmente racional y económicamente irracional.

Las estrategias restantes planteadas para enfrentar la coca parten de esta primera. Así, la segunda estrategia es la creación de espacios humanitarios en que se ponga en práctica el "basta ya" que los productores racionales éticamente pero irracionales económicamente le dirían a la coca. Las demás tienen que ver con el fortalecimiento de la institucionalidad local, esa que el Pdpmm lidera en forma "amigable", con el desarrollo de una economía campesina moderna, el desarrollo de la minería en la serranía de San Lucas, el desarrollo de la infraestructura vial, la creación de una zona de diálogo con los paramilitares en el sur de Bolívar y de un diálogo regional con el ELN.

Es indudable que algunas de las estrategias planteadas son necesarias para acabar con el cultivo de la coca, pero hace falta quitarles la costra voluntarista. En efecto, ¿qué incentivos ético-políticos podrían tener los cultivadores de coca para abandonar su cultivo cuando saben que las élites políticas y económicas de la región deben sus privilegios a los nexos que mantienen con los grandes traficantes de cocaína y con los capos del paramilitarismo y, por ende, son cómplices de los grandes negociados y de la violación a los derechos humanos de que aquellos son responsables? Para que tales estrategias tengan alguna aplicabilidad, podría ser de gran utilidad retomar las conclusiones del estudio objeto de esta nota, sin la hojarasca ideológica con que cubre sus argumentos el señor De Roux.

Notas:

1. FONSECA, Daniel; GUTIÉRREZ, Ómar; RUDQVIST, Anders. Cultivos de uso ilícito en el sur de Bolívar: aproximaciones desde la economía política. ASDI-PNUD Colombia. Bogotá, abril de 2005.
2. WITSCHI-CESTARI, Alfredo, representante del PNUD en Colombia en la presentación del libro, página 17.
3. FONSECA et al., op. cit., página 26.
4. ENGELS, Friedrich. Anti-Dühring. Editorial Grijalbo S. A. México, 1968.
5. FONSECA et al., op. cit., página 56.
6. Idem, página 63.
7. Idem, página 92.
8. Idem, página 97.
9. Idem, página 98.
10. Idem, página 142.
11. Idem, página 131.
12. Idem, página 132.
13. Idem, página 134.
14. Idem, página 135.
15. Idem, página 135.

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